Justin es un chico increíble en todos los aspectos, de esa misma forma puede pensar y ver más allá que un hombre normal, sabe que a la chica que ama puede transfórmala con su amor hasta lograr la mujer que él desea.
Pero a pesar de todo, tiene un...
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La días pasaron rápidamente entre besos y caricias entre Justin y yo, aunque nos había arreglado entre comilla, todo seguía con su normalidad. Solamente mis primos y las chicas sabían que estábamos en algo que nosotros no sabíamos. Por otro lado Justin fue amenazados por mis primos de que si me hacía daño otra vez iba ser azotado por los casilleros de todo el instituto; mis primos son un amor.
De Jason no puedo decir mucho, ya que no he hablado con él por lo sucedido la otra vez. No lo he visto mucho en el instituto y si es que lo he visto, lo e ignorado completamente. No teníamos nadas que hablar. No me molestaba el hecho que se acostara con un mujer, me molestaba que había mentido de que cosas hacia realmente. No pensaba lo que decían por los pasillos era verdad.
—Hola a todos —dije al ver los a todos en la mesa de mi cocina.
—Hola —responden algunos. Camino hasta la nevera para sacar un yogurt.
—¿Mi madre? —pregunto.
—Con mi madre y Marco, viendo el tema del negocio —dice Justin.
—¿No es el padre de ese chico Jason? —Pregunta Alonso.
—¿De verdad? —pregunta sorprendido Martin.
—Si es su padre —responde Justin.
—No me gustan para nada los triángulos amorosos —dice Nicolás mirándome.
—Nunca tuve nada con él, así que no me molesten —les digo para sentarme en la mesa y tomar el cereal.
—¿Y que es de él? —pregunta Jorge
—Está acostándose con una trabajadora de su padre —dije al instante. Justin en seguida mira alzando las cejas—. ¿Qué? Tengo que decir la verdad.
—¿Se metió con alguien? —Pregunta de nuevo Jorge. Mis primos se miran incrédulos
—Sí, con una trabajadora y dejemos de hablar de él por favor —dice Justin y mis primos se miran entre sí.
Terminamos todos de comer el desayuno para después ir en dirección al instituto. En el camino Martin y Derek no dejaron que Justin se acercara mucho a mí. De hecho, desde los golpes que le habían dado días anteriores él tenía ciertas reglas que cumplir para mis primos y entre una de ellas, era que estuviera al margen conmigo. Es decir que no me tocara más de la cuenta.
Al llegar al instituto, sonó la campana y los chicos se habían ido a sus respectivas clases y algunos con sus novias. Entramos a la clase de Biología con Justin y de paso salude a Santiago y a sus amigos.
El profesor comenzó la clase explicando una materia para después terminar haciendo algunas ejercicios en el cuaderno.
Sentí la mano de Justin y sonreír, pero al sentirla más arriba lo mire. Quería besarlo, pero no sé podía. Mis primos se darían cuanta y no quería más dramas y golpes.
