39 Días『✦』Kookmin.

「6」

– Buenos días, nochu .– Sonríe Jimin, mientras se sienta en la mesa de la cocina.

– Buenos días, mochi.– Sonríe Jungkook.– ¿Dormiste bien?

– Si, pero no desperté bien.– Hizo un puchero.

– ¿Porque?– Hizo lo mismo.

– Es que me desperté y estaba solo.– Jungkook comenzó a reír.

– Tenía que hacer el desayuno.

– Comprendo.– Miró a su alrededor.– ¿Y tú madre?

– Oh, ya se fue.– Contestó sin importancia.

– ¿Tan temprano?– Jungkook asintió.– ¿De que trabaja tu madre?

– Es una señora de negocios, su trabajo es muy importante.– Contestó.

– Ya veo.– Asintió.

Jungkook dejó un plato de comida en la mesa, para que Jimin desayunará. Pero antes de eso, le agradeció al castaño.

– Tenemos que ir a la escuela.

– No quiero~ .– Puso cara de fastidio.

– Yo tampoco pero tenemos que.– Respondió.– Así que come, y luego puedes ducharte, te prestaré mi ropa.

– Está bien, gracias.– Le mostró una sonrisa.

Jungkook subió las escaleras para ducharse y alistarse para la escuela, mientras Jimin desayunaba. Cuando estaba peinando su cabello, escucho que alguien tocaba la puerta.– ¡Pase!

Jimin abrió la puerta lentamente, venía solo con una toalla en su cintura y Jungkook enseguida se sonrojó, intentando con toda su fuerza de no hacer nada que asustara al peli rosa.

– Ponte esto, es lo más pequeño que tengo.– Le entregó las prendas.– Te estaré esperando abajo, no tardes.– Jimin asintió y vio como el castaño se alejaba.

Pasaron unos cuantos minutos y Jimin aún no bajaba. Ya se estaba desesperando. Así que subió a tocar la puerta.–¡Jimin, sal! ¡Se nos hará tarde, por el amor de Dios!

– ¡No quiero salir!– Se escucho del otro lado de la puerta.

– ¿Porque?– Preguntó.

– Me da vergüenza.– El castaño frunció el ceño, y sin avisar abrió los ojos. Enseguida se sonrojó al ver cómo le quedaba la ropa que le había prestado.

Le quedaba inmensa, demasiado. Y el menor solo estaba usando una camisa, que le quedaba como una bata, dejando ver sus lindas piernas. Desesperando al castaño, y tentándolo a hacer cosas indebidas.

– No me veas.– Miró a otro lado.

– Te ves demasiado tierno.– Jimin se sonrojó.

– Esto es demasiado, necesito otra cosa.– Respondió.

– Coincido, nadie más puede darse el lujo de verte de esta manera tan tierna, solo yo quiero tener este privilegio.– Contestó mientras Jimin se sonrojaba aún más.