Capítulo 23

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Estoy en reunión con mis socios y mis tíos.
- viajaremos a Colombia, a los complejos hoteleros... Por el nuevo sistema de seguridad que vamos a instalar - dice mi tío.

- luego según los nuevos proyectos - dice otro socio - si no me equivoco, nos dirigimos a Honduras, para ver los terrenos para el nuevo hotel en Roatan... - finaliza.

- luego Cuba - dice mi tío.

Al parecer saldré del país por un largo tiempo.
Pero negocios son negocios, jamás pensé que me iba a gustar tanto ser aquella empresaria que nunca quise ser.
Me encanta lo que hago y por primera vez estoy orgullosa de mi misma por todo lo que he logrado.

Mis socios se despiden, mis tíos también y me dejan sola en la sala de reuniones.
Me quedo por un momento ahí, pensando en Elliot, quien diría que aquel hombre posesivo, agresivo, intimidante de hace 7 años iba a cambiar por completo, y que ahora es padre de un hermoso niño, tan amoroso que no es ni la sombra de aquel hombre tan intimidante.

Sonrió y me levanto de mi asiento dirigiéndome a mi oficina por mi bolso.

Entró, dejó los documentos en mi escritorio mientras le digo a Lessy que llame a John , el piloto , y tomo mi bolso.

Escucho que la puerta se abre bruscamente y alguien se queja, levanto mi vista rápidamente y miro a Mark entrar golpeado a mi oficina.
De su boca sale sangre, tiene raspones en la cara y en sus brazos.

- llama a una ambulancia - le digo a Lessy y voz suena alterada.

- no... - Mark dice con dificultad - estoy bien. - aquel hombre casi no puede respirar de lo golpeado que ha llevado.

Miro que se sienta en unos de los sofá de mi oficina. Se queja del dolor y no sé que hacer, empiezo a dar vueltas como un trompo buscando algo para detener un sangrado que tiene en un brazo.

- trae un botiquín - le ha Lessy y ella sale apresurada.

Me acerco a él y miro sus heridas.
- te arrastro un camión? - le digo débilmente.

Se ríe pero luego se queja de nuevo del dolor.
- no, pero si varios coches - dice.

- varios? - le pregunto mientras Lessy me entrega el botiquín, de milagro está vivo.
Saco alcohol y unas gasas para limpiar sus heridas.
Vuelvo la mirada a Mark y miro como se quita su camisa.

- tienes aguja - dice mientras mira que en su brazo hay una herida abierta.
Se hace un torniquete con su camisa y me extiende la mano para que le dé la gasa.

- te ayudo - le digo al ver que de verdad le duele todos esos golpes.

Él niega con la cabeza y empieza a limpiar su herida, me siento en la mesa de centro mientras lo observo, toma la aguja y empieza a coser su herida.

Lo hace pésimo, aparte que su mano tiembla y trata de controlarse apretando de más su puño casi sin piel de los raspones, observo que tiene más en su pecho.
Tomo gasas y le ayudó.
Empiezo con su rostro, lo hago lentamente.

Termina se coser su herida y toma gasas para limpiar su brazo.

- ay! - grita del dolor provocando que dé un brinco del susto que ha causado su grito, él ríe al ver mi cara de asustada.

- te dejaré peor... - le doy un pequeño golpe en su hombro, abro mis ojos al darme cuenta que he tocado su herida.

- estoy bien - agacha la cabeza para ocultar su dolor.
Se levanta y camina hacia los ventanales.
Miro que tiene cicatrices en la espalda, líneas como si hubiera sido azotado, pero no erotismo, no por que lo atropelló un coche, ya que esas cicatrices ya forman parte de él, de su piel.

Mi Eterna Amada Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt