Capítulo 5

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Estoy en la cocina de mi apartamento viendo el periódico, la luz del sol entra por la ventana haciendo que todos mis recuerdos se apoderen de mi mente y me aleje un poco de mi realidad.

Mi padre, junto conmigo en el jardín, yo todavía siendo su princesa, me mira con ojos de amor, esa mirada que jamás olvidaré, quiero olvidarme de cada uno de esos momentos, pero es imposible, quiero a mi padre más que a mi vida, a pesar de todo lo que me hizo, después se sanar de ese rencor comprendí que siempre será mi padre a pesar de sus errores.

Aunque todavía escucho esas palabras que salieron de su boca aquella noche, donde murió una parte de mi.

- en que piensas?, - mi abuela se acerca a la cocina con una sonrisa.

Suspiro y le sonrió, no quiero hablar de mi pasado.

- tengo muchas cosas que hacer - me acomodo mi traje y tomo mi bolso. - te quedas en tu casa abuela - la abrazo y le doy un beso.

Me dirijo hacia mi oficina, tengo varias reuniones antes de regresar a Inglaterra, no es fácil tratar con nuevos socios y más cuando una mujer tiene el control de las empresas, la miran como si no supiéramos manejar con eficacia las empresas y aún más cuando saben la edad que tengo, siempre quieren contradecirme, sin embargo saben que gracias a mí todas sus acciones tienen más valor y que su fortuna cada día va aumentando.

Los socios que eran cercanos a la familia no pueden creer que este viva, pues, mi tierno,sensible y comprensible padre había hecho creer a toda la sociedad que estaba muerta, sin embargo, les pedí a mis socios que no dijeran nada hasta la fiesta de los Hamilton, donde todas las amistades importantes de mi padre irán, y verán al fantasma de Emily Miller.

Al llegar a mi oficina, Lessy me da la agenda. Y empiezo a trabajar y a tratar de recuperar la constructora.

- Emily - entra mi abuela desesperada.

- abuela acabo de llegar - le digo ya que apenas unos minutos ella estaba en el apartamento sirviéndose desayuno.

- Julianna - me dice preocupada.

- qué pasa con ella? - me levanto despacio de mi asiento.

- quiere verte - dice tratando de disimular un poco su angustia.

*

Estos minutos fueron los más largos de mi vida, llegar al hospital y pensar en ver a Julianna en una cama de hospital, débil, cuando ella siempre trato de evitar que la vieran así.

Busco la habitación, mentalizadome en lo que me pueda decir Julianna.

Llego a la habitación 23 del hospital, y antes de abrir la puerta suspira y trato de dejar todo aquí afuera y mostrarle otra cara a Julianna para que sepa que todo estará bien.

Abro la puerta decidida con una sonrisa en mi cara esperando que la aproveche ya que jamás es sonreído tanto como lo hago ahora, pero para mi sorpresa, miro a Julianna muy pálida y más débil de lo que me imaginaba.

En esos momentos mi mente queda en blanco, no sé que hacer, no sé cómo diablos moverme y mucho menos como hacer para que mi sonrisa no se mire tan falsa.

- tardaste - dice con dificultad. Trata de mover su mano para decirme que me acerque.

Me voy acercando lentamente y me siento en unas de las sillas de la habitación.

- me querías ver - le digo.

- si - sonríe - seré breve, porque no me queda mucho tiempo - me dice al mismo tiempo que cae una lágrima por mi mejilla.
Trato de ser fuerte ante todo esto, ella se podrá bien.

Noto que trata de buscar palabras para explicarme todo lo que siente.

- Emily - me extiende su mano, me acerco a ella y la tomo - acabo de firmar mi testamento y creo que tu abuelo, mi querido Raphael...- cierra los ojos - estaría muy de acuerdo con esto - vuelve su vista a mi. - Emily, te quedas con todas las empresas Swan, eres la dueña de todo lo mio, y lo que era de tu abuelo - sonríe, no puedo reaccionar a lo que me dice.

- abuela pero... - me levanto y me pongo a pensar.

- Emily escucha, eres la dueña, tu madre siempre quedará manejando las empresas sin saber que ahora todo es tuyo - cierra los ojos de nuevo como si le doliera algo - solo eso te pido, en el testamento hay un determinado tiempo de confidencialidad, hasta entonces tu madre no sabra de quien son las empresas. - suspira - luego tú sabrás si darle una parte de acciones o no...

No estaba lista aún para todo esto, pero ahora esta pasando y tengo que superar todo esto como todos los demás malditos obstáculos y tragedias de mi vida.

- hija - mi abuela llora - no sabes cuanto me dolió lo que tu padre te hizo y tu madre... - niega con la cabeza - sé que tu abuelo no la educó así, pero mira lo que te hicieron, - cae una lágrima por una mejilla - te hicieron una mujer dura, una mujer de mente fría, que no le importa lastimar a las personas, y si pudieras creo que hasta las destruirías... extraño a la niña tierna de antes, que se reia de todo hasta de los malos momentos...

Esa niña se murió hace tiempo.

- ya abuela - le sonrió - debes descansar. - le doy un beso en la frente.

Mi abuela suspira y trata de sonreír.

- prométeme algo más... - me mira fijamente. - vuélvete a enamorar - sonríe - disfruta de las redes extrañas del amor.

Sonrió al oír a mi abuela decir eso.

- te voy a extrañar tanto - sonríe.

- abuela te pondrás bien - le digo.

- lucete en la fiesta de los Hamilton, demuestra que es imposible destruir a una mujer como tú - me dice con un poco más de emoción, trato de pensar que ella se pondrá mejor y se quedará conmigo un par de años más.

Ella niega con la cabeza y simplemente una lágrima cae por su mejilla y se queda profundamente dormida pero para siempre.

Mi Eterna Amada Where stories live. Discover now