"Todas las decisiones que tomamos deben de ser pensadas fríamente, analizadas meticulosamente y ejecutadas a la perfección. En la vida no hay imprevistos ni suerte ni azar ni destino, simplemente vivimos de acuerdo a lo que hemos construido con el paso del tiempo. Así que antes de actuar detente por un momento a pensar qué ventaja obtendrás de todo lo que hagas."
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Hace tiempo que lo había pensado y hasta ahora veo que no ha sido una mala idea en lo absoluto. No me malentiendas, no es como si disfrutara del poder que se me ha conferido o me apeteciera atormentarte, nada de eso. Simplemente es algo que he tenido que hacer por el bien de nuestra organización, aquella a la cual perteneciste hace tiempo y a la cual incluso ahora te ves ligada.
Desde un inicio tenía en mente el enseñarte todo lo que me fuera posible para que me ayudaras a reconstruir este lugar que había caído en la ya tan predecible desgracia. Sin embargo, a pesar del gran talento que poseías y que aún posees, algo en ti no encaja en este mundo que debía proteger. Así que una vez analizadas tus acciones la respuesta llegó a mí mente: tenía que echarte de aquí.
Era algo que sonaba sencillo, pero en realidad eso implicaba más que cruzar una puerta. Contigo se irían mis secretos y todos los planes que tenía en mente y que seguramente los usarías para vengarte de mí. ¿Qué mejor opción que hacer que tú abandonaras por tu cuenta? Después de todo, ese vacío que tienes no lo llenará nada ni nadie.
O eso creía pero ciertas personas en tu vida llegaron a darte una pizca de felicidad, personas que por desgracia se encontraban en la Mafia y siendo inocentes se vieron involucradas en mi juego.
Con Odasaku fue lo más sencillo, él mismo había decidido su final justo en el momento en el que se postró delante mío y aceptó la misión que le tenía encomendada. Ango también me facilitó las cosas. Sabía que eventualmente abandonaría su puesto aquí para seguir trabajando con el gobierno, así que no tenía de qué preocuparme. Ellos solo fueron mis peones para guiarte a la salida de la organización.
Cuatro años fueron suficientes para planear mi próximo movimiento, aún había alguien que te ataba a este lugar y debía asegurarme de que te alejaras por completo de mí. Es una lástima que la batalla con El Gremio y la cacería del chico tigre nos haya unido nuevamente. Sin eso de por medio, las cosas no hubieran terminado de esta manera. ¿Debería agradecer esos eventos o simplemente alegrarme de que aparecieran en el momento indicado?
Chūya es un gran elemento para la Port Mafia y eso lo sabes a la perfección, después de todo, fueron compañeros por mucho tiempo. Él es un hombre fuerte, decidido, audaz, un gran lider y sobre todo, obedece mis órdenes ciegamente. De verdad que es un gran perro que sigue fielmente a su amo. Aunque hay algo en él que jamás cambiará y es el ovidarte.
Se necesita estar ciego para no darse cuenta de que el cariño que ese chico siente por ti va más allá de una simple amistad o camadarería. Llámame aprovechado si quieres, pero desde que fui consciente de sus sentimiento hacia ti, los utilicé como una ventaja. Incluso ahora lo siguen siendo. No necesité decirle mucho para que entendiera que su presencia en tu vida sería un inconveniente para ambos. Así que resignado se alejó de ti, aún si eso le destruía por dentro.
Lo que más quería era protegerte y de alguna forma lo hizo, aunque se olvidó de él mismo tras eso y renunció a su vida y felicidad para evitar ser utilizado para lastimarte. Irónico, porque es por Chūya por quien estás aquí. Trató de alejarte de la Mafia y terminaste de nuevo en este lugar. De verdad que lo intentó aún si eso significaba el acabar con el mismo.
Puedo ser cruel, un desgraciado o un maldito, pero todo esto es con un fin y tu lo sabes Dazai. La Port Mafia no puede deshacerse de mí tan fácil, no aún que me necesita para que retome sus días de gloria. No es que te tema, por supuesto que no lo es, pero para lograr mi objetivo necesito eliminarte de mi camino, porque obviamente estás considerado como una de las posibles personas que me impedirán llegar hasta donde quiero y para triunfar, necesito eliminar lo mejor que pueda el margen de error.
Así que una vez que me has escuchado decir todo esto, ¿por qué no te sientas y cooperas para que terminemos con todo esto?
