El día que Draco abrió su corazón

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En otro sector de Gran Bretaña, otra celebración de noche buena se estaba realizando al mismo tiempo que la gran celebración ofrecida por la casa Potter para todos sus amigos, Astoria Greengrass había decidido llevar a su novio Draco a pasar la noche a una hermosa colina lejos de cualquier molestia. Durante su salida de compras con las chicas, Astoria había comprado todo lo necesario para hacer un camping, incluso en la tienda de deportes mágicos consiguió una muy buena carpa mágica que le serviría para lo que tenia pensado.

Hacía días, Astoria le había dicho a Draco que quería celebrar la noche buena y la navidad junto a el, así en la mansión Malfoy no tuvieran la costumbre o el animo de hacerlo, el rubio que como siempre le daba la razón y le seguía la idea en todo a su novia pues aun sentía que no la merecía, aceptó hacerlo con la condición de que celebraran lejos de la casa. Como Astoria lo imaginó, Los Malfoys no tenían intención de celebrar nada y menos en su casa donde aun estaba latente el recuerdo de todo lo que Voldemort y sus mortífagos hicieron en su interior. La realidad era que Draco tampoco se sentía capaz de celebrar mucho pero ver feliz a Astoria le hacia feliz a el y con eso bastaba para que aceptara. A Draco, en contra de todos los pronósticos en el ministerio le estaba yendo bien en el trabajo, los primeros dos meses habían sido muy duros debido a los prejuicios familiares y personales de Draco pero sobre todo debido a los prejuicios de los magos y brujas del ministerio tenían hacia el. Afortunadamente Kingsley no se había equivocado cuando lo asigno a ese departamento pues su jefe Arthur Weasley, quien debía ser uno de los magos que le prejuzgara como lo hacia su hijo menor, le trataba con compresión y cariño e incluso había aceptado las disculpas del joven Malfoy con una sonrisa, poco a poco y gracias a los regaños y consejos del señor Weasley y de la propia Astoria estaba aprendiendo a ser más tolerante. Draco estaba aprendiendo sobre muchos cachivaches muggles y sus costumbres, incluso había tenido que entrevistarse con varios muggles para aclarar usos de magia delante de estos, Kingsley le había prometido seis meses en ese cargo, su ambición le pedía avanzar, al menos a otro departamento donde pudiera especializarse en algo y según los comentarios del ministro muy pronto tendría su recompensa. Astoria le había citado en su pequeño apartamento, no quería recibir las malas energías y miradas de Lucius que eran capaces de agriar un postre recién hecho.

Muy puntual como le había inculcado su estricto padre, Draco llegó al apartamento de Astoria a las tres de la tarde, según entendía la cena sería como la fiel costumbre británica, a las cinco de la tarde. - Hola Astoria, ya llegué. - ¡Hola querido! Estoy en la ducha esperame diez minutos en la sala ya salgo. - Draco sintió una tentación irresistible de irrumpir en la habitación y en el baño de su novia pero prefirió hacer lo que le pidió. Estando en la sala no pudo percibir ningún olor a comida, notó que la mesa del pequeño apartamento estaba sin arreglar y la cocina impecable, el joven y astuto rubio pensó que quizá su hermosa e inmerecida novia le invitaría nuevamente a cenar a algún restaurante muggle y por eso se preparaba con ansias en la ducha. Sería la primera vez que el joven Malfoy pasaría esta fecha lejos de su madre aunque ella misma le había persuadido de que aceptara la invitación de la castaña.

Narcissa Malfoy era quizá la más consciente y feliz del cambio que estaba teniendo su hijo desde que había aparecido Astoria, la sonrisa del joven ahora era algo habitual, pero sobre todo su cambio de carácter y su cambio de pensamiento era lo que mas le hacia feliz. Narcissa siempre había apoyado a su esposo en los temas de la pureza de la sangre y la magia oscura por amor, sabia que estaban obrando mal pero ella había decidido apoyarle hasta el fin de sus días y eso no cambiaría, siempre se molestaba en secreto cuando Lucios le inculcaba sus ideas radicales a Draco pero no podía quejarse, Al fin de cuentas, ella misma había sido criada con esos pensamientos. Después de la desaparición del señor tenebroso, la hermana menor de Andrómeda Tonks había pasado varios meses intentando sacar a su hijo de la depresión e intentando inculcarle un cambio de pensamiento que hiciera que la sociedad al menos lo aceptara sin mucho éxito, Astoria utilizándo la formula del amor incondicional, había logrado mas avances que ella misma y por eso vivía agradecida y la defendía de los comentarios hirientes de Lucios, incluso en reuniones con otras familias sangre pura había defendido la relación de su hijo enfrentándose a sus viejas amigas y a su esposo, al punto en que poco a poco estaba siendo excluida del circulo y solo tenia a su hermana para hablar y conversar, por eso, pasaba la mayor parte del tiempo junto a Andrómeda y Teddy recuperando el tiempo perdido.

Harry Potter, viviendo tras la guerra.Where stories live. Discover now