Bésame

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-Un mes más tarde descubrí que estaba esperando un bebé. Nunca busqué a Alexander para pedir su ayuda, sabía que nunca me perdonaría. Nunca aceptaría a un monstruo nacido de otro monstruo.

-No tienes que llamar monstruo a tu bebé. Era una nueva oportunidad para ser feliz.

-Estaba desilusionada, oficial. Y tener nueve meses en mi vientre a una criatura fue de lo más difícil. Tenía que robar comida, verduras principalmente, lo mejor para el bebé.

-Entonces tu bebé nació. Le diste una oportunidad.

-Sí y no. Cuando mi hijo nació, lo llamé William, y le puse el apellido de su padre. William Gustave. Pero no pude quedarmelo. Lo di en adopción. No podía cuidarlo con la vida que había llevado hasta ese momento, no podía. Decidí que otros le dieran todo lo que jamás tendría conmigo: amor, paz, una vida.