Capitulo 27. Respuestas incompletas.

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En realidad, se me hizo una completa tontería que McGonagall me pusiera a preparar las cosas para el torneo, era como si me quitaran mi tiempo libre, el poco tiempo libre que tengo para hablar con mis compañeros, y tiempo que tenía pronosticado para hablar con Viktor, preguntarle por lo que Eliot me había dicho.

Pero podría decir que yo solo no tenía tiempo, y Harry parecía no tener vida, la situación se parecía a cuando ambos atacábamos a nuestros compañeros durante el segundo curso, pero ambos sabíamos que no éramos, y estábamos... los amigos para ello. Sin embargo, en el periódico de Gosswarts, que leí porque Hermione le parece interesante leer los chismes, hablaban con desprecio de Harry y bueno, la actitud de Hufflepuff hacia el en la primera hora de Herbologia, fue más que suficiente recibía más que desprecio de todas partes.

Tampoco esperaba otra cosa que insultos por parte de los de Slytherin. Pero había esperado que los de Ravenclaw encontraran tantos motivos para apoyar a Harry como a Cedric. Y me había equivocado.

El lunes, por la mañana, me había encontrado graciosamente con Eliot, mientras preparaba un salón para las fotos del profeta, y su entrevista, aunque debo decir, que a mi me ponía muy nerviosa la entrevista que tendrían.

—¿Apoyaras a Harry? —le pregunte cuando me ayudaba con unas cajas para llevar a un salón, que tenía buena luz, tan solo necesitaban un fondo, por lo que busque una tela, y había cargado yo misma un sillón, para que la chica de Beauxbatons se sentase.

—Apoyare a Beauxbatons —respondió, con los ojos cerrados, mientras parecía meditar lo que me decía.

—Pero... ellos ya no son tu escuela —le replique un poco molesta.

—Sigo teniendo amigos ahí, además... por lo que me han dicho, el chico, dicen que se desespera por tener la atención, además... Fleur fue mi novia antes de venir aquí —dijo un poco nervioso.

—Ah... vaya, son tal para cual.

—¿Celosa? —pregunta, yo tan solo solté una risa, volteé los ojos y negué.

—Debo de admitir que... ella es muy linda —dije en una sonrisa—, ¿Y por qué rompieron?

—Me quitaba el espacio personal que tenía, porque solo los tontos caen ante los encantos veelas...

—Has admitido que eres un tonto —reí cuando señalaba la puerta.

—No, no caí y por eso le gusté —me explicaba—, y bueno, Fleur era la chica más guapa de Beauxbatons, y dije porque no, pero fue una estupidez, valoro mi espacio personal.

—Valoras tu espacio personal —dije divertida, cuando abría la puerta con mi brazo, y el entraba primero y luego yo.

—Si, por eso el curso pasado te pedí ser mi novia —dijo asentando las cajas en la mesa del profesor, y yo me acerqué lo bastante, se dio la vuelta, y si, estaba bastante pegada a el—. Muy graciosa, pero no me importa que me quites mi espacio personal —soltó tomándome de la barbilla, y estaba acercándose—, puedes quitarme todo el espacio que quieras.

—Eliot, tengo catorce, ¿no crees que soy... pequeña para ti? —pregunte, apartándome de él y dejando las cosas en la mesa.

—Solo nos llevamos tres años.

—Solo —solté un bufido—. Sabes se me hace muy extraño que te guste ¿Por qué yo?

—Eres complicada, Des —soltó en un suspiro, tomando mi barbilla nuevamente—, rebelde, valiente, tierna y extraña —dijo soltando una sonrisa, algo dentro de mí, dio un brinco—, y sabes, es sencilla la respuesta.

Le mire expectante mientras él se acercaba, y mire sus labios. Mi corazón iba cada vez más rápido, y me indicaba que me acercara.

¿Qué haces?

—No lo sé —solté un balbuceo idiotizada por Eliot, mientras yo igual había acortada la distancia.

—¡Mullet! ¡Wright! —rápidamente nos alejamos, era la profesora McGonagall, que parecía enfadada por la situación, yo mire mis manos, que se pusieron encima de mi falda, y andaban cerradas como puños.

—Lo siento, profesora, enseguida me pongo a trabajar —dije sacando mi varita, para hacer los materiales salir de las cajas.

—Preferiría que fuera a clases, la entrevista será el viernes —dijo sin mucha confianza—, hasta entonces, evítense compartir sus muestras de afecto al público, mientras deberían estar en clases.

—De acuerdo, profesora —dijimos al mismo tiempo.

Y salí con la cabeza baja, pero cuando salimos Eliot se rio, y por alguna razón, también me salió una risa contagiada, haciéndonos detener, para calmar la risa, que tomo un tiempo.

—Yo creo que ya no llego a mi clase —dije mirando mi reloj de pulsera.

—Yo no planeaba entrar —dijo con una sonrisa.

—Pero si llegamos a tiempo a comer.

—Des... tu... —le mire nerviosa—. Vamos.

—Por cierto, no me dijiste la respuesta —le dije cuando avanzaba.

—Algún día lo sabrás —me aseguro mirándome por encima del hombro.

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Destiny y El Torneo de Los Tres Magos [DEH#4]Where stories live. Discover now