¡Todo lo mio es tuyo!

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Harry y compañía salieron de la oficina de Kingsley, y se dirigieron hacia el ascensor. Apretaron el botón para llegar al atrio mientras varios memos ínterdepartamentales volaban sobre sus cabezas.

Cuando llegaron al atrio, Harry le envió un patronus a Bill, diciéndole que la reunión había terminado. Fue más rápido de lo que esperaba, apenas eran las doce y media. Al pasar, observaron que la fuente estaba siendo restituida. Los muggles que se encontraban debajo de los magos, estaban siendo transformados en nubes. Los Magos que estaban en la parte superior de la estatua, los estaban transformado en sus formas originales. Un Mago, una bruja, un centauro, un duende y un elfo.

Al pasar junto a la fuente, Hermione se detuvo a observarla detenidamente. - ¡Harry! - le llamó presurosa. - ¿Ya viste al mago de la fuente? Se parece a ti.

- ¿Qué? - Preguntó Harry volviéndose a la estatua. y Efectivamente, el mago era una versión mayor de lo que Harry era, parecía mas bien una estatua de su padre. La bruja era - ¡Ginny! La bruja se parece a ti! - Dijo Hermione subiendo la voz

Harry se encontraba un poco molesto. ¿Por que no le mencionó Kingsley que iban a poner su rostro en la estatua del ministerio? El no quería mas atención. Suficiente tenía con tener la cicatriz en su frente como para que le pusieran una estatua en el Ministerio de Magia. Solo esperaba que no le pusieran una apariencia débil, como a la antigua estatua. Y que a Ginny no le pusiera cara de idolatrar a Harry. Aunque eso no estaría muy lejos de la realidad, el principal héroe de Ginny era, es y será Harry.

- Vámonos - Dijo Harry volviéndose a la salida. Antes de salir, un patronus de un escarabajo gigantesco llegó hacia ellos y dijo con la voz de Bill.

- Harry en una hora tienes cita con el Goblin mayor. Por favor se puntual, porque ellos son muy rigurosos con las reglas - Terminado el mensaje, el patronus se desvaneció.

Harry y los demás se dirigieron a las chimeneas, tomaron polvos flu y se dirigieron al Caldero Chorreante. Ahí fueron recibidos por Tom, el dueño que de inmediato les proporcionó un privado para evitar ser asediados por los demás comensales. Pidieron de comer, y Tom presuroso, les llevó cuatro bandejas con comida exquisita y una Jarra de zumo de calabaza frío.

Acabando de comer, fueron a pagar la cuenta.

- No señor Potter, no puedo aceptar dinero de usted. - Dijo Tom solemnemente.

- La comida de usted y sus amigos corre a cuenta de la Casa.

Harry comenzó a protestar pidiendo que aceptara el dinero, pero Tom se veía decidido.

- Es lo menos que puedo hacer por los salvadores del mundo mágico.

Harry se resignó. Le dio las gracias a Tom y salieron al patio trasero donde se encontraba la entrada al Callejón Diagon. Después de tocar con su varita el ladrillo que daba acceso al callejón, salieron juntos. Faltaban quince minutos para la cita de Harry con los Goblins.

Afortunadamente, no había mucha gente en el callejón, de lo contrario hubieran estrechado manos al por mayor y no hubieran llegado a tiempo a Gringotts.

Cuando llegaron al edificio de mármol blanco, vieron que Bill los esperaba en la entrada. Llegaron hasta el, y lo saludaron.

- Harry, el Goblin Mayor te está esperando. Debo advertirte que no se ve nada contento, de hecho, mencionó a Griphook. - Dijo Bill. - ¿Recuerdas lo que te dije sobre los tratos con los Goblins?.

Hermione se llevó las manos a la boca, con preocupación.

- Lo recuerdo. Y recuerdo que dijiste que ellos no ven las ventas como nosotros los magos. Creo que se por donde va todo esto. - Dijo Harry. - No te preocupes Bill, se lo que voy a hacer, solo necesito conseguir un pensadero.

Harry Potter, viviendo tras la guerra.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz