Capitulo 28: New York parte 1

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Había llegado al Hotel en menos tiempo del que pensaba. Era un lugar muy lindo, y había mucha gente entrando y saliendo. ¡Ray! Mi amigo se había lucido con esto, de alguna forma tendría que devolverle la mano.

Me acerqué al mesón para registrarme, bueno para decir que ya estaba aquí porque Ray se había encargado de todo.

Me dieron mi habitación, en el 4º piso. Subí junto a un botón que me trajo las maletas. Le di su propina y luego me tiré en la cama 

Yo sólo podía pensar en Gerard y su forma de tratarme las últimas veces que nos hemos visto. ¿Por qué cuando Frank desaparecía Gerard se comportaba tan lindo y tierno y encantador y…? di un suspiro y luego pensé en Jane. Mierda es mi amiga no puedo estar pensando de esta forma de su…futuro esposo. ¿Por qué tenía que comprometerse? Já, la pregunta que hago. Yo también me comprometí y nadie me recriminó nada ¿qué esperaba? ¿Qué Gerard fuera soltero el resto de su vida? 

Tonta Sophie, tonta. 

Me di rabia yo misma teniendo estos estúpidos pensamientos. ¡Estaba en New York y tenía que salir a distraerme!

Me metí al baño, me di una corta ducha, me arreglé un poco y luego salí de mi habitación. Corrí al ascensor y alguien gritó para detener las puertas que ya estaban por cerrarse. Apreté el botón y…mierda…

-¿Qué haces aquí? – le pregunté apenas entró al ascensor.

-Me hospedo aquí – me respondió como si fuera la cosa más obvia del mundo.

-¡¿Por qué?!

-¡Porque es la magia de New York! – Gerard me tomó de la mano apenas llegó el ascensor al primer piso y me sacó corriendo hacia la calle.

-¡Gerard! ¿a dónde vamos? – pregunté mientras él seguía corriendo.

No dijo nada solo corrió tirándome de la mano hasta llegar a Central Park.

Nuestras respiraciones estaban muy aceleradas así que nos detuvimos para tranquilizarnos. 

-¡Estás loco!

-¡Lo sé! Jajá – él rió de forma tan encantadora. – vamos, caminemos un ratito…

No tomamos ninguna dirección en particular. Nuestros pies nos llevaron hacia cualquier parte del parque.

-Yo no soy muy bajita. Tú eres una jirafa, que es distinto. – nos habíamos pasado el rato hablando de cualquier estupidez.

-¿Jirafa? Pero si yo quiero ser mapache - él hizo un puchero y yo me reí.

-Pues, nop. Yo decido que serás un mapache…

-¡Entonces tú serás un…un….un pollo!

-¿Un pollo? ¿Un pollito? ¿amarillito y chiquitito?

-Se supone que no debería agradarte la idea…- se cruzó de brazos como si se hubiera amurrado. 

-Yo soy un tierno pollito y tú una fea jirafa…

-Eres mala…muy mala

-Jajá, no soy pollito.

Seguimos caminando hablando de cualquier idiotez pero mi mente de repente pensaba en Jane, pensaba en todo lo que hemos pasado, pensaba en tantas cosas y mi desanimaba tanto. Las cosas podrían ser tan distintas pero no, eran así lamentablemente.

-Mira eso que se ve allá es el Belvedere Castle…

-¡Un castillo! – dije emocionada - ¡Un castillo como los que salen en los cuentos de hadas y princesas! – “Cuentos de hadas y princesas” algo que nunca, nunca iba a yo a tener…- ojalá yo pudiera tener un cuento de hadas – dije desanimada.

-Sophie…tú eres dueña de escribir tu propio cuento de hadas…- yo lo miré aun desanimada - ¡Tú puedes tener uno!

-¿Tú crees? – pateé una piedrita del suelo.

-Claro que sí, tú debes construirlo sin importar lo que la gente piense o con miedo a equivocarte…

-Pero…sí, quizás tienes razón.

Seguimos caminando hasta salir del Parque. Gerard nos hizo subir a un taxi y luego fuimos al Empire State.

Me llevó, con cuidado, hasta la azotea. Ya había oscurecido así que la vista era realmente hermosa, las luces del lugar, los enormes edificios todo tan…mágico.

-Mira Sophie, escucha bien lo que te voy a decir ¿Ok’? – de pronto Gerard estaba serio.

-Ok – respondí.

-Eres libre…

-¿Ah?

-Eres libre, mira el mundo y siéntete libre. No le debes nada a nadie ¿Ok? 

-Gerard…

-Sophie – él suspiró – deja de actuar con miedo…solo… ¡Has las cosas y ya!

-Mira – dije apuntando el cielo – una estrella fugaz ¡pidamos un deseo!

“Deseo la verdadera magia de New York”

-¿Qué pediste? – pregunté curiosa.

-No te diré, si te digo no se cumplirá.

-Buu…

Seguimos hablando y hablando. Riendo de cosas idiotas, comentando cosas de la vida, y…olvidando todo.

Era tarde cuando regresamos al hotel. Tenía mi corazón acelerado y no sabía por qué.

Ok, sí, sabía por qué…una parte de mí estaba pidiendo a gritos dejarse llevar por los impulsos.

Nuestras habitaciones estaban en el mismo pasillo pero separadas por cinco más.

Gerard me acompañó hasta la puerta de mi habitación y dijo que no se iría hasta verme dentro.

-¡Ya estoy dentro! – dije asomando mi cabeza por la puerta.

-Ya, ahora si dormiré en paz…

-Jajá, ¡loco!

-Sí, lo sé – él sonrió muy ampliamente.

-¿Por qué sonríes tanto?

-Porque…ha sido el mejor día de mi vida ¡y ni siquiera te he besado! – no pude evitar sonrojarme al instante. – eres adorable cuando pareces tomatito..

-Gerard…- me puse en el umbral de la puerta – tú dijiste que…soy libre ¿verdad?

-Sí…

-Y qué solo debo hacer las cosas y ya…

-Sí…- lo miré, sonreí y luego me acerqué para besarlo.

-¿Quieres pasar? Me gustaría…hablar y recordar cosas…

Lo miraba y su sonrisa era tan grande, tan encantadora tan…

Entramos a la habitación, la puerta se cerró tras mi espalda, Gerard se giró y apoyó contra ella dándome un largo y enorme beso.

Con una de sus manos acarició mi rostro y vi…su anillo y…todo me hizo sentir culpable de nuevo.

-No, no, no…- él me miró asustado – Sophie, Sophie, mírame, mírame…

-Gerard no…no podemos hacer esto…te vas a casar – él tomó el anillo de su dedo y lo quitó

-Ya no hay nada que lo pruebe…- sonreí recordando que él había dicho lo mismo cuando había quitado el mío aquella vez en la reunión de piscina que Angel había organizado. Pero, antes de guardar el anillo en su bolsillo me miró muy serio y con el ceño fruncido - ¿Sabes? Hay algo que no te he dicho…

-¿qué cosa?

-He visto a Frank en el Loby del Hotel…¿Vas a correr detrás de él? – preguntó invocando otro recuerdo. Una escena parecida, New York, otro hotel…y yo saliendo detrás de Iero…

-No…- sonreí – no saldré corriendo porque yo quiero estar contigo

Cenizas parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora