9

5.3K 675 856
                                    


TaeHyung POV

Era una espléndida mañana de domingo. Hacía un poco de frío, pero nada que un buen café no pudiese quitar.

Estaba con Hoseok en camino al departamento de JungKook, quién por cierto, seguía sin responder mensajes y llamadas. Nadie sabía por qué, más que yo. Yo era él único que estaba el pendiente de los sentimientos de JungKook, pero después de lo ocurrido el viernes con YoonGi en el bar, JungKook se fue sin decir nada. Le intenté contactar varias veces, más de las que podía contar con los dedos de la mano, pero...nada.

–¿Tú crees que quiera ir después de lo que pasó ayer, TaeTae? –sentí que sonrojé levemente ante el apodo de HoSeok.

–Conociendo a JungKook creo que ya se le pasó –declaré.

Se suponía que todos los domingos íbamos a la casa de alguno de los chicos. El domingo pasado tocó en la de NamJoon, pero YoonGi no pudo ir por su pequeño incidente en el Departamento de Policía. Esta vez tocaba en casa de YoonGi... por eso teníamos que ir por JungKook, para convencerle de ir.

Sin percatarme mucho de todo el recorrido, me di cuenta que ya estábamos enfrente de el edificio departamental donde vivía JungKook.

–Tu me guías, TaeTae –otra vez ese apodo. Me sentía como un completo enamorado–, yo siempre me pierdo en estos edificios –se rascó la nuca y me pareció demasiado lindo. Me acomodé mi gorrito rosa, ya que el viento me lo había desacomodado un poco–. TaeTae –me volteé a verle.

–¿Qué pasa, Hyung? –pregunté curioso.

–Me gusta mucho cómo te ves con gorros –me sonrió y ya podía sentir el rubor que se comenzaba a esparcir por todo mi rostro. 

–Creo que gracias, Hyung –balbuceé avergonzado.

Empecé a caminar a la puerta del edificio adelantándome un poco de Hoseok para que no viese mi cara que en estos instantes parecía un tomate.

Entramos a el edificio y rápidamente pulsé el botón del ascensor para que nos llevara al piso de JungKook. Éste tardó unos minutos en llegar por fin a la planta baja, maldije a lo bajo porque entre Hoseok y yo había un incómodo silencio sepulcral. Me metí en el ascensor, Hoseok me siguió y volví a pulsar de nuevo otro botón para que nos llevara a donde vivía JungKook –el piso dieciséis–.

Me apoyé contra la pared y cerré los ojos, me gustaba disfrutar la sensación en mi estómago cuando el ascensor subía o bajaba. Después de unos diez segundos en esta posición pude sentir un aire cálido, algo fácil de diferenciar en el frío de esos instantes. Abrí los ojos de poco a poco. Mierda. HoSeok estaba enfrente mío, muy cerca de mi. Tenía sus manos apoyadas en la pared, acorralandome. No sabía qué hacer, a donde moverme, si debía respirar, alejarlo o desmayarme por su cercanía.

–H-Hyung, ¿qué haces? –me estaba volviendo a sonrojar; no, no. No me gustaba que él me viera tan sonrojado.

–¿Ya te he dicho que me gusta mucho verte con esos gorros? –me miró a los ojos  una de sus manos se posaron en mi cabeza.

–Sí, Hyung... –hacía un esfuerzo descomunal por no atragantarme o tartamudear–. Mira, si quieres te lo puedo dar, creo que se te vería mejor a ti –me traté de remover de entre sus brazos. Él negó con la cabeza.

–Yo arruinaría el uso de estos gorros, se me verían mal.- se había acercado más a mí. Sentía su aliento entremezclando con el mío. Estábamos jodidamente cerca.

–¿Qué cosas dices, Hyung? Por supuesto que se te verían bien –dije y después me reí con nerviosismo. Se acercó más y ahora nuestros labios se rozaban. Pude distinguir el olor y sabor a café que esta mañana habíamos comprado en camino a este lugar–. H-Hyung... estás muy cerca...

Dangerous woman [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora