Sunken Ship |Larry| A&O

ocho

"Y nadie conoce mejor tu infierno que aquel que se ha quemado en él."

Siguió retorciendose en su cama, quería buscar ayuda, por lo menos llamar a Niall y que le dijera qué hacer para calmar ese dolor que sentía. Pero su meten estaba nublada por el deseo de ser llenado. Sabía que en ese momento se veía como un desastre de rizos alborotados, mejillas rojas, labios abiertos, cuerpo tembloroso y piernas apretadas. Piernas bien apretadas, debido al vacío que sentía en su interior. Eso sí que dolía. Sentía que si no venía un alfa en ese momento y lo llenaba, moriría. Pensó en llamar a Dylan, pero descartó la idea al instante, sabiendo que sería una mala idea con su hermano a solo dos puertas de distancia. Seguramente los escucharía y se volvería loco.

No sabe en qué momento empezó pero se encontró a sí mismo gimiendo sin parar, llamando a su alfa.

"Alfa, alfa, alfa, alfa..." Susurraba en pequeños gemidos, a pesar de que sabía que nadie vendría.

Temblaba sin parar y su entrada se sentía totalmente lubricada. Así que esto es lo que se siente.

En un momento dejó de escuchar a su hermano.

Louis había estado jadeando todo este tiempo, llamando a algún omega inexistente para ayudarlo a aliviar su dolor. Su entrepierna estaba inchada, dura y caliente, pero no se atrevía a tocarla. Se detuvo al escuchar el sonido de un omega llamando a su alfa desesperado. Sabía de quén se trataba, pero no pensaba con claridad.

"Alfa, alfa, alfa..."

Pudo distingir en su voz la necesidad del omega y supo que estaba en celo. Sus ojos se volvieron negros, todo su cuerpo se tensó y su lado razional de bloqueó por completo.

"Mi omega me llama. Mi omega me necesita. Mi omega." Era lo único en lo que podía pensar mientras se levantaba de su cama y salía de su habitación.

Harry seguía recostado sobre su cama, sudando y sufriendo. Necesitaba atención. Su omega lloraba rogándole que hiciera algo. Apretó las sábanas fuertemente entre sus manos. Cuando escuchó que su hermano había dejado de jadear, él había dejado de llamar a su alfa, su lado razional intentando escuchar algo que le hiciera saber que Louis estaba bien. Se sobresaltó cuando escuchó cómo la puerta se abría lentamente.

Louis apareció ante su ojos, como lo había visto hace unos momentos atrás. Desnudo y con ojos inquisidores, el castaño observó a su hermano tendido sobre la cama. Un dulce olor invadió sus pulmones, volviendolo loco y haciendolo sentir extasiado. Se gritaba a sí mismo que no debería estar allí, que necesitaba darse la vuelta y encerrarse en su habitación antes de que sea tarde, pero no podía moverse. Su alfa lo estaba controlando, y éste gemia en anticipación, manso ante la vista que tenía delante, sediento. Volvió a gruñir, esta vez más fuerte.

Harry gimió ante sus ojos oscuros y abrió sus piernas al instante, incitándolo a tomarlo. Su omega controlandolo a él también.

Louis abrió la boca y lamió su labio inferior. Ninguno de los dos estaba conciente de lo que hacían, muy lejos de ser razionales, se estaban dejando llevar por sus instintos. Y se sentía bien.

"Alfa." Llamó el menor con tono suplicante. Ojos llorosos, manos apretando sábanas, labios entreabiertos. "Alfa, alfa." Lloriqueó, abriendo más sus piernas.

De un momento a otro, sintió como Louis se recostaba encima suyo, sin aplastarlo. Rodeó su cadera desnuda con su muslos, buscando contacto y atención. El castaño unió sus labios en un intento desesperado por acallar las súplicas de su omega, que lo estaba volviendo loco. Era el primer beso de Harry. El alfa enterró su rostro en el suave cuello de su hermano y olfateó su tibia piel, para luego lamer allí donde se unía su cuello con su hombro.