Capítulo 11

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Llego a la casa de mi abuela, miro como mi abuela abre las puertas de la enorme casa y sale a recibirme tan alegre como si no me hubiera visto en años, encantada de tenernos la una a la otra de nuevo.

- mi niña - Sonríe.

- hola abuela - me acerco a ella y la abrazo. - te extrañe, - le digo en su hombro.

Me sonríe y entramos a la casa. Extrañaba estar aquí, con mi familia.

- decore tu habitación. - subimos las escaleras. - para que te sientas más cómoda. - sonríe.

Es muy hermosa y acogedora, no saldré de aquí nunca

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Es muy hermosa y acogedora, no saldré de aquí nunca. Camino y me tiro en la cama. - me encanta - sonrió viendo al techo.

- Owen me contó lo que paso - se sienta en mi cama.

Me levanto sobre mis codos, creo que espera que otra vez me niegue a mi realidad, que otra vez reprima esas cenizas de amor que aún quedan.
Suspiro, todavía sigo sin creer que Elliot sigue apareciendose en mi vida, la vida nos separa por años y después nos vuelve a juntar, se me hizo muy difícil verlo con su hijo, sé que ahora Elliot McColl es otro y más por eso me duele verlo, porque cada vez que lo miro es diferente, y me recuerda esa vez que rechazo hacer una vida conmigo, haciendo que definitivamente me alejará de él. Ambos dijimos cosas que nos marcaron de nuevo la vida.

- sabes? - digo frunciendo mi ceño levemente - está diferente...está resignado. - digo encontrando la palabra correcta para describir lo que vi en su rostro.
En un momento pienso, todo ha cambiado, no sólo él, sino yo, nosotros, ambos estamos resignados a que lo nuestro ya nos enseñó mucho, que ambos hemos sufrido de más y que ya es hora que ya no duela ni tan siquiera nuestra presencia junta en un mismo lugar.

- solo quiero que sepas, que tienes mi apoyo. - pone su mano en mi hombro.
- estoy muy orgullosa de ti, que ya no sufres por ese pasado, tu mirada y sonrisa es otra...

Hace una pausa, caminando con sus manos juntas en mi habitación.

- cuando Owen me contó... - voltea hacia mi - lo primero que se me vino a la mente fue que lo único que tenía que decirte sobre esto es que... la tercera es la vencida - sonríe.

Ambas nos quedamos viendo, ella regalandome un beso de buenas noches y luego sale de mi habitación, mi mente por primera vez no máquina una ilusión, simplemente una sonrisa al aceptar la tranquilidad de esta nueva realidad.

Me pongo ropa cómoda para dormir, vuelvo a mi cama y me quedo dormida, sin imaginar algo nuevo en mi mundo de fantasía.

**

- abuela - Dylan corre a los brazos de sus abuelos.

Reciben a Dylan mientras yo dejo su maleta a unos de los empleados.

- Buenos días señores Taylor - los saludos.

El señor Taylor muy amable me saluda pero la señora Taylor no, se acerca a mi.

Mi Eterna Amada Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz