Capitulo 20.

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Después de aquella charla no tan agradable que tuvimos con el anciano, pasaríamos la noche en aquella gran y hermosa casa blanca. Resulta que toda la gente que vimos en las terrazas de cada ventanal, eran brujos invitados de otras partes.

Resulta que como buenos brujos que son, sabían que vendríamos y que les pediríamos alianza. Por lo que se comunicaron entre ellos para hacer una junta. En donde no participe yo, ni los tres mosqueteros. Ian, Stephen, y Park, darían "la cara" por nosotros. Ya que no estábamos en condiciones para ir a una reunión. Tal vez Derek si, pero nosotros no.

Mentiría si no dijera que no me dejo en shock cuando supe la verdad. Inclusive ahora mismo estoy en shock. Tantos años mis padres y hermano me miraban a la cara sabiendo que me ocultaban cosas. Y aun así no pudieron decirme la verdad. La verdad de mi ser.

-Gracias.

Susurre cerrando la puerta de la habitación. Y para mas colmo, como había invitados esa noche, las habitaciones estaban ocupadas. Por lo que tendríamos que compartir habitaciones.

Una amable señora me había guiado hasta una habitación con dos camas y una mesita de noche. Tenía un closet, y un baño propio. Perfecto para viajeros de una noche. Como nosotros. Y por eso mismo estaba nerviosa.

Tendría que compartir habitación con Ian.

Agradecía que Edik estuviera desmayado, porque si no... De seguro se encerraría conmigo en una habitación con el tal de no compartir con Ian. Aunque lo seguro es que no estaría tan nerviosa como ahora.

Suspire mirando mi bolso. No era ni grande, ni pequeño. Tria mi pijama y dos cambios de ropa extra. Y mis cosas de higiene personal, claro. Tome mi "pijama" que consistía en un simple camisón.

O como decía la mujer de la tienda. "Camisón BLANCO de rayas negras, con escote en V y MANGAS largas". Así como lo leían.

Y como lo simple de mi pijama, saque mis pantalones, y polera. Me puse de espaldas a la puerta, y comencé a deslizar el camisón por mis brazos. Justo en el momento que la puerta se abría.

Me quede estática, justo en el momento que sentía a alguien tragar duro. Lo que me hizo reaccionar, y terminar de bajarme el camisón rápidamente. Me gire con los ojos abiertos a mas no poder, para observar a un Ian congelado en la entrada.

-Lo siento... - susurro volviendo a tragar. – ¿Ya terminaste?

No chico, todavía estoy desnuda.

Quise responder en tono de burla, pero simplemente hice un sonido con la garganta, como signo de afirmación.

A continuación entro al cuarto, cerró la puerta y dejo su bolso en la cama que no estaba ocupada por mis cosas. -¿Vas a entrar al baño?- su pregunta me volvió a la realidad.

-Mhm... Me lavo los dientes y salgo.

-De acuerdo. Mientras yo me cambiare... aquí

Asentí buscando algo más que decir para aligerar el ambiente. ¡A quien engaño! ¡Me había visto semi- desnuda y NADIE, repito NADIE, me ha visto desnuda! ¡Ni si quiera mi madre!

Por lo que con la vergüenza tiñendo mi rostro, tome mi estuche de cepillo de dientes encerrándome en el baño. Suspirando con calma, apoye mis manos en mis mejillas, que estaban más caliente de lo normal. Al observarme en el espejo.

Cuando el pensamiento de "Cleo", la mujerzuela, me llego a la mente. Había mostrado su molestia cuando se decidió que compartiría cuarto con Ian, por lo que intento hacer que Ian fuera a su cuarto, que la cama era lo suficiente "grande" para los dos. Lo que hace que mis pensamientos de mujerzuela, sean correctos.

© Extintos.Where stories live. Discover now