Capítulo 7

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Entro a mi apartamento con los libros, por fin puedo estar al menos unos minutos tranquila, fuera de la locura de la realidad. Empiezo a leer, apenas avanzó 5 páginas cuando mi celular empieza a sonar.

- hola - contestó y dejo el libro a un lado de la mesa de centro.

- señorita Reynolds su junta de las 3 de la tarde. La cancelo o sigue en pie? - dice Lessy en la otra linea.

- voy para allá. - cuelgo el teléfono y me levanto del sofá.

Me levanto me arreglo mi blusa y me dirijo a mi oficina. Los socios que estaban acostumbrados a hacer negocios con mi padre, me han hecho la vida imposible, rechazando cada proyecto, deteniendo cada recurso, creen que no soy suficiente para la compañía.

La mayoría de mis socios están ahí, entre ellos mi tío y Brian.
Llego me colocó en mi asiento, los quedo viendo a todos y ellos a mi, cuando por fin decido hablarles entra alguien bruscamente a mi sala de juntas.

- mi pequeña - miro a Robert entrar con una sonrisa cínica en su rostro, me voy levantando de mi asiento a enfrentarlo.

- como entraste? - le pregunto ya que hay seguridad por todo el edificio y tienen la orden de que no lo dejen entrar.

- te quedaste con todo, hasta con lo que le pertenecía a tu madre - niega con la cabeza - no eres más que una maldita sin corazón.

- Robert! - mi tío se levanta furioso de la mesa al oír que mi padre me habla así.

- hubiera preferido que en verdad estuvieras muerta. - dice mientras los demás socios se sorprende lo que dice Robert. - eso quieren - se dirige a ellos - qué una cualquiera maneje las mayoría de las acciones de la empresas - todos quedan viendo a Robert.

- al menos ella a evitado que la empresa se venga a bajo - dice mi tío. Mientras yo escucho toda la ira de mi padre contra mi.

- nunca hubieras nacido - dice al final. Siento como algo se apodera de mi cuerpo, mis ojos se cristalizan al oír esas palabras.

- terminaste? - le digo levantando mi rostro, sin dejarme vencer.

Llamo a seguridad- no tienes ningún derecho de venir a decirme esas cosas, porque recuerde señor que usted nunca tuvo una hija. - le guiño el ojo mientras los de seguridad los sacan.

- las pagarás todas Emily, las pagarás - dice mientras lo sacan.

Me siento en mi silla y trato de evitar sentirme derrotada otra vez por mi propio padre. Robert me habla como si su sangre no corriera por mis venas, que tenemos casi los mismo ojos, el mismo carácter.

- señorita Reynolds... aceptamos sus propuestas y la apoyaremos en sus proyectos, donde firmo para empezar desde ahora - se levanta unos de los socios y los demás también aceptan.

Sonrió mientras Brian toma el control de todo y mi tío se acerca a mi.

- cada vez te pareces más a tu abuela - sonríe y pasa una mano por mi rostro. - estoy muy orgulloso de ti.

No puedo más.
Una lágrima cae por mi mejilla al escuchar las palabras de mi tío, él se acerca y me abraza.

Sonríe y se junta con los socios para cerrar el acuerdo. Mientras me pierdo en mis pensamientos y en el dolor que llevo dentro de mi.

Estoy en mi casa cocinando, mi abuela me enseñó a cocinar ya que comiendo se quitan las penas.
Cocino mientras escucho música.

Oigo el timbre de mi casa, alguien toca con desesperación. Y salgo corriendo a abrir, pero no por la desesperación de la persona que está tocando el timbre, si no porque tengo carne en la estufa.

Mi Eterna Amada Where stories live. Discover now