Hilo Rojo (Myungjong)

Capitulo 10

******6 meses antes*****

-¿Sigues pensando en ello?-

El chico asintió –De no ser por ti, ni siquiera podría estar ayudándote en este momento-

-Tú estabas harto de la situación, yo solamente te di un empujón para salir de ahí...-

-En algo tienes razón-Sungjong volteo a ver el cielo –Tenía dos opciones: irme con Calvin o contigo-

-Realmente yo era tu mejor opción-comentaba Jiae, y no estaba lejos de la verdad

-Ahora me arrepiento...- dijo entre risas el castaño, pero éstas pararon cuando Jiae le empezó aventar hojas y ramas de un árbol –No, detente-

Jiae tenía razón, si bien, ella había llegado en un buen momento a la vida difícil que Sungjong llevaba, él era el único que cargaba con el peso de su decisión.

****Hace un año y medio****

Era una escena donde caían chorros de sangre, seguidos de un par de lágrimas al suelo, buscando un refugio para el dolor.

-¿Seguirás haciendo eso hasta conseguir tu muerte?- una voz femenina logró captar su atención, giró hacia atrás para ver de dónde provenía. Era una chica de cabello largo, le llegaba a los pechos, color castaño claro, medio ondulado; una cara muy angelical e inocente, pero la cual también transmitía cierta melancolía.

-No pretendo conseguir mi muerte-Sungjong no podía creer a lo que veía; pero ciertamente, le daba igual si la chica era parte de su imaginación.

-He escuchado cada lamento tuyo-la chica dio alguna pasos hacia él, estaba descalza, sus pies detallaban su piel tan blanca- Te preguntas el porqué te estás mereciendo esta vida, donde tu papá te ignora, tus hermanos se burlan de ti, y tu mamá se ahoga en el alcohol-

-¡Basta!-

-Pensé que venias aquí, al menos, solamente para llorar; pero me equivoque, también vienes a causarte más daño del que ya tienes-

-Las personas sólo se aprovechan se tus debilidades para destruirte-

-Sólo si tú lo permites-la fémina se sentó de frente al castaño –Yo no te veo destruido completamente, te veo roto; sin embargo, todo puede reconstruirse-

-Yo quiero irme de aquí-Sungjong se levantó del suelo, dirigiéndose hacia la ventana

-Lo sé-ella imito su acción –Y yo te ayudaré; Mi nombre es Jiae-terminó de decir.

*********************

Cuando llegó a la cafetería habitual, donde siempre iba cada vez que lo aquejaba una duda, no se habría imaginado que conocería a un chico capaz de moverle su mundo. Su mundo no estaba lleno de colores vivos, la mayoría se limitaba en matices negros. Se refugiaba en la soledad que muy poco interactuaba en el mundo exterior; era una persona muy mezquita y egocéntrica, vivía en su mundo de individualista a pesar de la profesión que llevaba. Se refugiaba en sus libros de literatura misteriosa.

Calvin observaba desde la esquina de la cafetería a aquel chico que miraba hacia la ventana, como si estuviera en busca de algo, le estaba causando una sensación tan excitante que solo terminó de beber la última gota de café para dirigirse al chico.

No le había causado casi nada que Sungjong le diera su nombre, era un chico muy sencillo, algo muy contrario a él; un lado enfermizo de su personalidad le decía que necesitaba tenerlo junto a él. Le gustaba la sensación tan delirante que le causaba.