~Y...Que haría yo sin ti...~

El pasado

Era el 3º dia de Sarah en la prisión, y como no, seguía llevándose mal y odiando a Daryl, aunque no tanto como antes...

Rick, Glenn, Maggie, Carl, Beth y Hershel decidieron salir de caza, dejando a Carol al cuidado de la recién nacida Judith.

-Ey Daryl, ¿te vienes?- preguntó Rick.

- Nah, id vosotros- miró a Sarah de reojo- no me encuentro muy bien.

-Como quieras.

Poco después se fueron y Daryl y Sarah volvieron a quedarse solos, ya que Carol seguía a su rollo con Judith. El silencio incomodo reinaba en aquel sitio, y se sentía la tensión entre ellos dos, hasta que Daryl decidio hablar:

- ¿Vamos a dar un paseo?

- Vaya, estoy impresionada, me has hablado amablemente por una vez en tu vida.

-Callate. Aunque no me caigas nada bien, no es bueno estar encerrada tanto tiempo. Ademas Rick no esta, no hagas que me arrepienta.

Acto seguido, cogio las llaves y abrió la puerta de la celda y ambos se dirigieron hacia afuera. Simplemente estuvieron andando por el campo de la prisión, y decidieron sentarse en uno de los bancos del campo de baloncesto a descansar un rato. Daryl suspiró.

- En verdad, te odio. Te odio mucho, a ti, a tu carácter y a tu forma de ser. Asique si no te importa quiero que me cuentes tu historia. Quien eras antes de que el mundo se fuera a la puta mierda.

- ¿Y por que iba a querer decírtelo después de que me trataras como una mierda sin que yo te hiciera nada?

- Vale, empezare yo. Nunca he sido muy sociable que digamos. Mi madre murió en un incendio cuando yo era pequeño, se quedo dormida con un cigarro en la mano y se quemo la casa. Desde entonces me crie con mi padre y mi hermano. Mi padre era un alcohólico y un drogadicto, y parecía que mi hermano quería seguir sus pasos. Pero yo no era asi, yo no quería ser como ninguno de ellos... y hace poco me encontré a mi hermano caminante, y lo tuve que matar yo mismo.

- Wow... n-no no se que decir, lo siento.- dijo con un tono de voz apenado.

- Tranquila, estoy acostumbrado a vivir asi. Me escapaba siempre que podía.

-Bueno...- suspiró ella- yo antes vivía con mi novio, y cuando esto empezó me fui con el y con unos amigos. Un dia unos caminantes atacaron nuestro campamento y solo yo pude escapar. Aun recuerdo como le devoraban poco a poco...- estaba a punto de llorar, pero no quería parecer débil delante suyo.

-Siento que tuvieras que ver eso...- en ese momento la miro fijamente a los ojos, y por mucho odio que se tuvieran no pudo evitar abrazarla. Sarah se quedo flipando, pero no dudo en devolverle el abrazo.