39 Días『✦』Kookmin.

「8」

Y ahí estaba Jimin en busca de Jungkook. ¿La razón? Su madre lo había obligado.

Así es, la señora Park quería conocer a Jungkook.

Flashback.

– Ya dime quién es, hijo.– Suplicó la señora Park.

– Pues, se llama Jeon Jeongguk.– Respondió.– Y creo que me llama algo la atención.

– ¡Ay, mi hijo está enamorado! ¿Como es? ¿Es amable? ¿Apuesto? ¿Que tanto te gusta? ¡Quiero saberlo todo, ya!– Gritaba la madre infinitas preguntas.

– Okey, tranquila. Es alto, tiene cabello castaño, y unos lindos ojos rasgados, son color café. También tiene una sonrisa como de conejito, que lo hace ver tierno, y sus labios rosados, y finos.– Dijo con un brillo en sus ojos.

Su madre no pudo evitar sonreír por la manera en la que hablaba su hijo, de aquel chico.

– ¿Y que más?– Pregunto mirando a Jimin.

– Es amable, solo con ciertas personas.– Rasco su nuca.– Conmigo lo ha sido.– Sonrió.

– ¿¡Y es apuesto!?

– ¡Que si!– Soltó una pequeña carcajada.

– ¿Te gusta mucho? ¿Que tanto?– Interrogó.

– Si, creo que si me gusta. Si tuviera que clasificar del 1 al 10, diría 7– Admitió.

– ¿Y crees que eso pueda cambiar?– Lo miró de manera picara.

– Tal vez.. En realidad no lo sé, mamá.– Elevó los hombros.

– Mañana tráelo a cenar, fin.

– ¿Q-que?– Abrió los ojos.– ¿Estás loca?

– ¡No digas que estoy loca!, tómalo como una orden, lo traes o lo traes.

Fin del flashback.

Jimin sonrió por la actitud tan exagerada que había tomado su madre. Pero tenía que hacerle caso, era su madre. Y cuando ella da una orden, hay que cumplirla, a no ser que quiera morir.

Cuando el peli rosa pasó por uno de los pasillos donde se encontraban los casilleros, caminaba video a todos lados, el lugar estaba solo. Jimin solo siguió caminando sin importarle lo último.

De repente alguien lo empujó a los casilleros, pegándolo a este.

Se trataba de un chico con piel súper pálida y cabello negro.

– ¿¡Que mierda!?– Gritó.

– Cuida los que dices, niñita.– Respondió el chico de cabello negro.

– ¿Quien eres?– Elevó un ceja.

– Eso no es de tu incumbencia.– Rodó los ojos.

– Bueno, ¿que quieres?–

– Quiero follarte, nenita.– Contestó.

– ¡Estás loco! ¡Nunca me dejaría follar por ti! ¡Ni siquiera te conozco! ¡No sé quién mierda eres!

– Soy la persona que te ha estado siguiendo, esperando a que te encontrarás solo, para violarte ¿eso acaso está mal?– Elevó los hombros.