Sunken Ship |Larry| A&O

seis

"Los ojos no saben guardar secretos."

Louis caminaba nervioso por su habitación. Paraba solo para mirar por su ventana, la oscura calle sin rastros de nadie. Su teléfono celular entre sus manos sudorosas. Miró la hora.

"Le dije que lo quería aquí a las doce en punto, son la una y media de la madrugada, lo mataré."

Su mente no paraba de pensar en ideas para torturar a Dylan mientras gruñía bajo. Pasaba sus manos por su cabello y tiraba de las puntas. Escuchó el ruido de un auto y se aproximó a la ventana con su corazón latiendo a mil por segundo.

Dylan estacionó su auto en la entrada de la casa de los Tomlinson, con una sonrisa en su rostro.

"Llegamos." Susurró.

Harry sonrió nervioso.

"Sí. La pase muy bien, Dylan. La película estuvo buena." Observó al alfa que lo miraba con ojos brillosos. "Y gracias por la comida, la pizza estaba rica." Sonrió, queriendo bajarse del auto en ese momento.

"Yo también la pase muy bien, no puedo esperar para repetirlo." Dijo como si fuera un hecho, haciendo que el estómago del rizado se revolviera ante ese pensamiento. "Gracias por darme la oportunidad." Dijo ahora más serio.

Harry asintió, sin saber muy bien qué hacer.

"¿Quieres ir a tomar algo mañana? ¿O prefieres esperar?" Preguntó esperanzado el mayor.

"Oh, bueno, me gustaría. Pero el domingo en la mañana salgo con mi familia de vacaciones, iremos a visitar a unos familiares. Ya sabes, vacaciones de invierno. Así que mañana debo prepararme para el viaje." Harry agradecía tener que irse de viaje, así tendría tiempo de pensar en lo que estaba haciendo.

"Entiendo, esta bien." Asintió, un poco decepcionado, pero aún felíz de saber que tenía oportunidad con el menor.

"Gracias de nuevo, Dylan. Ya es tarde, así que..." Llevó su mano hasta la perilla de la puerta del auto, pero se detuvo al ver que el alfa se acercaba a él.

Dylan intentó besarlo en los labios, pero Harry corrió su rostro a tiempo para que los labios del otro se posaran en su mejilla. Estuvieron así por unos segundos hasta que el pelinegro se apartó unos centímetros y suspiró.

"Lo siento. Pensé... Lo siento." Susurró con los ojos cerrados.

Harry negó con la cabeza.

"No, no, esta bien, es solo que... Es muy pronto, quiero... Quiero conocerte más."

Dylan sonrió y el rizado le devolvió una débil sonrisa. Antes de apartarse, Harry besó su mejilla suavemente. Dylan, soprendido, sonrió como loco enamorado.

"Buenas noches, Harry."

El menor asintió y salió del auto. Caminó hasta la puerta de entrada y saludó a Dylan, quien encendió el auto y se puso en marcha.

Estaba por poner las llaves en la cerradura cuando la puerta se abrió fuertemente, dejando ver a un Louis furioso. Estaba despeinado, algo sudado y Harry podía sentir un ligero gruñido venir del fondo de su pecho.

Louis tomó su mano con fuerza y lo empujó dentro de la casa, cerrado la puerta tras de él.

"¿Dónde carajos estaban?" Gruñó con furia, intentando contenerse de gritar y despertar a todos en la casa. "Te dije que te quería aquí a las doce en punto, joder."

"Louis, tranquilo. Fuimos a comer algo después del cine y se nos pasó la hora, ¡No es para tanto!" Harry lo observó algo asustado.

El castaño acorraló a su hermano contra la pared de la sala, poniendo sus manos a cada lado de su pequeño cuerpo. Harry jadeó de sorpresa y miedo. Podía sentír el enojo del alfa, sus piernas comenzaron a temblar.