Cenizas parte 1

Capitulo 6: Ginger

Me pregunté un buen rato como había sido que Frank sabía que yo estaba en casa de Gerard. Me planteé mil respuestas, pero cada una era menos ilógica que la anterior.

Frank, una vez estaba de mal humor. Me lo había topado unos minutos después de que salí de su habitación y si las miradas matarán yo estaría muerta.

Me senté en el living y tomé un libro que había tirado encima de una mesa: ¡Habla! autor: Laurie Halse Anderson.

Comencé a leer y cada vez me metía más en el libro.

-¡Hermana! - Rachel se tiró encima de mí.

-¡Mierda! - grité asustada.

- Sophie, que boquita - me miró con falso asombro - ¿qué haces?

-Nada - suspiré - sólo leía un libro

- ¿por qué estás triste, Sophie? - preguntó Rachel captando al instante mi tono de voz.

- Frank - suspiré dejando de lado mi libro.

- Los escuché pelear ...- torció el labio - es mi culpa

-¿tu culpa? nada que ver.

- Cuando vino Mikey -los ojos le brillaron a penas pronunció ese nombre - grité cuando él dijo que te habías quedado sola con Gerard en su casa, debe haber escuchado...lo siento...

-No te preocupes - suspiré - ¿cómo estuvo la visita de Mikey? - cambié el tema.

-Awww! 

Rachel comenzó su historia de como había llegado Mikey y ella no había dudado ni un segundo en tirarse y plantarle un beso, que mientras iba "volando" en sus brazos por una fracción de segundo dudó y pensó que tal ves la iba a rechazar pero luego cuando fue aceptada con tanto amor todo cambió. Que era el amor de su vida, que pareciera que nunca se fue, etc, etc. Por lo menos alguien vivía la historia de amor que quería.

Rachel y yo nos marchamos cada una a nuestras habitaciones. 

De pronto la melancolía me atrapó.

Me senté en el borde de la cama conteniendo las lágrimas, Frank no solía comportarse así, y bueno claro yo no salía ir a la casa de...del chico que me había destruido el corazón y que ahora tenía una adorable hija con mi prima. 

La puerta se abrió de golpe y entró Rachel asustada.

- Vamos, baja, Sophie - me tiró del brazo.

-¿qué? ¿por qué? - yo sólo me dejaba llevar por la, ahora, histérica Rachel.

- Tienes que decírle que se vaya! 

-¿ a quién?

- ¡A él! - me apuntó cuando salimos de la pensión.

Gerard y Frank estaban a escasos centímetros de distancia. La posición que ambos tenían se veía muy peligrosa.

No entendía que hacía él aquí.

- ¿qué está pasando? - dije acercándome a ellos. 

No hubo respuesta.

- ¿Frank? - ni siquiera se inmutó en mirarme. -¿Gerard? - él si me miró y luego suspiró.

-Sólo quería asegurarme de que llegaste bien a casa...

- No tenías porqué hacerlo - lo fulminé con la mirada - no me interesa tu atención.

- Sophie, vamos - Frank me tomó del brazo y me jaló.

-¡Oye! ¡Suéltame, me duele! - me dolía y asustaba. Frank me soltó de golpe y me quedó mirando de extraña forma "Lo siento" susurró y se metió a la pensión.