Veinte.

2.8K 149 62
                                    

Tit, tit, tit, tit.

Un ruido agudo tintileaba en mis oídos, era como el sonido de mi corazón. Los párpados me pesaban, poco a poco abrí los ojos y comence a acostumbrarme a la luz cegadora de la habitación.
Donde estoy?

-Hasta que despiertas.

Pegue un pequeño brinco al darme cuenta de la presencia de Blake.

-Blake, Que haces aquí? Que hago yo aquí?

-Tuviste un ataque etílico. Cruzaste las bebidas y tomaste demasiado, tuvieron que lavar tu estómago.-Me miraba con cierto toque de enojo y decepción.

Me sorprendí, no recuerdo nada, solo que Álex llegó por mi.

-Pero que haces tú aquí?

-Max me acaba de hacer el paro, está distrayendo a tu padre y a tu tío.

-Oh.-Me acomode en la camilla y me recosté, me dolía demasiado la cabeza y la panza.

-Necesitaba ver que estuvieras bien, necesito hablar contigo.

Recordé que estaba enojada con el.

-Blake, mejor vete.-le dije fría.

-Entiende, no fue mi intención, yo si quería ir, pero me salieron unos imprevistos.

-No me importa, Blake. Cada quien tiene sus prioridades.

-Ken, tú eres mi prioridad, pero tienes que entender.

-No Blake, entiende tú.-Le corte.-Tu sabes cómo me están vigilando, mi padre casi no me deja salir y ahora que lo convencí, que pudimos habernos visto sin ningún problema, resulta que tú tenías unas cosas importantes que hacer. A mi no me gusta esto, yo no puedo darte mi 100% si tú solo me das un 30%

-Kendall, entonces dejémoslo hasta aquí. Yo trato de darte lo mejor de mí pero tú no estás conforme, así que mejor dejémoslo aquí.-Me dijo ya desesperado.

Pensé que iba a buscar una solución, pensé que seguiría conmigo pero corregiría sus errores, pensé muchas cosas y no, el no las hará, el no es como yo creo. Dudo mucho que en realidad le importe. El tiempo pasa y no me quita lo estúpida.

-Bien, si es todo, ahora vete.-Le solté enojada.

-Bien.-se me quedo mirando y lo único que hizo fue salir rápidamente y golpear la puerta al salir.

-Jodete!-Le grite y le levante mis dedos medios, aunque sabía que no podía verme.

Me recosté otra vez, tratando de tranquilizarme.

Marco entro a la habitación inmediatamente.

-Kendall, esta vez pasaste el límite.-Negó con la cabeza y se sentó en la silla que había a un lado de mi camilla.

-Me irá mal, verdad?

-Papá está muy decepcionado, Kendall.

Eso me dolió más que la cabeza, he decepcionado a mi padre, y solo por una estupidez.

-Al menos estás viva.-Dijo Chris entrando a la habitación.

-Me estoy muriendo, goe.-Dije dramáticamente.

-Mi papá te va a terminar de matar.-Dijo riendoce.

-Fakiu.-Le levante el dedo medio y los dos soltaron la carcajada al oír como decía esa palabra.

-Chicos, esperen afuera.-Dijo mi padre entrando a la habitación, el ambiente se tenso demasiado.

-Si papá.-Dijeron los dos al unísono.

Ambos me dieron una mirada de compasión y salieron con la cabeza gacha.

La mirada dura de mi padre me apuñalaba, me quemaba, y su silencio era escalofriante.

-Papá, yo...

No me dejó terminar.

-La cagaste, la cagaste en todos los sentidos posibles.-Su voz era dura.- Después de esto crees que volveré a confiar en ti? Crees que con una tonta disculpa vas a arreglar las cosas?.-Dijo al borde de los gritos, sobo su frente y se giró dándome la espalda. Mis lágrimas se comenzaban a hacer presentes.-Te he tenido demasiada paciencia, pero todo tiene un límite, Kendall. Perdiste todo conmigo, incluyendo la confianza.-Me miro de reojo y salió de la habitación.

No pude más y solté el llanto, unos fuertes brazos me envolvieron, Jaxon estaba aquí, como siempre ha estado cuando lo necesito.

Blake me decepcionó y salió de mi vida, yo decepcione a mi padre, sigo sin superar el abandono de mi madre, son muchas cosas para tan poco tiempo.

-Tranquila, Ken. Yo estoy aquí.-Susurro Jaxon en mi oído.

-Perdón.-Dije entre sollozos.

-No tienes porque disculparte de nada.

Lo miré a los ojos, sus ojos azules brillaban, no cabía duda de cuanto lo quería.

-Yaretzy es muy bonita y muy simpática, espero que te haga feliz.

El me sonrió.

-No tienes una idea.-Me extendió una bolsa.-Anda, cámbiate, tenemos que irnos de aquí y no te sacaré a la calle con esa bata toda traslucida, hay mucho viejo rabo verde.

Yo reí.

-Tengo mucha hambre, pero supongo que no me puedes llevar por una hamburguesa.

-Te acaban de hacer un lavado de estómago y sigues con hambre.

-Si.-Le hice un puchero y el sonrió.

-Vamos por tu hamburguesa y de ahí te llevo a casa, recuerda que estás castigada.

Suspiré.

-Si, lo recuerdo.

-Vamos, te espero afuera, le pediré permiso a Saúl.

Asentí con la cabeza y el me dio un beso en la frente, sonreí y el salió.

Ojalá Blake hubiera hecho eso, ojala y Blake hiciera todas estas cosas que hace Jaxon, ojalá Blake fuera un poco como Jaxon, pero es inútil desear eso, Blake es Blake y será inútil tratar de cambiarlo.

Me puse la ropa deportiva que estaba en la bolsa y salí de la habitación.

Álex, Max y Jaxon eran los únicos que estaban.

-Desde hoy en adelante somos tus escoltas.-Dijo Max riendo.

-Tenemos que ir contigo a todos lados.-Dijo Álex.

- A todos lados?

-A todos lados.-Afirmo Jaxon.

-También tu?

-Si.-Jaxon sonrió.-tu padre confía en mí.

-Hablando de confianza.-dijo Álex.-Kendall tiene prohibido ver a Blake, entendieron par de idiotas?-Dijo refiriéndose a Jaxon y a Max.

-No se preocupen por eso, no lo volveré a ver. No tengo ni ganas de verlo.-Mentí, moría por verlo, pero mi orgullo puede más, y se que a el no le importo, así que, los dos estamos bien, cada quien por su lado.

Me encogí de hombros.

-Vamos por tu hamburguesa, mejor.-dijo Jaxon y con esto salimos del hospital.

¿Together?Onde histórias criam vida. Descubra agora