29- "Selene"

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El salón en el cual se realizaba la recepción y gala benéfica podría ser descrito con una sola palabra: majestuoso. Brillo, glamour, y sobre todo, mucho pero mucho dinero.

Mis ojos iban y venían deseando registrar cada centímetro de buen gusto y lujo que allí se manifestaba, el sitio era imponente, y la gente del lugar, no era menos. Las copas de champagne desfilaban yendo y viniendo por entre los invitados y camareros; la mayor parte de las personas que permanecían de pie, detenía su marcha para saludarse entre sí, darse un cálido abrazo o hacer un tenue gesto amable con sus cabezas.

Yo no conocía a nadie, a excepción de Felipe.

Sin saber si era producto de lo que acababa de confesarle en la puerta del hotel, Felipe no se despegaba un segundo de mí; aun así el temor porque apareciese Selene en escena era latente.

Él nunca sería deshonesto, por el contrario, resultaría claro con respecto a su pasado, a sus traumas, al extraño vínculo de sometimiento psicológico al que fue arrastrado por Selene y la relación enfermiza que mantenía con ella. Sacó a relucir sus fantasmas más oscuros al recordar cada instante pasado como si estuviesen ocurriendo en el presente y aun así, desconocía cuál sería mi reacción al verlos cerca.

Sobre mi brazo descubierto, la fría caricia de la copa con bebida de Felipe me sobresaltó; volteé repentinamente la cabeza para verlo, con sus ojos divertidos y una sonrisa maliciosa de lado. Era inevitable no responder con otra sonrisa.

Avanzando conjuntamente con otras personas recién llegadas, fuimos en busca del lugar reservado en la mesa 10, la designada para nuestra cena. Los integrantes de la misma resultarían ser conocidos de Felipe a juzgar por sus efusivos saludos y cálidas palabras. 

La mayor parte de ellos, hablaba en italiano. Presentaciones de rigor mediante, (agradecí ser la diseñadora Lucero Wagner y no una mera acompañante) aun quedaba una silla por ocupar.

Mi mirada tensa y distante fue tan evidente que Felipe colocó una mano en mi muslo al tomar asiento.

— ¡Buenas noches Selene! — uno de los invitados, de mediana edad y anteojos de mucho aumento, se ponía de pie siendo automáticamente acompañado en su conducta por el resto de los comensales.

Roté mi cuerpo medidamente y pude verla en su plenitud: su más de metro setenta exhibía un delicioso vestido brilloso color plata hasta la altura de sus rodillas. Bordado con exquisita pedrería, Selene era una vampiresa con disfraz de ángel.

 Bordado con exquisita pedrería, Selene era una vampiresa con disfraz de ángel

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Decir que mi mandíbula quedó descolgada de mi rostro, fue quedarme corta.

El dorado de su piel contrastaba con su vestimenta; su cabello, casi platinado, se deslizaba por su espalda como un manto sagrado en tres perfectas y delineadas ondas en tanto que las líneas imponentes de su rostro, eran pinceladas de un artista del Renacimiento.

— Selene —saludó Felipe, cortando de raíz mis pensamientos— , ella es Lucero Wagner, la nueva diseñado reclutada por la firma.

Titubeando como una tonta, extendí mi mano, ante la mirada desafiante y altanera de la rubia modelo, la cual me respondió con un brevísimo "hola" y un gesto condescendiente.

"La elección de una valkiria" - (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora