Capitulo 20: No me iré (ESPECIAL 2.7 K)

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Si no os gusta el lemon pasarse hasta la parte donde vean este "♥". La verdad recomiendo mucho que lo hagan...
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Ella habia llegado tarde esa noche. Todos ya se habian ido a dormir. Nadie la esperó, excepto cierto albino que estaba recostado sobre un sofá.
Intercambiaron sonrisas.

- La proxima vez no te esperaré

- Eso me lo dijiste la vez pasada

- ¡Ahora será diferente, baka!

- Sí, ajá... -empezó a reír

La muchacha se dirigió a la cocina, donde dió un suspiro, y con una sonrisa volteó a ver al chico. El viento estaba algo fuerte esa noche: su cabello fue guiado por la brisa.

- Killua, yo...

Repentinamente el escenario cambió.

La chica colgaba de unas cadenas, como si hubiera sido severamente castigada. Por alguien...
Unas esposas sofocaban sus manos, evitando que ella pudiera escapar.
El ojiazul se paró en seco delante de esta.

- ¡Killua! ¡P-Por favor ayúdame...! -agonizaba la joven

Una carcajada resonó por lo que parecía ser un sótano. Un escalofrío molestó la espalda de esta.

- No vine a hacer eso

Las uñas de este crecieron y se volvieron afilidas, más que cualquier cuchillo de buena calidad. Podria cortar o desgarrar cualquier cosa con esta arma.
Incluso carne humana.

Empezó por las dos piernas. La piel de la joven era dura, será el entrenamiento que habrá experimentado, supongo. Por esa razón, el albino solo logró hacer largas tajadas que recorrían el largo de estas, dejando pasar líneas rectas de sangre. Ella chillaba y gritaba por ayuda, pero nadie nunca la podría oir.

No... este no era él.

La liberó de las cadenas. Aun así, la empujó contra una mesa, haciendola gritar más fuerte. Killua estaba en silencio, no sabía si hacer esto. Le dió igual.
Se puso encima de ella, como si un depredador hubiera atrapado a su presa indefensa. Rompió los botones de su blusa, ahora manchada de color carmesi por la sangre que emanaba de sus heridas abiertas. Ella intentó zafarse pero era inútil, él tenia mucha más fuerza. Lamió su cuello, y dejó marcas en este como anunciando su territorio.
Quitó bruscamente el molesto brasier que llevaba, y prosiguió con el acto: empezó a atacar ferozmente sus pezones. Los mordisqueaba. Los lamía. Todo para complacerla. La presa se retorcía y solo le alcanzaban las fuerzas para jalar suavemente el desordenado cabello blanco de su depredador.
En unos minutos, él también se habia quitado la prenda superior, quedando ambos en torso desnudo. La besó una y otra vez abriendo paso en su boca. La pasión incrementaba y lo único que podía frenar al ojiazul, era el necesitar oxígeno. Rozaban rápidamente sus lenguas en una danza por saber quién tenía el control, pero era ya bastante obvio. Ella se dió por vencida y rodeó el cuello del chico. Se separaron.

Killua lanzó lejos la falda de la chica dejándola solamente con su prenda íntima. Esta vez ella dejó que él bajara esta. Ahora estaba como vino al mundo.
Tocó directamente su genital, recorriendo este en extensión, llegando luego a un punto sensible. Con el mínimo roce, ella gimió. Eso hizo encender al albino en un dos por tres.
La habitación se llenó de chillidos y gemidos de placer.

Introdujo un dedo en su entrada, lo cual la sobresaltó y lo miró con miedo. Luego dos y su respiración empezó a acelerarse, ella se quejaba por como se sentía, esto ya estaba saliendose fuera de control. Después de unos segundos, el ojiazul removió sus dedos y comenzó a entrar con su miembro. Ella soltó un grito. Aunque iba suave, dolía. Dolía un montón. Era indescriptible ya que ese dolor fue combinándose con el placer. Ambos jadeaban. Se comían a besos. Sus cuerpos así de juntos, dejandose llevar. La velocidad de las embestidas fue incrementando. Fuerte y brusco, desgarrador y placentero. Ella enterró sus uñas en la espalda de este.
Ya era demasiado, la chica sangraba por la abertura, era su primera vez. Cada minuto el aliento se volvia escaso. Gemidos, caricias y besos apasionados, una sincronización inigualable. La presa gimió lo bastante fuerte, y el depredador también.
Acabó.

Demon || Killua y Tú (Hunter X Hunter) Where stories live. Discover now