XV

7 0 0
                                    


- ¿Carmen? Hola, soy Lázaro. ¿Está tu hermano?

- No, quillo. Ha salido con Marta.

- Ah,vale.

- ¿Le digo algo?

- No, da igual. Ya hablaré con él. Venga... Bueno, dile que es un mariquita de mi parte. Hasta luego.

-Adiós.

Lázaro colgó el teléfono mirando a Josan y a Laura.

- ¿Y bien? – preguntó Josan.

-Tato tampoco. Descartada también Marta -. Lázaro se rascó la cabeza -. ¿Para qué vale esto?

- Es un signo de que tu mundo se va alejando de ti – respondió Laura.

- Aún no has llamado a Isabel – recordó Josan.

- Sí, lo sé.

- No tengas miedo – dijo Laura.

Lázaro iba a decir algo, pero Laura le interrumpió.

- Aunque comprendo que lo tengas.

Laura miró al muchacho, que se derrumbaba en el sofá.

-¿Pero cómo puede estar pasando esto? Todo era tan bonito... hasta que llegasteis vosotros... bueno – señaló a Josan -, tú.

- No me culpes por lo que está pasando – contestó Josan -, porque no está pasando.

- Sí, claro – respondió Lázaro con una risa de ironía -, yo no existo.

- Sí existes – respondió Laura -, es sólo que no aquí.

- ¡Y dónde carajo existo!

- No nos crees – afirmó Josan.

-No, no os puedo creer.

-Pero crees que una chica como Laura podría salir con un tío como Pablo – dijo Josan.

Laura lanzó a Josan una mirada cargada de ternura y complicidad a partes iguales.

- ¿Y qué tiene eso que ver? – preguntó Lázaro sin hacer demasiado caso -. Hace ya tiempo que elaboramos una teoría acerca de eso.

-Pablo y yo no estamos juntos – dijo Laura.

Lázaro se sorprendió a sí mismo con un brillo de alegría en sus ojos.

-¿Desde cuando?

-Desde nunca.

Lázaro pensaba que debería estar confuso, pero ya se había acostumbrado a escuchar cosas raras. Muchas cosas se le pasaron por la cabeza.Muchas preguntas, muchos cabos sueltos. Sólo se le ocurrió decir una cosa.

-Explícame eso.

- Yo existo aquí igual que tú.

-¿Cómo?

-Lázaro – intervino Josan -. Lo que Laura intenta decirte es que...

Se quedó sin palabras.

-¿Qué?

- Que sabemos cómo sacarte de aquí.

-¿Cómo?

- No lo sabemos.

Una nueva pregunta pasó por la cabeza de Lázaro.

"¿Porqué no he largado ya todavía a estos dos?"

- La clave está en los tatuajes – dijo Josan.

- Sí– respondió Lázaro -. Algo así imaginaba.

Senda de perdiciónWhere stories live. Discover now