~Y...Que haría yo sin ti...~

Caníbales

Daryl y Sarah no se lo esperaban en absoluto. Ambos levantaron las manos, y los hombres se las ataron con esposas. Entonces, se los llevaron afuera donde les esperaba Gareth.

- Vaaaya, pensé que seriais mas listos. Os dije que no os saltarais las normas, pero decidisteis no hacer caso. Bueno. Pues nada.

- Eres un hijo de puta!! -gritó Daryl. Sarah prefirió callarse, no quería liarla mas.

- Queréis saber lo que había en la puerta? De donde venían los gritos? Y, a lo mejor, por que gritaban? No os preocupéis, pronto lo descubrireis. Al container!!

Y entonces, los hombres que les tenían esposados y con armas en sus cabezas, se los llevaron a un container. Estaban encerrados en aquel cubo oscuro, pero no estaban solos. Había otras dos personas.

-Quien anda ahí?! -preguntó Sarah arrimandose a una de las paredes.

-Sarah? Soy yo, estoy con Glenn -respondió una voz conocida. Era Rick. Sin duda.

- Rick! -se aliviaron ella y Daryl.

- Tranquilos, estamos bien, vosotros? -preguntó el coreano.

- Si, pero hay que salir de aquí. -dijo Daryl.

De repente, se abrió la puerta del container, y unos hombres ataron a los 4 con una cuerda en fila. Los hombres se llevaron al cuarteto hacia aquella puerta. ¿Qué habría detrás?

Poco después Gareth abrió la puerta y les ordenó que se arrodillaran ante aquel cuenco rectangular gigante.

- Que es esto? Que esta pasando? -preguntó Sarah asustada.

- Shhh, no des voces, tranquila. -respondió Daryl dándole la mano como podía.

Estaban arrodillados en este orden: Rick, Daryl, Sarah y Glenn, junto a una fila de hombres aún más larga.
De repente, dos hombres con delantales blancos, uno con un bate de beisbol y el otro con un cuchillo, entraron en la sala por una puerta trasera.

- Ahora, ya sabéis de donde viene la carne que comemos. - se rió Gareth- Adelante.

Y aquellos hombres, empezaron a golpear a los hombres con el bate y a decapitarles con el cuchillo. El grupo podía observar como chorreaba la sangre de aquel joven hacia el cuenco.

Sarah empezó a temblar y a ponerse muy nerviosa al ver como iban decapitando a personas inocentes. Los siguientes eran un joven rubio y después Glenn. Sarah, sin poder creerse lo que estaba viendo, se desmayó al ver tanta sangre saliendo de las gargantas de aquellas personas.