VIII

4.1K 250 57
                                    

La chica anteriormente derrotada por Ruby, caminaba molesta por los pasillos de la base del equipo NeoLyce. Tenía ambos puños cerrados con fuerza y una mueca de fastidio.

Entró a la última sala sin antes tocar la puerta. Los dos líderes del equipo la vieron extrañados, y pensaron en llamar a otros reclutas para que se la llevaran, pero se mantuvieron quietos esperando palabras por parte de la chica.

–Hay que atacar, ahora.– Cuatro simples palabras dijo la mujer molesta, dirigiéndoles una fría mirada a sus líderes.

La joven se fue, y ambos hombres ya mayores se miraron entre sí. Iban a desatar el caos, adueñarse de las regiones Kanto y Johto, y quizá cumplir los sueños que en ocasiones anteriores quisieron cumplir, pero se vieron interrumpidos por sus queridos DexHolders.

Las injusticias de la vida. ¿Acaso solo los buenos puedes cumplir sus sueños? Soñar es gratis, pero llevar a cabo los sueños cuesta caro, y este par de villanos pagaría lo que fuera para ver como sus metas se cumplen, después de todo, era sólo un simple capricho.

Por otra parte, tres jovencitos estaban cumpliendo uno de sus pequeños sueños, estar frente a frente del DexHolder misterioso. En silencio, Red volteó a ver a los responsables de la interrupción de su vida solitaria. Mostró una vacía cara, sin emociones. Yellow no pudo evitar sonreír, ahí estaba, frente a ella, su tan preciado Red.

Nadie se atrevía a decir algo, el silencio reinaba mientras el sol llegaba a lo más alto posible, demostrando que el mediodía se presentaba. Las expresiones faciales entre los cuatro presentes eran como la rosa de vientos, cuatro caras opuestas.

Green miró a sus dos amigos menores para ver como reaccionaban. Sinceramente, no sabía cómo podían reaccionar. Yellow estaba con una sonrisa pero la angustia y el miedo se comía su rostro. ¿Le tenía miedo a Red? Green no permitiría eso, no iba a dejar que su "amigo" causara más problemas.

Red miró a Green. Sus ojos se conectaron, y por ambas mentes pasó la última batalla que tuvieron hace 3 años. Esa batalla tuvo dos puntos de vista. Extrañamente, Green le había visto el "lado bueno" y Red el malo. A pesar de ser brutalmente derrotado por su amigo, Green había disfrutado esa batalla en la cima del monte Plateado.

Pero Red no. Al ganar, el joven de ojos rojos no dijo ninguna palabra, sólo volteó para perderse entre la nieve.

Ahora la mirada de Red se posó en Yellow. Si bien su corazón latía un poco más rápido al ver a su chica, no demostró ningún sentimiento, ninguna emoción, aunque recordó la última vez que vio a la chica, hace cuatro años.

<Flashback>

El joven Red de 15 años se encontraba entrenando con su fiel Poli en un riachuelo del bosque Verde. Parecía uno de sus típicos entrenamientos, carismáticos y familiares. Yellow quién paseaba por ahí, decidió acercarse tras reconocerlos.

–¡Red!– Saludó Yellow muy alegre, acercándose mientras sus mejillas tomaban un color rosa.

–¿Qué tal Yellow?– Con una de sus típicas sonrisas, Red devolvió el saludo alzando una mano.

–¿Estas entrenando de nuevo?– Preguntó Yellow aprovechando de acariciar al fuerte Poliwrath que tenía a su lado.

–Claro, se vienen fuertes rivales.– Respondió Red sacándose la gorra para que su cabello se moviera con el viento.

–¿Te enfrentarás a Green?– Preguntó Yellow de forma inocente. A su juicio, el era un rival a su nivel.

–No.– Negó Red mostrando otra sonrisa.– Iré al monte Plateado.

–¿Otra vez?– Preguntó Yellow ladeando un poco su cabeza.– Hace poco volviste de un entrenamiento con Gold.

–Lo sé, pero ahora pienso ir más arriba.– Respondió el luchador señalando con su mano la cima del monte.

–Debes tener cuidado, dicen que es muy peligroso.– Aconsejó la rubia. Después de todo si algo le pasaba a Red, ella sufriría mucho.

–Tranquila, solo serán unos días.– La reconfortó Red poniendo una de sus manos en el hombro de su amiga.

>Flashback<

Esa fue la última vez que se vieron, y para empeorar las cosas, su última conversación fue una mentira. Aún así, Yellow no era rencorosa, y ahora esperaba con ansías ver la sonrisa tan aliviadora de Red. Esa sonrisa tan característica que la enamoró, que siempre liberaba tensiones y reconfortaba en los peores momentos.

Por último, Gold. Hicieron contacto visual, y acto seguido, ambos tomaron una pokeball liberando un Pokémon. Typhlosion, también conocido como Explotaro, contra Venasaur, apodado Saur.

Green y Yellow retrocedieron. La batalla sería violenta, porque ambos darían lo mejor. Red para defender su título de "luchador" y Gold, para hacer que su amigo volviera. Ahora era el momento dónde aplicaría sus años intensivos de entrenamiento, daría todo por Red.

–¡Explotaro Pantallahumo!– La voz de Gold mostraba sus ansias por ver el desarrollo de la batalla, la cuál pensaba ganar.

Red no dijo nada para variar un poco. El campo de batalla improvisado se llenó de humo negro. Los ojos de Gold estaban fijos en Venasaur, al igual que los de Typhlosion. Eran como uno solo, sin decir más, Explotaro se cubrió en fuego mientras rodaba. Estaba utilizando Rueda Fuego que ocultaba con el humo. Venasaur recibió de lleno el ataque, y a pesar de la desventaja, solo movió la cabeza para olvidar el daño.

Red no daba órdenes, su Pokémon se las arreglaba sólo. Eso fue lo que notó Green, quién miraba atentamente la batalla, y no le pareció bien. Tal y como indicaba su título de Entrenador, sabía que las batallas Pokémon servían para demostrar no solo la fuerza de un Pokémon o de un equipo, sino la capacidad del entrenador para dar las órdenes adecuadas y adaptarse a la situación.

Al verse en problemas tras un poderoso Planta Feroz, Gold cambió a Explotaro por Pitaro. Si la fuerza no funcionaba, emplearía un poco la persuasión. Digamos que Red hizo una reacción, pues regresó a Saur y miró a Pika, que permanecía quieto en la puerta. Este corrió hacia Pitaro.

La inocencia de Yellow le jugó otra mala pasada, y también a Gold, pensando que su plan estaba por funcionar. En vez de reaccionar como un padre, dándole un abrazo o al menos un saludo a su hijo, Pika le propinó un fuerte Cola Hierro a Pitaro que lo lanzó con mucha fuerza. Gold corrió a atraparlo con la esperanza de que pudiese seguir luchando, pero no. Estaba debilitado con un solo golpe.

La transformación de Red.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora