Carta no enviada. Chūya

627 89 25
                                    

"La vida está llena de risas, alegrías, sueños e ilusiones, pero también en ella aprendemos lo que es la tristeza, el miedo y la soledad. Todo eso eso nos envuelve día con día y mientras pasa el tiempo aprendemos a lidiar con ellos. Sin embargo, existe algo que es inútil de ignorar y a lo que nunca podremos acostumbrarnos. Ese algo es tan poderoso que incluso puede carcomernos por dentro, y algo tan tenebroso es lo que se le conoce como el arrepentimiento."

Dazai, ¿algún día podrás perdonarme? Esa pregunta resuena en mi cabeza día con día y por más que trato de evitar pensar en ti, me es imposible, simplemente no puedo evitarlo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Dazai, ¿algún día podrás perdonarme?
Esa pregunta resuena en mi cabeza día con día y por más que trato de evitar pensar en ti, me es imposible, simplemente no puedo evitarlo. Incluso ahora es cuando más quiero verte, aunque sea por última vez.

Han pasado meses e incluso años desde que nos vimos frente a frente. Puede que no lo hayas notado, pero en este tiempo jamás dejé de ver por ti. De alguna manera me las ingenié y logre vigilarte a lo lejos son que me descubrieras. Aunque eso no estuvo del todo bien.

Me pregunto qué cara pondrías al saber que he estado cuidando de ti desde las sombras por poco más de cinco años, de seguro no lo creerías. En todo este tiempo fui capaz de ver cómo te desenvolvías con tus compañeros, tus éxitos en todas las misiones y el cariño que le tenías a cierto chico tigre en especial. Sin embargo, también he visto como ocultas tío tristeza en esa sonrisa falsa que conozco perfectamente, he visto como el brillo en tus ojos se apaga y la forma en la que te debilitas poco a poco, restándole importancia a tu existencia. Sé bien la causa de esa decisión tuya y no me enorgullezco de poder decir que es mi culpa.

Al parecer ninguno de los dos la ha pasado muy bien en todo este tiempo. Por mi parte, he dejado de tomarle importancia a los trabajos que me son encargados en la Mafia. A veces los cumplo, a veces no, realmente me da igual lo que pase dentro de la organización. Físicamente ya no luzco como antes, creo que te no me reconocerías si nos viéramos frente a frente, tal vez por eso es que he podido ocultarme de ti tan bien. Mi cuerpo está comenzando a parecerse al tuyo, cada vez es mayor la cantidad de vendas que lo cubren y las heridas que aparecen son más difíciles de sanar. El insomnio se ha vuelto un buen aliado mío y el alcohol mi más fiel compañero, pues ahora me hace compañía todas las noches.

Akutagawa dice que esto debe de terminar, que tanto tú como yo nos estamos destruyendo por una causa sin sentido y en parte tiene razón. Ambos estamos terminando con nuestro sufrimiento de alguna manera, aunque la causa sea diferente. Tú lo haces porque no puedes estar conmigo y yo lo hago porque si estoy a tu lado sólo te traeré más problemas, más de los que tienes ahora que estoy ausente.

El tiempo se acaba, eso lo sé de maravilla pues varias veces me ha tocado ver cómo la vida de mis subordinados y colegas se esfuma entre mis manos en cuestión de segundos. Tantos años trabajando en este mundo sombrío me han preparado lo suficiente como para saber que es sólo cuestión de minutos para que mi vida termine. Es una lástima que vaya a morir sin siquiera haberme despedido como es debido.

Al parecer mi cuerpo no va a resistir más. Mi respiración se vuelve torpe y un enorme cansancio me está invadiendo, me es difícil mantener los ojos abiertos.

Mientras acepto mi triste final, varios recuerdos a tu lado me invaden. Recuerdo la primera vez que nos vimos, nuestra primera pelea, las misiones más difíciles a las que nos enfrentamos y la última noche que compartimos antes de que nuestros caminos se separaran. Todas esas memorias coinciden en algo, nunca fuimos felices. Puede que en ellas haya un poco de alegrías, pero el sentimiento nostálgico que se entrelaza en cada una es simplemente desgarrador. Me pregunto cuándo fuimos realmente felices. No lo sé, realmente no lo sé. Lo único que me queda claro es que nuestra relación está destinada a la melancolía y a nunca funcionar.

En toda mi vida nunca me he arrepentido de mis acciones, al menos no hasta ahora que todo está por terminar, ¿sabes de qué me arrepiento? De no tener suficientes recuerdos cálidos a tu lado. Me voy de este mundo recordando tu dulces labios sobre los míos, cada caricia que recorría mi cuerpo, tus dulces palabras que me hipnotizaban y tus abrazos que me impregnaban de ti, pero no me son suficientes.

Quisiera tener más recuerdos de tu nueva vida. Quisiera saber cómo se sentiría el vivir juntos, lejos de los problemas del bajo mundo, el compartir una cama todos los días y sabes que siempre dormiremos juntos, el escuchar tu voz mientras cantas en la ducha o el verte frustrado por un trabajo que se te ha encargado. Todas esas cosas comunes que para alguien como yo, es de lo más desconocido. Simplemente quisiera estar contigo una vez más, Dazai.

Lamento todo lo que te he hecho, creo que jamás podré reponer este tiempo perdido o tus lágrimas derramadas. Sé que soy de lo peor. Lo único que espero es que con mi partida finalmente puedas ser libre al cien por ciento y vivas justo como deseas, ahora no tendrás a nadie que te ate a tu triste pasado.

Todo se empieza a obscurecer a mi alrededor, finalmente he cerrado mis ojos y tras hacer eso puedo sentir como mi cuerpo se vuelve más ligero. Escucho unos pasos cerca, de seguro es alguien de mi gente que viene a buscarme, pero eso ya no importa. Es demasiado tarde.

Nunca te mencioné mi última voluntad, ¿o sí?

Mi último deseo es que finalmente seas un hombre libre, Dazai. Hasta siempre, compañero.

Cartas no enviadasWhere stories live. Discover now