Capítulo 40: Incluso si es el fin

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—¿Dónde...estoy?

Se preguntó a sí misma ___(t/n) al despertar en medio del vacío. Al recuperar la sensibilidad, notó que tenía unos extraños lazos que salían de su cuerpo desnudo y se ataban al abismo. Parecía que estaba flotando, hasta que de pronto cayó en la superficie invisible del lugar. La caída le dolío: un golpe justo en la cabeza. Había comenzado a consolarse a sí misma hasta que se percató de una silueta contorneada de aura roja. Un gato negro. ___(t/n) corrió hacia el felino y mientras más se acercaba, el animal se hacía más y más grande. Ella fue ralentizando sus pasos a medida de lo que sus ojos veían, hasta finalmente estar frente a frente. ___(t/n) se veía como un ratón frente al tamaño del gato. Este sonrió ampliamente enseñando sus destellantes colmillos.

—Hola, mi querida Némesis.

A ___(t/n) se le revolvió el estómago.

—Kuro... —musitó con temor, pero luego apretó los dientes y arrugó la nariz— ¡¿Dónde estoy?!

—En tu cabeza, justo el lugar que le enseñaste a Killua tus pensamientos y recuerdos

—Pero...no hay nada

—Sí, eso es porque tú ya no existes en tu cuerpo. Ya no lo controlas. El que tiene las riendas ahora...

—¡CÁLLATE! ¡DESAPARECE!

—¿Quieres dejarme terminar? —rugió Kuro— Es una lástima, ¿no crees? —el minino giró la cabeza y en ese momento, una pantalla apareció, mostrando el panorama que los ojos de ___(t/n) veían en la realidad. Ella se llenó de espanto al ver a Killua y a sus amigos inmóviles, pálidos, agonizantes, mientras sus auras eran absorbidas... por ella misma.— Tratar de mantenerlos con vida para que al final tú misma seas lo que los mate.

 ___(t/n) chilló de dolor y llanto.

—¡NO! ¡POR FAVOR DEJA DE HACER ESTO KURO! ¡TE LO RUEGO! ¡Quédate con mi cuerpo pero no les hagas nada a ellos!

—Aunque quisiera, no puedo hacer nada.

—¿Qué...? —dijo ___(t/n) con debilidad y temblor en su voz.—¡DEJA DE MENTIR MALDITA SEA!

—Yo no estoy haciendo nada, no estoy controlando nada. El que lo esta haciendo todo es Maou, el Rey Demonio, mejor dicho como mi padre. Aunque talvez lo conozcas mejor como Syo Kasai, tu mejor amigo.

___(t/n) cayó al suelo rendida.

—¿Syo...? —se agarró las mechas de cabello, frustrada—Imposible. Él no podría...

—Tú lo viste ¿no? Incluso estabas por advertir a Killua de él.

—Kuro, por favor ayúdame.

—Ya te dije, aunque quisiera no puedo hacer nada —bufó.

—¡ESO ES PURA MIERDA! —chilló golpeándolo en una de sus patas. Kuro no se inmutó, su pelaje ondeó por su cuerpo como si fuera el viento en un prado.

—___(t/n), hiciste lo que pudiste. No te dejaré hacer más.

—¡¿Qué?! ¡NO TE ENTIENDO! Todo este tiempo... ¡todo este tiempo solo haz querido que las cadenas se rompan! ¡¿Qué haces diciéndome esas cosas?!

—Al principio, el plan de mi padre sonaba bien, me fascinaba. Anhelaba el objetivo de ser libre de usar un cuerpo físico. Sin embargo, él me engañó, nos engañó a todos. Solo me estaba usando y ahora solo quiere deshacerse de mí para poder entrar en tu cuerpo, el cual pronto estará sometido a toda la fuerza vital y demoníaca de tus amigos. 

___(t/n) se horrorizó al ver que su cuerpo en la realidad se levantaba y reía al ver a sus amigos en el suelo.

—Aún hay algo que puedo hacer —le dijo a Kuro.— ¿Sabes a qué me refiero?

Demon || Killua y Tú (Hunter X Hunter) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora