XIV

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Hola, les escribía esto para informar a mis lectores de Hunter que he editado la novela en Litnet, todo va a ser muy diferente y no es el estilo que utiliza Laurann Dohner, de hecho para los que leyeron el spinn of de slayer and death ya saben que esta es mi propia saga pero decidí adaptarla a las nuevas especies así que por este motivo no voy a borrar Hunter de aquí pero quería invitarlos a leer como era antes de la adapcion, espero que lo disfruten.

aquí les dejo el link y en los comentarios: https://litnet.com/es/book/luna-de-hielo-b98514

—¡Sueltalo Tabbitha! —rigió la feroz bestia detrás de ella—.

Sin embargo ella se aferró aún más a Hunter descansando su mejilla en la frente de él.
135 apretó los puños lleno de impotencia y desasosiego, ¿Por qué su mujer estaba tan preocupada por ese bastardo?
Maldijo una y mil veces al verla llorar de preocupación y se sintió como un monstruo, él debía consolarla, ese era su deber.
135 dio un paso hasta ella pero justo en ese momento la oscuridad lo abordó.
Al despertar descubrió que Tanner había mandado a doparlo pues había pensado que se pondría violento con Tabbitha, ¿Lo creían realmente un animal salvaje?
Ella era su compañera, nunca le haría daño.
Has matado a tu hijo.
Escuchó que susurraba su conciencia, el dolor presionó en su pecho entonces se llevó ambas manos a su cara restregandola nerviosamente.
No le gustaba nada la manera en cómo Tabbitha miraba a ese rubio, ella nunca lo había mirado con esa luz ni esa preocupación en su pupila, ni siquiera cuando decía amarlo.
Se levantó furioso para después golpear la madera de la cama que crujió tras su brusca acción, él no lo había hecho a propósito, estaba drogado y quería salvarla, no había querido dañar a su hijo sin embargo lo había hecho de la peor forma posible, quizás si fuera una bestia como ellos le llamaban.

***

Tabbee limpió las partes ensangrentadas de Hunter con preocupación, ¿Por qué no despertaba? Necesitaba ver que se encontraba bien y aquello eran simples golpes.
—Quita esa cara de preocupación Tabbee, Hunter despertará pronto, dale tiempo y recuerda que debes fingir o...
—Lo sé, lo sé —Suspiró dejando el algodón a un lado para después mirar a su hermano—, sólo que...
—Yo sé lo que se siente hermanita pero creeme que estás armando un drama por algo tan simple como unos golpes, los nuevas especies tienen que pasar por mucho más para que logren ser dañados.
—Sí, lo sé.
Tabbitha se levantó de la cama dando pasos firmes hasta donde estaba su hermano.
—¿A qué te referías cuando dijiste que me sacarías de aquí Tanner?
Su hermano miró hacia los lados buscando tal vez a algún intruso que estuviese escuchando la conversación.
Al no ver a nadie la acercó para susurrar.
—Aún puedo decírtelo Tabbee, pero te juro que lo haré, no te impacientes.
La curiosa morena chasqueó su lengua para seguir indagando sin embargo se detuvo al escuchar el gruñido de la nueva especie detrás de ella.
Feliz porque había despertado casi corrió y se lanzó a su lado.
—¿Quién es él?
Tanner lo miró con simpatía.
—Mejor me voy Tabbee.
Pero ella no prestó atención, sus ojos estaban en la cara de Hunter recorriéndolo con preocupación.
—¿Cómo te encuentras?
Los coléricos ojos de la nueva especie se posaron en ella y toda la tensión y el enojo desaparecieron.
Hunter besó la palma de ella que anteriormente recorría su cara y la miró con dulzura.
—Me encanta despertar y estar a tu lado Tabbee...
Entonces usando su fuerza tiró de su cuerpo colocándola encima de él para después atacar sus labios con alevosía, como poseída Tabbitha siguió aquel torrente beso, de lo único que era consciente es de que no quería detenerse.
—Pero no me gusta nada verte con otro, porque eres mía...
Dicho esto mordió su cuello con un hambre insaciable, la necesitaba, su cuerpo ardía por ella.
Tabbitha soltó un gemido ahogado cuando Hunter introdujo un atrevido y grueso dedo en su hendidura entonces él abandonó su cuello e introdujo su lengua en la boca de ella.
El arrebato de pasión le nubló la mente a la morena que con iniciativa se quitó las bragas debajo del vestido, presionó ambas manos en el torso de él y con proeza se movió circularmente ocasionando que ambos jadearan extasiados.
Bajo ella Hunter la miraba con deleite queriendo probar más de ella, nunca antes había dejado a una mujer llevar la voz de mando pero por Tabbitha haría lo que fuera, a demás aquello se sentía tan bien que ni siquiera quería detenerse, tomó con sus fuerte manos la cintura de ella ayudándola en sus movimientos giratorios.
Tabbitha se sentía en la gloria cada vez que el rústicos jeans de Hunter le rozaba el coño pero aquello no era mejor que tenerlo dentro así que acercó su cara a la de él devorándolo en un beso salvaje y cuando sus labios se abandonaron su boca no dejó de curiosear.
Deslizó su lengua por el torso de Hunter hasta llegar al inicio de los pantalones.
Lanzó una mirada pícara a Hunter pero él la miró en medio de su deseo, embelesado suplicando más en silencio.
Acto seguido Tabbitha arrancó el molesto pantalón que los separaba y se dio cuenta que no llevaba bóxers, tomó su larga longitud en sus manos tratando de provocarle aún más pero la mano de Hunter la detuvo.
Sus ojos chocaron y Tabbitha pudo ver cómo su mandíbula estaba firmemente apretada.
—Joder, no juegues conmigo Tabbee, te deseo ahora.
Tabbee le regaló una sonrisa y como si él le hubiese dado una orden asintió, se posicionó una vez más sobre él haciendo que ambos sexos se tocasen y de un momento a otro su duro miembro se introdujo en ella bombeando con fuerza.
—Dios sí —Gimió Tabbee—.
Instintivamente se arqueó montándolo como experta y en ese momento Hunter levantó su torso sosteniéndola con firmeza llevando sus labios hasta sus pecho de Afrodita los cuales succionó sin dejar el vaivén de sus caderas.
Cada vez más fuerte.
Más profundo.
Más reconfortante.
En un segundo Hunter la hizo girar hasta que su espalda chocó con las sábanas de seda, una mano acarició su pierna la cual alzó enrroscandola en su espalda, las envestidas se hicieron más rudas y llenas de pasión, Tabbee ahogó sus fuertes gemidos al morder el hombro de Hunter.
Entonces el éxtasis los nubló plenamente a ambos y Hunter derramó su semilla en su interior.
—Dios —dijo en un jadeo Tabbee—.
—Sí preciosa mía, yo soy tu dios y tú eres mi eterna diosa.
Tabbitha olvidó la blasfemia abandonándose entre sus brazos.

HUNTER (1)Where stories live. Discover now