Capítulo 6: ¿Qué eres?

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-Nunca caeré en eso.

Sus hombros caen.

-Entonces también me dejarás morir de hambre y sed.

-No eres humano. -dije.

-Lo sé y no hace falta que me lo recuerdes. -su voz se tiñó de tristeza, una tristeza que en un segundo partió mi corazón y lo volvió a juntar hasta quedar amorfo.

-¿Qué eres? -pregunté con un dejo de pesadumbre.

-Si te lo dijera tendría que matarte. -Dijo en la misma posición desde que entré, encadenado.

-Inténtalo. -Todo rastro de sentimiento se esfumó con su declaración.

-Está bien -cedió -, tú ganas.

-¿Y bien?

-¿Y bien qué?

-¿vas a decirme qué eres?

-No puedo. - ¿Era aflicción lo que yo escuchaba en su voz?

-¿Es una clase de regla o algo así? Prometo no asustarme.

-Es una ley y no puedo desobedecerla.

-¿Quieres salir de aquí o no? -insistí.

-Quiero, pero aún si me soltaras no podría.

Parecería que no estaba al tanto de que había una puerta; o tal vez no sepa lo que son las puertas ya que tiene alas.

-¿Por qué?

-No lo sé dime tú en donde estoy.

Pasé mi mano por mi húmeda frente.

-¿No eres una especie de sábelo-todo?

Recostó su cabeza contra la pared detrás de él y dobló sus rodillas quedando en una posición bastante sexy y adorable.

Un par de minutos pasaron hasta que me cansé de la espera.

-¿Ahora has decidido no hablarme?

Ni una repuesta.

Me levanté, agotada de todo lo ocurrido.

-Volveré cuando decidas hablar.

Creo que encontré otro estado de humor en él, y esta no me gustaba.

Me levanté de mi silla, sabía que ya era tarde y tenía que asegurarme de poner un montón de cosas en su lugar, no había nada más que quería hacer aparte de quedarme a observarlo. Observar su brillante piel y esos carnosos labios como papas fritas listas para comer.

Pero por más que quería quedarme a obtener respuestas, tenía que borrar cualquier rastro de lo que pasó, del desastre que me espera en la cocina. En el momento que mis padres llegasen, que sería en un par de horas, todo el lugar debería estar limpio de cualquier pista que me incrimine. A papá no le gustará encontrar que su hija inestable mentalmente estaba utilizando su arma, sellaría lo que pensaban de mí y me enviarían a un manicomio. Además el florero favorito de mamá y el desastre en la cocina, sería la gota que colmaría el vaso.

********************

Empezó a oscurecer cuando terminé, los grillos hacían lo suyo y el sonido de los demás animales en el bosque circundante era más silencioso que de costumbre.

Había algo que hacía que mi columna vertebral se tensara y que los bellos de mi nuca se erizaran. Antes ocurría muy pocas veces, pero mientras barro la cocina es constante. Me detengo para pasar mi mano por mi frente sudorosa y mirar cómo va quedando el piso de los últimos pedazos del florero que estoy juntando. No es mucho lo esparcido en suelo, pero tengo tanta mala suerte que el florero ya no se puede arreglar.

El rifle lo puse perfectamente en su lugar y en verdad esperaba que el cartucho faltante no sea notorio.

Mi problema fue el florero hasta que me di cuenta que había una réplica exacta en el pasillo hacia mi habitación, mamá no se daría cuenta a menos que decidiera doblar la esquina y dirigirse a mi cuarto, cosa que nunca hace para mi beneficio.

Veo los faros del coche alumbrar a través de las cortinas endebles del vestíbulo. Y sé que mis padres están aquí.

Termino con todo y me lavo las manos, miro hacia el patio trasero por la ventana y todo parece tranquilo. Mientras escucho que la llave de la puerta delantera está siendo puesta, finjo revisar la heladera.

Las palmas de mi mano sudan, mi corazón late más rápido que de costumbre. Tengo miedo que mi padre se dé cuenta de mi nerviosismo. Cosa que es demasiado obvio en mí, y más para mi padre. Le encanta ser cardiólogo y ya puedo ver cómo me da un ataque al corazón y papá busca el electro choque para reanimarme. Apuesto a que me perseguirá en mi lecho de muerte para saber por qué hay un muchacho amordazado en su cobertizo y por qué mis huellas dactilares están por toda su winchester.

Ya puedo ver a mi madre, que es enfermera, revisando mi pulso y averiguando la causa de mi muerte, aunque creo que le importaría más saber qué ocurrió con su preciado florero.

Inhalo y exhalo varias veces, haciéndolo necesario para calmarme. No es como si maté a alguien y luego lo arrastré al cobertizo. No, claro que no. Solo disparé en el corazón a un ser completamente sobrenatural que parece un muchacho común y corriente, lo até y luego lo transporté, con una carretilla para su comodidad, hasta el tenebroso cobertizo. Solo eso, nada más.

Los nervios me carcomen por dentro y mi mente juega conmigo.

-Cariño, ya llegamos- La voz de mi madre resuena desde el vestíbulo.

-Estoy aquí. -por una extraña razón mi voz sale serena.

Ruego para que se vayan arriba, a su cuarto, y tomen una ducha, así me da tiempo para tranquilizarme.

Cada ruido que provocan lo percibo.

Las llaves siendo arrojadas sobre la mesita a lado de la puerta. El suspiro de cansancio de mi padre, los pasos de mi madre con sus zapatillas blancas dirigiéndose hacia mí.

Hola queridos fieles lectores. Como han visto estoy participando en un concurso y estoy en el puesto 523 en fantasía, vaya cosa. Somos pocos, pero vamos aumentando. Gracias a todos por sus votos, en especial a Steph que la super amo con todas mis fuerzas. :-* Te quiero amiga. Nos vemos en los exámenes finales. Solo eso, nada más.

Gracias y Buenas noches.

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