Harry Potter, viviendo tras la guerra.

Nervios...

- ¿Aun no sabemos que pasara con Harry Potter y sus dos inseparables amigos? - Preguntó el misterioso mago. Anton Franz contesto que aun no tenia noticias, pero pensaba que éste, seguramente decidiría continuar con sus estudios en el colegio.

Lo que si sabia ya que no era un secreto en el ministerio, era que la hija de Arthur Weasley era novia de Harry Potter y no se separaban para ir a ninguna parte, en los últimos días, habían visto al inseparable trío, convertido en un inseparable cuarteto, Ron Weasley cogido de la mano de la señorita Granger y Potter de la señorita Weasley.

- Mmm.... es mas difícil controlar a cuatro que a tres. Tengo entendido que son muy buenos en los duelos, aun así, debemos seguir adelante con el plan de Hogwarts por si Potter decide continuar con sus estudios. - continuó el mago líder.

- Considero señor, que deberíamos considerar algún plan de contingencia por si en lo eventual Potter no regresa al colegio. ¿Que haríamos si decide no estudiar más? - decía Franz. Mientras le contaba a su jefe que según había escuchado en el ministerio, un goblin llamado Griphook, se había embriagado en el Caldero Chorreante la noche anterior, y entre berridos y lamentos había soltado que Harry Potter era el heredero de una de las fortunas mas antiguas y grandes del mundo mágico. Franz pensaba que quizá Potter decidiría que no tendría que hacer nada mas en su vida y se dedicaría a disfrutar de su fortuna.

- Eso me tiene sin cuidado, se que Potter tiene aspiraciones y sueños, se que ha sido criado por muggles y no ha tenido nunca ambiciones y sueños de riqueza o fama, les huye. Ahora que sabe que tiene una fortuna hará de cuenta que sigue siendo pobre y seguirá con sus planes - contestó el misterioso mago. - Según me dijo en su momento Umbrige, Potter soñaba con ser auror y para ser esto, debe primero terminar su séptimo año y sacar excelentes notas - continuó.

Minerva McGonagall caminaba en círculos en su oficina pensando en cual seria la mejor forma para decirle a Potter y sus dos inseparables amigos lo que tenia pensado. Lo que más le preocupada era como se lo tomarían.

Había consultado con los cuadros de Dumbledore y Snape y estos sobre todo el de Snape, no estaba muy seguro de la decisión y según Dumbledore, dudaba que aceptaran la propuesta aunque no le desagradaba del todo la idea de la nueva directora.

Por otro lado, la directora le había informado a Dumbledore de la decisión y posterior ejecución sobre los libros que hablaban de horrocruxes, a lo que este, no había podido sino estar mas de acuerdo, el mismo, ya lo había pensado, pero debido a que Harry los necesitaba, o mejor, Hermione los necesitaba para ayudar a Harry, no lo había hecho.

Minerva salió de su oficina para seguir supervisando la reconstrucción del castillo. Normalmente Hogwarts era capaz de reconstruirse solo pues así lo habían dispuesto sus fundadores, pero dado que la batalla había dejado un gran impacto, la directora había tenido que contratar a varios magos constructores y goblins para garantizar que el colegio estuviera listo para el inicio de las clases en septiembre.

- Ahora lo que más me interesa, es que esta semana iré al ministerio a solicitar empleo y así, poder continuar con el plan - le dijo el misterioso mago a Franz, a Antonin Dolohov y a Yaxley. Dos ex mortifagos de Voldemort que sonreían y asentían.

- No puedo creer la suerte que tengo de que ustedes se me hayan unido, sobre todo tu Antonin, ahora que todos creen que fuiste asesinado por ese estúpido profesor de encantamientos - Decía el misterioso mago. - Sera más fácil acabar con Potter y se que ustedes están deseosos de vengar a su maestro. - Continúo.

Los interpelados se miraron y sonrieron. - Solo pedimos que nos permita acabar a nosotros con Potter, no se imagina cuantos problemas nos causo con el señor tenebroso ese mocoso - contestó Yaxley que les contó a lo que tuvo que enfrentarse cuando los tres muchachos irrumpieron en el ministerio y se volaron en sus narices.

Harry, Ginny, Ron y Hermione salieron de la casa de los Dursley y decidieron caminar un poco hasta que se desaparecieron y llegaron a los limites de la madriguera y se dispusieron a entrar a casa.