XII

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Red ni se inmutó por la ida de Yellow, al contrario, dio la espalda con la intención de irse a dormir pero había un problema. Green seguía ahí y no tenía ni la más mínima intención de irse. El joven de ojos rojos ya había roto su legado de silencio, por lo que se dispuso a hablar.

–No sé qué esperas para irte, pero yo me iré a dormir.– Anunció Red sirviendo un vaso con agua antes de ir a su habitación.

–Tienes razón, mejor me voy para que puedas dormir bien mientras los demás hacen todo lo posible para salvar Kanto y Johto.– Respondió Green con una fuerte ironía que provocaría a Red.

–¿Tanto se les dificulta vencer a una copia barata del equipo Rocket?– Preguntó Red picado por la curiosidad pero con arrogancia.

–¿Sabías de los ataques?– Interrogó Green que al principio se sorprendió por la falta de solidaridad de Red, pero luego recordó que tenía un imbécil al frente.

–Solo vete.– Red suspiró cansado. Habían venido a invadir su hogar para dejarlo como el villano.

–¡Red espabila por favor!– Exclamó Green perdiendo su paciencia tras utilizar la sutileza. Sería a la fuerza.– ¡Ya no eres tú!

–¡¿Y entonces quién soy?!– Preguntó Red contagiándose por el tono agresivo del castaño.

–Un soberbio y mal entrenador.– Contestó Green listo para argumentar cada palabra elegida para calificar a quién tenía en frente.

Paralelamente, entre el humo de las ciudades, la luz de la luna se abría paso para amparar a uno que otro Pokémon que caminaba sin rumbo alguno, solo buscando un lugar dónde pasar la noche y no estar expuesto al peligro.

A la entrada de la destruida ciudad Verde, los ojos de Yellow recibían la imagen de la destrucción. Vio un pequeño Oddish lastimado y asustado en el suelo frente a un edificio vacío pues los civiles habían evacuado al centro Pokémon.

Mientras la chica tocaba las heridas del Pokémon para curarlo, sus ojos estaban por llenarse de lágrimas. ¿Estaba en el infierno? ¿Como era posible que hubiesen producido tanto desastre en tan poco tiempo?

'Este lugar es para luchar, no para lloriquear.'
Recordó esa fría frase y sus ganas de llorar se desvanecieron. Ahora sería una mujer fuerte, tanto física como psicológicamente. Yellow había decido entrenar junto a sus Pokémon, con dos objetivos en mente.

En primer lugar, demostrarle a Red que ella podía entenderlo, o bien, que haría todo lo posible para entenderlo y ayudarlo, pues a su juicio, Red necesitaba su ayuda. En segundo lugar, entrenaría para darles su merecido a los ridiculos del equipo NeoLyce. Estaba decidida, pero antes, una buena noche de sueño.

Entró a su casa y vio que en un sillón estaba durmiendo Ruby. Yellow comprendió que sus amigos habían luchado por la región y ahora estaban disfrutando su merecido descanso.

–¿Qué tal te fue?– Blue apareció sorpresivamente, como en los viejos tiempos, para interrogar a su amiga.

–¡Blue!– Yellow ahogó su grito de miedo que casi le da un infarto a su corazón malherido.

–Ven.– Mencionó Blue llevando a su amiga hasta su habitación para saber los detalles.

–¿No deberías dormir Blue? Tú también tuviste un largo día.– Preguntó Yellow queriendo evitar el interrogatorio, pues nadie debería saber su loca idea.

–No puedo dormir sin saber como te trató ese idiota. Además, somos amigas, puedes confiar en mí.– Blue aplicaba su persuasión para obtener información. Si Red se había comportado mal, desataría su furia.

–Bien.– Suspiró Yellow resignada. Se sentó al borde de la cama y su amiga a su lado.– Pero antes, ¿Gold llegó?

–Si, el está con Silver y Crystal en Johto.– Respondió Blue precisa para evitar más preguntas por parte de Yellow y así comenzar con sus preguntas.

–Lo qué pasó fue...– Yellow tomó aire para empezar a relatar lo sucedido.

A su vez, Green se había acercado lentamente a su mayor rival. Ambos estaban reprimiendo sus ganas de golpear al otro, por motivos contrarios. Una mesa era lo que impedía que hicieran contacto.

–Argumenta.– Red quería oír las razones de Green, le interesaba saber qué era lo que pensaban sus 'amigos' de él.

–Uno, eres soberbio porque desprecias a todo aquel que no te pueda vencer, incluso a quiénes ni lo han intentado. Te crees muy superior por estar aquí durante cuatro años y no ser vencido. ¿Qué esperabas del campeón de Kanto? ¿Perder contra un Rattata?– Explayó Green controlando su rabia que aumentaba y descendía a cada instante. – Dos, eres un mal entrenador y pude comprobarlo en la batalla de hace rato.

–¿Con qué cara puedes decir que soy un mal entrenador? ¿A caso tu eres el mejor?– Preguntó Red dejando pasar el primer punto, pero tocado por el segundo.

–¿Ya olvidaste los títulos qué nos dio mi abuelo?– Preguntó Green incrédulo por la interrupción ridícula de Red.

–Cómo si fueran la gran cosa.– Red rodó los rojos restándole importancia a esos patéticos títulos sin sentido.

–Mi título de 'Entrenador' es porque aprendí el significado de entrenar a tus Pokémon. No es por hacer que suban de nivel rápidamente o algo por el estilo. El nivel de un entrenador Pokémon se ve en batalla, cuándo él y su Pokémon se vuelven uno para afrontar cualquier situación o rival.– Explicó Green haciendo honores a sí mismo, también para derretirle el corazón a Red.– Eso, es lo que tu no haces y le hace perder sentido a las batallas.

–¿Qué dices? ¿Qué no me conecto con mis Pokémon? ¿Entonces cómo puedo sobrevivir aquí? ¿Cómo puedo ser el entrenador más fuerte?– Preguntó Red con una gran ironía y enojo. Realmente no estaba de acuerdo con Green. Estaba por aventarse a él cuando algo lo detuvo.

–Poliwrath.– Su primer Pokémon estaba frente a él defendiendo a Green.

–¿Tu crees que lo que dice este inepto es verdad?– Preguntó Red con los ojos casi salidos, pero algo apenado por la posición de su Pokémon.

–Pikachu.– Pika se puso sobre la mesa para mirar a Red a los ojos. Él también estaba de acuerdo con Green.

Una serie de imágenes pasaron por la mente de Red, recuerdos, lindos memoriales descongelaban su cerebro y corazón. Su fría mirada poco a poco volvía a ser la de inocencia y confusión. Pero no, algo de orgullo le impedía volver a la normalidad en poco tiempo.

–Puedes dormir en el sillón Green, buenas noches.– Red quiso salir de la situación extraña y acudió al espacio-tiempo para terminar de una vez.

–Buenas noches, Red.– Se despidió Green tirándose sobre el sillón con una media sonrisa. Había logrado a medias su objetivo, pero de seguro a la mañana siguiente todo se arreglaría.

La transformación de Red.Where stories live. Discover now