Carta no enviada. Chūya

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"Podremos deshacernos de todo tipo de evidencias, quemar fotografías, tirar a la basura obsequios, objetos de valor e incluso cosas triviales con el fin de no tener nada que nos recuerde a esa persona que se ha ido de nuestro lado. Pero al final, todo eso será inútil porque lo que no podemos hacer es borrarla de nuestras memorias, nuestro corazón y  de nuestro ser."

Han pasado dos semanas desde tu partida

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Han pasado dos semanas desde tu partida. No digo que extrañe tu compañía ni nada por el estilo, pero desde aquel día las cosas en la Port Mafia han cambiado. Tal vez no sea un cambio tan notorio pues todos continuamos con nuestra rutina, pero de cierta manera la atmósfera que nos rodea es diferente. He de admitir que ahora las cosas me resultan más tranquilas, no tengo que estar a la defensiva todo el tiempo ni debo preocuparme por  si en mi ausencia a alguien se le ocurre jugarme una mala broma. Realmente disfruto esta nueva etapa de mi vida, y todo es gracias a ti.

No extraño en lo absoluto tu compañía, quiero que eso quede claro. Sé perfectamente bien que aquellas noches en las que el dúo más famoso y temido  de Yokohama atacaba a diestra y siniestra se han esfumado y  junto con ellas tú, la persona a la que alguna vez llamé compañero.

Aunque la palabra compañero aplicaba de una manera diferente a nosotros de como es usada por lo general.

Para nosotros, aquella palabra era más que una camaradería, más que el trabajar en equipo y cuidarse la espalda. Significaba el molestarnos, sacarnos de quicio constantemente, pelearnos incluso por lo más insignificante. Pero detrás de todo eso había un sentimiento que ninguno de los dos sabía o mas bien, se atrevía a definir. Eso era algo a lo que el mundo llamaría amor o para mí, eso es lo más cercano que lo puede representar.

Aún recuerdo cuando me enteré de que nos habías abandonado. No sé exactamente que pasó pero sí sé quién fue el causante de esa decisión. Incluso ahora se me hace increíble el hecho de que le hayas obedecido, a él, al que siempre fue tú único amigo. No te estoy reclamando nada, no te hagas esa idea, pero he de admitir que el hecho de olvidar todo lo que haz hecho dentro de la organización por una persona me parece absurdo, incluso fuiste capaz de olvidarte de mí, de la persona a la que te entregaste en cuerpo y alma incontables noches.

Pero eso ha quedado en el pasado, ahora las cosas son diferentes, ahora puedo comenzar de nuevo sin sentirme atado a ti y a tus planes. He dejado de ser un títere para ser autónomo y hacer las cosas a mí manera, ya no dependo de ti. Es tiempo de dejar atrás aquellas pláticas hasta el anochecer, aquellas disputas sobre quién detestaba más a quién, esas bromas pesadas como el cambiar mi vino por vinagre o las vendas por papel higiénico. Ambos debemos olvidarnos de esos besos que nos embriagaban, aquel dulce sabor que nuestros labios tenían cuando se encontraban, el calor que nuestras pieles emanaban al estar juntas, la melodía de nuestras voces al estar extasiadas, pero sobre todo debemos olvidar la existencia del otro. Es así como debe de ser.

Siento la necesidad de decirlo una vez más: no espero nada de ti al saber esto. No quiero que regreses, vete lo más lejos que puedas, me harías un favor. No te estoy reclamando nada. Y sobre todo, no te hagas la estúpida idea de que te extraño.

El Dazai que yo conozco murió hace dos semanas, y junto con él todos mis recuerdos sobre su existencia. Lo único que perdura en mi mente de su ser es el recuerdo de su traición y un profundo dolor que el tiempo se encargará de borrar.

Tal vez y sólo tal vez sí tenga el derecho de decir que para mí, eres indigno de ser humano...







Dedicado a esa persona que a pesar de todo, siempre tendrá un lugar en mi corazón.







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