Destiny y El Torneo de Los Tres Magos [DEH#4]

Capitulo 5. Torliviapeza

En verdad, pensar que mi hermana Olivia se podía comportar fue bueno, mientras duro, un par de horas, mientras todavía no veía a los gemelos o más bien a George, estuvimos un par de minutos, haciendo presentación con los lindos hermanos de Ron.

Bill y Charlie... Bill sabia que él trabajaba en Gringotts y que había sido Premio Anual de Hogwarts, y siempre me lo había imaginado como una versión crecida de Percy: quisquilloso en cuanto al incumplimiento de las normas e inclinado a mandar a todo el mundo, pero no me esperaba a un Bill con esa fachada en un banco, no después de mis primos Wright, hijos de mi tia Linda. Bill es (no había otra palabra para definirlo) genial: era alto, tenía el pelo largo y recogido en una coleta, llevaba un colmillo de pendiente e iba vestido de manera apropiada para un concierto de rock, salvo por las botas (que, según reconocí, no eran de cuero sino de piel de dragón).

—Ron, tus hermanos mayores son guapos —le dije cuando íbamos al cuarto de Ginny—. Ya veo que la repartición de genes, no fue justa contigo —y por una vibración debajo de mis pies, pude sentir a los gemelos—. O ustedes.

—Des —escuche a Fred quejarse, voltee los ojos.

—Fred —dije indignada—, George.

—Hey, Des, mírame —se quejó George—. Lindura como la nuestra, no hay dos —explicó señalando su cara y cuerpo, y Fred le seguía la corriente.

—Vaya lindura —dije volteando los ojos.

—Hey, no te rías de nosotros —se quejaba Fred, asentando muy fuerte su mano sobre mi cabeza, y después, me jalaba los cachetes, haciendo ruidos extraños—, así está mejor —decía riéndose de las caras que me hacía poner.

—Suéltame los cachetes —gruñí.

—No espera, Fred —y George puso su dedo en mis labios, y los comenzó a mover de arriba a baja, haciéndome hacer sonidos, respire hondo, y mordí con fuerza su dedo—. Hay, idiota, mi dedo —dice, dándose una vuelta, justo en el momento que mi hermana Olivia bajaba del cuarto de Ginny, ambos quedaron cara a cara—. Olivia.

Ella sonríe tontamente.

—Hola, George —desvía la mirada, y se recoge algún cabello imaginario que tuviera en la oreja.

Pero, inmediatamente, George se mueve hacia atrás y se vuelve hacia mí.

—¿Por qué no me dijiste nada? —pregunta George por lo bajo.

—Lo iba a hacer, pero estaban tan enfocados en fastidiarme, que lo pase por alto —le explique mirándole fijamente a los ojos, este pareció intranquilo, mirando su espalda y luego a mi, respira hondo y se metio a su habitación.

—¿Qué paso? —pregunta Olivia preocupada.

—No lo sé —respondió Fred, y me toma de la mano—, ven, Des, hablemos.

Me mira Olivia con sorpresa, mientras entraba detrás de Fred a su cuarto, madre esto no paso como lo tenía planeado. Mire a Olivia para que se tranquilizara y yo pudiese entender la situación, cuando entre a la habitación de los gemelos, estaba media extraña.

—Ahora andamos con Ron —me comentó Fred.

George, estaba andando de un lugar a otro, y unos dulces me llamaron la atención, pero debía atender primero a George, y luego a mi estomaguito.

—George, hermano, tranquilo —le dijo Fred.

—¿Cómo lo hice? —pregunta con una sonrisa de incredulidad.

—¡¿Qué?! —Pregunte sacando a Fred del medio—. ¿Acaso quieres hacerte del desear?

—Si, sino no funciona —me mordí las uñas, y pensé que si ambos intentaban hacerse los difíciles, algo no iba a funcionar o los dos vuelven a lo de antes, o se terminan jalando los pelos.