Inconciente. cap.38

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Él seguramente captó mi incomodidad, ya que lanzó una carcajada.

Observé los alrededores buscando a Ian, y pude distinguir un cuerpo tirado en una esquina de la iglesia. Parecía inconsciente por la postura que tenía, además de que no se movía.

Desvié la vista del cuerpo lo antes que posible, era mejor que mi hermano no notara que me fijaba en Ian, o le podría hacer algo solo para verme sufrir.

Tomé aire armándome de valor y di un paso al frente.

-Ha pasado mucho tiempo -dije tratando de esconder mis sentimientos más fuertes, miedo, dolor, confusión.

-Sí, tienes razón -dijo y se levantó del altar donde estaba sentado- por lo que he notado estos últimos meses, te has vuelto.... buena, supongo que mientras yo estaba bajo tierra, tú tratabas de eliminar tus pecados -hablaba con cierta diversión en la voz.

"Tomé del cuello al hombre y lo estampé contra la pared.

-Me debes mucho idiota, me lo pagarás de una forma u otra -susurré en su oído y luego, con el cuchillo que tenía en la otra mano, le corté la garganta."

Soltó una risa mientras negaba con la cabeza.

-Por tu cara creo que estoy completamente equivocado -dijo y avanzó unos pasos hacia mí- cuéntame Lilly, ¿que ha sido de tu vida luego de que te libraras de mí?

-¿Qué quieres David? -dije evitando su pregunta. Prefería ir al punto, esto de ver que Ian no movía un pelo me estaba preocupando.

-Puedo querer muchas cosas hermanita -dijo y sacó un cuchillo del interior de su saco- venganza tal vez.

Al ver el arma la sorpresa me invadió, comencé a negar con la cabeza y a retroceder varios pasos.

-¿Cómo diablos lo conseguiste? -pregunté con el ceño fruncido.

Ese cuchillo se encontraba en mi dormitorio de la casa de Magnus, dentro de una caja en el fondo de mi armario. ¿Cómo era posible que él lo tuviera?

-No, yo no lo conseguí -dijo girándolo entre sus dedos- éste es el que usaste para matarme, ¿te acuerdas?

No respondí.

-Desde que me desperté he tenido unas inmensas ganas de encontrarte -dijo de repente apuntándome con el arma y volviéndose completamente serio. La diversión ya no estaba, ahora sólo había odio en su mirada- y luego.... matarte, con el mismo cuchillo que utilizaste conmigo -agregó rozándose su propio cuello con el filo. Sus actos poseían un toque de locura, la misma de hace años, la misma que me hizo llegar al punto de tener que matarlo.

-Si quieres mátame -dije avanzando unos pasos sigilosamente- pero a él, libéralo -agregué apuntando a Ian sin dejar de mirar a David.

Él simplemente negó con la cabeza.

-Lo que pasa, hermanita, es que no puedo -respondió- necesito algo de ti, algo mejor que tu muerte, algo que perdí hace poco.

-¿Qué? -pregunto en un susurro.

-Quiero devuelta mi inmortalidad.

***
Narra Alec:

-Ian, soy Alec, ¿puedo pasar? -pregunto luego de tocar su puerta y espero un momento- ¿Ian?

Jessamine - La hija de MalecWhere stories live. Discover now