diez

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"Ahora tengo que aprender a llevarte en el cuerpo y no solo de la mano."


Bajó las escaleras con cuidado. Su cuerpo, ahora limpio, dolía por todas partes. Su cuello ardía. Le era difícil estar de pie, se sentía raro. Nunca en su vida se había sentido tan raro, pero le gustaba. A pesar de ser una sensación sumamente desconocida y extraña, era simplemente placentera.

Entró en la cocina, encontrandose a su hermano de espaldas. Estaba cocinando algo. El mayor se dio cuenta de su precencia, pero no lo miró.

"Buenos días, siéntate. Estoy preparando el desayuno."

Harry asintió aunque sabía el Louis no lo veía. Se sentó en la mesa y su hermano sirvió los platos para luego sentarse. Notó la cajita sobre la mesa, pero no dijo nada.

"Mermelada de arándanos." Dijo con ojos brillosos.

"Tu favorita..." Susurró el mayor con una pequeña sonrisa.

"Pero... No se consigue por aquí... ¿Cómo?" Lo miró confundido.

"Supuse que después de..." Apartó la mirada. "Bueno, sé que te encanta, solo fui hasta el centro y la conseguí. Disfrútala."

"Gracias." Susurró, sin poder borrar la sonrisa de su rostro.

"Yo... también compré eso que me pediste." Agarró a cajita y se la tendió a Harry.

El menor la observó, sus mejillas tomando color. "The Day After" se leía, con pequeñas estrellitas violetas. La tomó entre sus manos temblorosas.

"En la farmacia dijeron que debes tomar solo una. Y que puede causarte dolor en el abdomen... pero es normal." Comentó el mayor.

"Esta bien." Abrió la cajita y sacó una tableta con dos pastillas.

"Hazz..." Tomó su mano, parecía estar conteniendose. "Tú no... No debes tomarla, si no quieres..."

"Lou, debo hacerlo." Frunció el ceño. "No podemos arriesgarnos. No ahora." Negó, a pesar de no estar seguro de querer tomar esa pastilla.

"Sí, tienes razón. Lo siento, estoy actuando como un idiota." Negó con los ojos cerrados.

"No, esta bien." Suspiró, observando las pastillas. "Bueno, no lo sé. Podría tomarla más tarde, ahora tengo hambre." Guardó la tableta dentro de la caja y la dejó a un lado.

Louis asintió, sin saber qué decir. En su interior había una lucha que lo estaba consumiendo vivo, a pesar de que podía disimularlo. Mientras su alfa le exigía que protegiera y cuidara lo que sea que Harry tuviera dentro en este momento, su lado racional le pedía a gritos que obligara a su hermano a tomar esa pastilla y tratara de buscar la solución a este problema lo antes posible.

"¿Cómo te sientes?" Preguntó Louis, ignorando sus pensamientos.

Observó la marca en el cuello del menor. No quería pensarlo, pero le fue inevitable. El omega en frente suyo, ese pequeño y jóven con una vida por delante, ahora estaba marcado, por su culpa. Y se trataba de su propio hermano.

"Bien." Mintió, la preocupación instalada en cada una de sus células. "Lou, ¿Qué vamos a hacer? Esto... Es para siempre." Susurró, intentando retener las lágrimas que empezaban a acumularse en sus ojos. "¿Qué haremos cuando mamá y papá vuelvan? ¿Qué dirán?"

"Hazz, tranquilo, por favor." Lo observó suplicante. "Podemos ocultarlo por un tiempo. Es invierno, puedes cubrir la marca con un pañuelo o una bufanda. Luego veremos qué hacer. Sé que es difícil para tí, encontraremos la respuesta a esto."

Sunken Ship |Larry| A&OWhere stories live. Discover now