XVI

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Tensión en el ambiente. Todas las miradas chocaban entre ellas, esperando que alguien hablara, pero a la vez, disfrutaban de la calma antes de que iniciase la tormenta. Blue realizó un leve movimiento facial en el cuál le indicó a Crystal que atacara a Red, ya sea física o verbalmente. Su remordimiento no se iría por un par de palabras banales. Además, no confiaba en él, al menos no tan pronto.

–Crystal.– Silver la llamó para hacer que reaccionara, pues estaba fijamente observando a Red con odio.

–Veo que Blue ya arregló algunas cuentas.– Comentó Crystal a Red caminando lentamente hacia la salida .– Espero que nosotros hagamos lo mismo... Encuentra a Gold.

–¿Tienes alguna idea de dónde esté?– Preguntó Red pensando en diversas alternativas pero no sabía como era la actitud de ahora de Gold.

–Júzgalo tú mismo.– Crystal le lanzó una bola de papel a Red quién logró atraparla, la estiró y todos observaron lo que estaba escrito.

"Hice una determinada promesa en mi corazón, incluso dejar atrás este tiempo y espacio. ¿Limites? ¿Hay un significado para esa palabra? Mis sentimientos interferirán con cualquiera que intente perturbarme."

Bastante profundo para haber sido escrito por el chico amante de las fiestas y lo poco serio. Sin embargo, se reflejaba el sufrimiento interno. La culpa cayó sobre Red quién comenzaba a analizar todo el daño que provocó.

–Yellow, recuérdame decirle a Gold que perderse en el tiempo es considerado una locura.– Green recordó la advertencia que le hizo al chico antes de que se retirara del monte Plateado, que claramente fue ignorada.

–Necesitamos una ala arco iris y una ala plateada para rescatar a Gold.– Indicó Blue recordando el acontecimiento de ya varios años que implicó dichos objetos.

–O bien, otra forma de hacerlo.– Crystal tenía una idea en mente, una descabellada idea que llevaría a cabo con ayuda de los demás.

–Pryce.– Silver captó la idea, pues el villano había salido del espacio-tiempo con ayuda de Celebi hace algún tiempo para estar presente ante Arceus.

–¿Es decir que iremos a atacar ahora?– Preguntó Sapphire un tanto confundida por la sensación del ambiente.

–Si.– Asintió Green tras comprender todo lo planeado para terminar con el equipo de una vez.– Iremos todos juntos.

–No esperes que trabaje con esa cosa.– Blue dio a conocer su opinión acerca de permanecer junto a Red, tratándolo con desprecio.

Green simplemente alzó la vista al cielo para así no responder y evitar causar más problemas de los qué ya habían y de los que habrán.

Los soldados del equipo NeoLyce caminaban en filas, pokeballs en manos y expresión seria por todos los pasillos de la base secreta, o tal vez no tan secreta pues una explosión interrumpió su monotonía. Red, Blue, Green, Yellow, Silver, Crystal, Ruby y Sapphire habían entrado de forma llamativa y rápida al lugar escondido en las faldas del monte Plateado.

–Oh.– Pryce demostró sorpresa al ver a través de las cámaras de seguridad como los jóvenes intrusos entraban como si nada.– Creo que nos ahorramos el viaje a ciudad Verde.

–¿Hum?– Lance se acercó y empezó a contar de cuántos entrenadores se trataba.– Falta uno.

–Así será más fácil.– Sonrió Pryce de forma ingenua e inocente.

–Iré por nuestro objetivo.– Indicó Lance dirigiéndose a la puerta con una superball en mano.– Avísame cualquier cosa.

En grupo corrían por los pasillos, perseguidos por varios Sneasel y sus entrenadores. Blue y tal vez Crystal reprimían sus ganas de hacerle una zancadilla a Red y dejarlo como presa a los seguidores, pero no era el momento. Frente a ellos habían tres caminos. Un par de miradas bastó para que todos comprendieron que debían separarse.

Red, Sapphire y Ruby fueron por la derecha lo que los guió escaleras abajo hasta llegar a una especie de sótano. Green, Blue y Yellow por el centro en un camino recto, mientras que Silver y Crystal por la izquierda lo que los llevó a unas escaleras hacia arriba.

El destino decidió unir a quiénes debían ser unidos. En el sótano estaba Lance mirando con una sonrisa maliciosa a los tres que acababan de llegar. En una esquina oscura del lugar, un destello se produjo y Red sintió un escalofrío.

–¿Tu estás detrás de todo esto?– Preguntó Sapphire a Lance. La chica estaba enojada, lista para luchar.

–Tal vez.– Respondió Lance asintiendo. Su sonrisa crecía poco a poco pues algo malo había hecho.

–Lance se especializa en tipo dragon, por lo que debemos utilizar a...– Ruby se guiaba por la lógica para enfrentar a un fuerte y reconocido oponente como Lance.

–Tranquilo, yo no seré su oponente.– Lance interrumpió a Ruby y retrocedió un par de pasos. Red caminó junto a él y volteó a mirar mal a los menores.– Prepárense para luchar contra el entrenador más fuerte.

–¡Snorlax!– Red sacó una pokeball de la que salió Lax listo para atacar a Ruby y Sapphire.

¿Qué? ¿A caso todo había sido una trampa por parte de Red? Sapphire y Ruby miraban realmente atónitos la situación. Tenían miedo y mucha confusión. Lo único que sabían era qué tendrían que luchar con todo su poder para vencer al señor invencible.

Por otro lado, Silver y Crystal corrían escaleras arriba con todos los sentidos alertas. Llegaron al final y frente a ellos se imponía una puerta. Si la abrían de seguro serían atacados, pero si no lo hacían, no podrían encontrar alguna manera de... Ni pensarlo, de una patada Crystal derribó la puerta.

–No estaba con llave, pudiste abrirla simplemente.– Pryce desconcertado remarcó el brusco gesto de la chica que no se puso muy feliz con el comentario.

Silver y el villano hicieron contacto visual. Muchos recuerdos pasaron por la mente del pelirrojo y no eran muy agradables que digamos. Crystal mientras tanto pensaba en como sacarle información al viejo y poder recuperar a su amigo.

Por último, Yellow, Blue y Green corrían por el pasillo seguidos por los Pokémon. Estos estaban cada vez más cerca y listos para atacar. Llegaron al final del camino y no tenía salida, o más bien, estaban rodeados de Sneasel. Era cosa de que alguno de los tres sacara uno de sus Pokémon para liberarse pero no fue así.

Una ola de agua se deshizo de los atacantes. El dueño era un Cloyster, y el entrenador de este, se trataba de un señor ya de edad que conocían bastante: Giovanni.

–¿Es parte de esto?– Preguntó Blue retrocediendo cautelosamente junto a sus amigos. La confianza y desconfianza no eran un juego adecuado para el momento.

La transformación de Red.Where stories live. Discover now