Epílogo

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En mitad del caos Hunter no pudo reprimir su furia, su lado animal lo dominaba, la bestia como tanto lo llamaba Robert  estaba a punto de surgir, comenzaba a enloquecer ¿Cómo estaría Tabbee? Su hijo...
Junto con la furia también iba tomada de la mano el atroz miedo sin embargo de pronto un olor familiar le devolvió la esperanza que hacía un par de meses había perdido.
—Hunter —la voz cargada de alivio lo sorprendió —.
Justice estaba frente a él y sus ojos no mostraban más que vulnerabilidad, Fury abrió su celda entonces para su sorpresa su padre lo atrajo en un abrazo fraternal.
—Lo siento mucho Hunter, yo...
—No es el tiempo para disculpas, llevame con mi mujer.
Justice sonrió apenado y asintió con la cabeza comenzando a caminar.
Desde el pasillo Hunter pudo oír la mezcla de las voces pero solo una captó su completa atención.
Su corazón se rompió al escuchar su quejido de dolor y su cuerpo estremecerse, todo en él se derritió como siempre que ella estaba cerca, rápidamente la tomó en brazos donde ella para su preocupación se desmayó.
—¡Tanner! ¡Será mejor que tengas la cura! —expresó mediante un rugido—.
De inmediato salieron de ese infierno pero el desasosiego no mermó ni siquiera cuando estuvieron dentro del helicóptero, Hunter no podía parar de verla.
Dolido la estrechó aún más en sus brazos mimándola como su mayor tesoro, y eso era, ella y su bebé sin embargo no podía dejar de temer que si aquella cura que Tanner tenía no daba resultado la perdería para siempre.
Retiró un mechón de pelo de su  frente y besó su mejilla con dulzura para después colocar su cara en la curva de su cuello.
—Vas a despertar pronto, tendrás a nuestro hijo y llegarás a amarme tanto como yo lo hago Tabbee, eres mía, estamos destinados.

***

—Ha despertado Tanner —anunció Trisha—.
El hombre asintió moviendo de un lado a otro terminando la cura bajo la mirada de un par de nuevas especies jóvenes a parte de Trisha, Hunter, Justice y Jessie.
—Voy a verla.
—No —Se apresuró Trisha—, no es un parto normal, necesitamos inyectarla y pese a que siente dolor tenemos que esperar que haga resultado.
—¡Ella no puede esperar!
—Calma Hunter —concilió su madre con preocupación —, Tabbee estará bien, debes mantener la calma y esperar.
Como si fuera tan fácil.
Trisha y Tanner se perdieron en la habitación.
—¡Duele!
El gemido de Tabbee lo puso alerta entonces sin importante las anteriores advertencias corrió en su búsqueda, al entrar la vio tan pálida que se alarmó y acto seguido tomó la delicada mano de Tabbee ocasionando que ella se percatara por fin de su presencia.
—¡¿Dónde estoy?! —Preguntó mediante gemidos—.
Deslizó su mano desocupada por el suave cabello.
—Al fin en casa, todo estará bien.
—¿En el homeland? —Cuestionó con asombro—.
Otra contracción la golpeó una vez más, Tabbee clavó las uñas en su mano y gimió dolorida.
—¡Maldita sea esto es tu culpa!
A continuación con la mano libre comenzó a golpear el hombro de Hunter dejándolo perplejo y causándole risas a los doctores a su alrededor.
—Sería conveniente que salieras Hunter, según mis estudios Tabbee esta reaccionando bien a la inyección, solo falta...
—¡No me voy a ir!
—¡Vete! —casi suplicó ella—.
Entonces Hunter no pudo hacer más que obedecerla.
A medida que pasaba el tiempo y oía los gritos doloridos de su compañera Hunter caminaba de un lado a otro como un león enjaulado pero en un segundo la sala se quedó en silencio y de pronto se escuchó el llanto de un bebé que enterneció el alma de Hunter.
Tuvo que tomar una respiración para controlar el impulso posesivo y no entrar a tomar a su mujer y su hijo.
Cinco minutos después Trisha salió de la habitación sonriendo.
—Eres el padre de un precioso niño Hunter.
El corazón le dio un vuelco, nunca había pensado en ser padre.
—¿Está sano? ¿Cómo está Tabbee?
—Ambos están bien, como era de esperarse Tabbitha está cansada y está aún recuperándose.
—Voy a verla.
—Duerme —Dijo Tanner al lado de Trisha—, Es mejor que nadie la moleste así que tu y yo querido cuñado vamos a encargarnos del asunto pendiente —Añadió burlón —.
—No voy a dejar a mi Tabbee sola.
—No estará sola —intervino Jessie—, la cuidaré, tu ve a hacer lo que debas hacer.
Resignado se dio la vuelta seguido por Tanner, realmente ambos debían encargarse de ese bastardo, había llegado su hora.

HUNTER (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora