Hug Me, Please

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—Señor Kim — Hablo el ama de llaves mientras todos cenaban entre risas y anécdotas —¿Que sucede?—
—Alguien lo busca.... Dice que es urgente—Namjoon sin dudar asintió haciendo una venia se levantó de la mesa para ver quién buscaba a si persona. Al llegar a la puerta sólo pudo sentir ira —¡¿Que quieres ?!— pero la mujer sólo pudo reir —Vengo por esa mocosa— Al escuchar esas palabras Jin no dudo en salir de la sala y acercarse a la mujer —No te llevarás a mi Pequeña— Pero este sólo pudo apuntar con desdén al mayor —No es tuya, yo la di a luz — al escuchar esas palabras los ojos de Jin sólo reflejaban el odio que tenía en el pecho por aquella mujer —¡Vete de aquí!—Exclamó con fuerza mientras tomaba a la mujer del dorso de su mano haciéndola salir de la casa —No Me vengas a joder estúpida, legalmente es mía— la mujer reía divertida—Asi que has sacado las garras afiladas, pequeño Jin—
—¡Vete Puta!—
—¡No me digas puta !—
—Disculpe, es cierto, las putas cobran—la mujer alzó su mano en el aire para darle una gran cachetada a Jin pero este la detuvo en seco —A mi no me tocas, perra— Salió de auto el esposo de la mujer con una bebé en sus brazos—¿Quien te crees, maricon?— la mujer tomó a la pequeña en sus brazos para luego notar como el hombre se disponía a golpear a Jin con un puño cerrado hasta ser detenido por Namjoon—Nadie toca a mí esposo—el cuerpo de Namjoon imponía respeto ante el otro—Tu y la puta que tienes por esposa se irán de mi casa, ¡ahora!—

Al irse sólo pudo ver cómo Jin comenzaba a temblar de forma inmediata mientras que su voz no marcaba palabra—Jinnie... — al sentir como Namjoon lo rodeaba con sus brazos. Al despertar una sala de blanco y unas enfermeras chequeaban su luguvre estado anemico hasta sentir la voz de Sung desde lejos —Papá!!— su sonrisa y sus ojitos llorosos lo hicieron temblar — ca...riño? — pero al notar la presencia de Namjoon el cual hizo a Sung salir de la habitación junto a la enfermera, este cambio totalmente su semblante.
—¿Porque no me dijiste?—
—¿De que hablas amor?—
—Es de mala educación responde con preguntas, Kim SeokJin —el silencio se apoderó de la sala mientras que la postura que Namjoon tenía ante su mayor jamás cambiaría
—Tienes inicios de leucemia— mordió su labio inferior con fuerza, algo que había estado escondiendo por más de dos meses había tomado forma—NamJoon.... Yo, lo siento — pero la voz de Namjoon se elevó con fuerza—¡No confías en mí!—
—No es eso —
—¿¡entonces que es!? Porque no entiendo —las lágrimas de Jin caían mientras que se ritmo cardíaco aumentaba —No quería preocuparte—
—maldita sea Jin, porque piensas por mi — Jin comenzó a quitar cada catéter incrustado en su brazo derecho además de quitar el oxígeno en su cabida nasal—No hagas eso —segado por las ganas de volver a casa, la cual no era su casa se le hacía necesario—Quiero ir a casa —
—TE ESTOY HABLANDO, JIN —
—NO QUIERO SER UNA CARGA.... NO QUIERO—tomo a Jin en sus brazos besando su coronilla con lentitud, una profundidad que relajo cada parte del adverso volviandolo totalmente sumiso—jamas lo serás, ¿no pensaste en nosotros, en Sung, en mi?— negó muchas veces sobre el cálido pecho que se le abrirá con gran ternura— No quería preocupar te, no más de lo que estás en cada momento del día —
—tonto, que haré con Sung si me dejas solo.... No pensaste eso ¿verdad?—sus brazos se unían en la espalda del más alto —perdon— aquel sollozo tornó el ambiente distinto. Al entrar Sung a la habitación mostraba cansancio en su totalidad dejando escapar un leve bostezo—Papá, ¿Estas bien?—
—Muy bien, preciosa— un hombre Vestido completamente de blanco junto a una enfermera llegaron a la habitación—La niña debe irse —
—No quiero, me quedaré con mi papá Jin—el doctor tomó a la pequeña en sus brazos dejándola sobre la camilla de Jin —pero no debes molestar a tu papá, ¿es un trato?—
—Si—
—exelente, señor Jin, usted será dado de alto el dia de mañana con un chequeo semanal para comenzar el tratamiento— el castaño asintió mientras acariciaba las mejillas de su pequeña hija. Acunó a la pequeña viendola dormir, contemplando a quien le ha dado alegrías sintiendo que valía la pena luchar por todo y concervar a su pequeña felicidad.