15.

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Negan.

- No la dejéis salir, la dejo en tus manos Martinez.- Le dije al hombre latino, asintió con la cabeza y levantó su mano en modo de despedida.

Dirigí mi mirada ahora a otra persona, Stalin, quien estaba intentando sujetar bien su pistola, levantó la vista y cruzamos miradas, ella me sonrió y mostró con la mirada las ansias que tenía por que volviera pronto.

Encima de los muros se encontraban cuatro personas, Martinez, Tom, Devon y Stalin. Debajo de ellos, encargados de abrir y cerrar las puertas estaban Sam y Max.

Una vez abiertas las puertas salimos en un coche, Roger y yo, en busca de futuras comunidades a las que saquear.

- ¿Qué tal con Stalin?- Preguntó.

- Mejor que nunca no podríamos estar.

- Sabes...el día que nos mudamos a Woodbury, por la mañana le llevé el desayuno...- Me contó la historia y cómo Stalin se puso con él.

- Oh mierda, no me contó nada.- Dije mirando a la carretera.- Todo por culpa de ese...

- Sí, lo sé...tú crees que...¿Stalin pueda caer en algún tipo de depresión? Al perder a su bebé...- Apreté con fuerza el volante haciendo que se noten mis nudillos blancos.

- No quiero ni pensarlo.- Suavicé mi agarre.- Sólo quiero...mantenerla con vida, que esté sana y salva.

Continuamos el resto del viaje en silencio, llegamos a una ciudad, dimos vueltas por las afueras en busca de grupos o algo, pero nada.

- Te dije que fuéramos a la derecha.- Dijo Roger.

- Aghhh- Rodé los ojos.- Bien bien, vayamos ahora por la derecha.- Le di un empujón de broma.

Llegamos a un lugar que parecía estar habitado, era como un pequeño campamento, con muchas tiendas de acampada. Entramos en todas y dentro habían personas...muertas

Pero no parecían tener ninguna mordida de caminante, todas tenía la marca de una bala en su frente. ¿Quién pudo hacer esto? Habían niños y mujeres...

- Eh Negan.- Me llamó Roger.-

Puso un mapa en mi campo de visión y vi como marcado con rotulador rojo había un camino, mostraba como destino Washington.

- Seguro fue la persona que hizo esto..- Señalé las tiendas.- A lo mejor no fue solo una persona, sino un grupo...- Pensé.- Tenemos que ir a Washington.- Dije decidido.

- Pero..estamos muy lejos de allí, ¿y si cuando lleguemos ya no están?-

- No iremos solos, dentro de unos días saldremos con un grupo, así ya de paso a lo mejor encontramos otras comunidades.- Roger asintió.

Volvimos al coche y regresamos a Woodbury.

Cuando ya estábamos dentro sentí unos brazos rodear mi cintura. Stalin.

- Te echaba de menos.- Dijo contra mi pecho.

- Y yo a ti pequeña, dentro de unos días saldremos rumbo a Washington..

- ¿Qué?- Se soltó de mi agarre.- Pero..eso está muy lejos.- Bajó la mirada a sus pies.- ¿No pueden ir otros y tú te quedas?

- Soy el jefe, nena, tengo que ir sí o sí.- Hablábamos en el camino a nuestra casa.

- Vale..¿Cuando nos vamos?

- Eh...para el carro, tú no te vienes.- Miré como su rostro cambiaba.

- Oh si que voy. Tengo que proteger a mi chico de los caminantes.- Hizo como si disparara a un caminante.

Reí y moví mi cabeza de un lado a otro.

- Nononono.

- Tengo que salir de aquí.- Juntó sus manos en modo de súplica.- Además no correré peligro, estarás conmigo ¿No es así?

- Si te llega a pasar algo...- No me dejó terminar la frase.

Junto nuestras manos y las besó.

- No pasará nada, estaré bien.- Sonrió como nunca.- ¿Qué te apetece de cenar?- Dijo cuando ya estábamos en el interior de la casa.

Mientras Stalin cocinaba yo solo podía observarla, su cabello creció los últimos meses y ahora estaba por su cintura, ella sin embargo no creció...reí ante mi pensamiento, a lo mejor medía 1'65, yo llegaba a 1'85 y la diferencia de altura era considerable. Me comentó que era de una familia italiana, y en su rostro se le notaba, sus ojos de un verde claro y suave, su piel blanca, sus labios pequeños pero...preciosos, siempre con ese color rosado, y sus mejillas a causa del frío ultimamente se veían sonrojadas. No pude evitar bajar la mirada a su trasero, me mordí el labio solo de pensar que esta mujer era toda mía.

- ¿Sal o pimienta?- Preguntó.

- Las dos cosas- le sonreí-

Esta mujer era simplemente..impresionante.

Sus labios aterrizaron en mibfrente sin darme cuenta, la sujeté de la cintura y la pegué a mi, abrazé su pequeño cuerpo intentando que nunca se alejara de mi.

The Negan's Origin.Where stories live. Discover now