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Mini-Especial Vacaciones [1/3]

Me sentía fatal.

Mi cerebro era una máquina que a cada rato de descomponía por tanta información acumulada, o sea, por tantas cosas sobre Aaron y Kile Wild.

Era horrible. Tenía una jaqueca que parecía que me taladraban el cerebro.

–Noona, ¿que sucede? –JiMin me pasó el brazo por la cintura mientras íbamos caminando hacia la salida de la Universidad.

Ya por fin eran vacaciones.

–Nada JiMin, no te preocupes –me sobé un poco la cabeza, tratando de que el dolor disminuyera.

–¿Dolor de cabeza? –asentí. Dejó de caminar y se posó enfrenté de mí–. ¡Deberías de alegrarte! –me sonrió haciendo desaparecer sus ojos.

Yo sólo me limitaba a mantener la cabeza gacha y con mis manos sobre ella.

–No hay nada de que alegrarme.

–Oh, ¡claro que sí! –sus ojos desprendían un brillo de alegría–. ¡Ya son vacaciones! –me abrazó aún en mi posición actual. Varios estudiantes se nos habían estado quedando viendo.

–Me... me aprietas mucho... mi cabeza...

–Oh, claro –se apartó–. Lo siento.

No pude evitar sonreír a la vez que negaba con mi cabeza. Empezamos a caminar de nuevo.

–Por cierto, Noona –su mirada estaba clavada en algún punto fijo en la calle frente a nosotros.

–¿Mande?

–¿Irás a algún lugar estas vacaciones?

–No –dije con sorna. Nunca salíamos en invierno.

–Bueno, ahora saldrás.

–¿Qué? –me volteé a encararle.

–Bueno... –comenzó a hablar jugando con sus dedos–. Mi padre tiene una casa en la playa...

–¿En la playa? –le interrumpí bruscamente–. ¿Estás consciente de que en esta temporada la playa es un segundo Polo Norte? –bufó.

–¡Claro que lo sé! Pero no es como si nos fuéramos a quedar acampando en la arena. La casa está muy bien equipada...

–¿Y tú crees que mi madre vaya a querer darme permiso? –le volví a interrumpir.

–Obviamente se que no te va a dejar ir sola, Noona. No soy estúpido.

–Bueno... –otra vez le interrumpí; me miró con el ceño fruncido y un puchero–. Lo siento, continua.

–La casa es bastante amplia, creo que de igual tamaño que mi casa actual –oh, entonces sí que era enorme–. Por eso mismo tu madre y mi padre pueden ir con nosotros.

–Jimin, esa idea no...

–Lo sé, ni a mi tampoco me gusta ver a mi padre con tu madre, pero si es decisión de ellos... –hizo una mueca–. Aún así, hay que intentarlo, ¿no?

–¿Y qué playa es?

–Wando-gun, en Jeolla del Sur.

Lo sentí como un puñetazo en el estómago.

Casualmente allí era donde arrojamos las cenizas de mi padre.

Dangerous woman [Yoonmin]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora