____ Y Trunks Briefs | 3

50.

_____ Briefs.

Gruñí, y Bra me sonrió. Bufé rendida y la tomé en brazos. Ella sonrió complacida y victoriosa, mientras yo solo la fulminaba con la mirada.

—¡_____! —llamó Trunks, y los miré. —Nuestro mundo... —agachó la cabeza con el ceño fruncido.

«Al parecer, Zeno lo destruyó por completo.»

—E... Etto... —en ese momento llegaron Whis, Bills, Vados y Champa. —Bills, Champa... —susurré.

—Por lo visto, tuvieron problemas. —dijo Champa, y Goku rió nervioso. Al instante, aparecieron el Supremo KaioShin y Gowasu.

—Menos mal. Todos volvieron... —dijo feliz.

Gowasu se acercó a Bills y a Champa.

—Bills-Sama, Champa-Sama. —hizo una reverencia. —Lamento todos los problemas.

—Ya te lo dije. Debes elegir mejor a tus aprendices. —regañó Bills.

—Sí.

Después de la llegada de los dioses de la destrucción y sus KaioShin, estos últimos se fueron. Mamá ordenó un gran banquete, pero no estaría listo hasta dos horas más, por lo que sirvieron algunos bocadillos. Hasta que recordé lo que me dijo Vados el día que Zeno-Sama me invitó a su casa.

—Y si Zeno-Sama destruye un universo, ¿Él moriría en la Explosión? —pregunté.

Whis negó.

—Eso es completamente imposible. —respondió Vados. —Él mismo no se puede autodestruir, querida. No hay manera de que Zeno-Sama muera.

No hay manera de que Zeno-Sama muera.

Lo cual significa solo una cosa, pequeña pero importante. Rápidamente dejé a Bra en el suelo y corrí hasta mi yo del futuro, quien conversaba animadamente con ambas Bulmas, Papá, Trunks y Goten del futuro.

—¡Yo! ¡Yo! ¡Necesito tu ayuda!

—¿Qué ocurre? —frunció el ceño.

—¡Olvidé algo en el futuro! —le dije desesperada.

—No importa lo que haya sido, fue destruido. —regañó Bills. —Creí que ya lo sabías, idiota.

—¡No, idiota! ¡No es algo material! —me dirigí a mi yo del futuro. —¿Puedes llevarme al futuro otra vez?

—Bueno, pero... —no la dejé terminar y la agarré de la mano y comencé a correr hasta la máquina del tiempo, la cual, para mi suerte, aún estaba en el patio y abierta. La empujé y la obligué a subir a la máquina. —¡Oye! ¿¡Qué te pasa?!

No contesté y cerré la compuerta de vidrio. La máquina se comenzó a elevar.

—¡Oye! ¡Te prohibí volver a ocupar la máquina del tiempo! —gritó Bills.

—¡Lo siento! ¡No te escucho! —mentí, y sin más, desaparecimos.

—Hmph... —Mirai se arregló el guante.

—¿Qué sacas de arreglarte si el guante está roto? —me burlé.

Ella se sonrojó, frunció el ceño y gruñó. —Mejor cállate y dime ¿qué olvidaste en el futuro?

—Bueno, verás... Yo... —Me callé al darme cuenta de que ya habíamos llegado. Donde literalmente no había nada.

—¿Ves lo que se te «perdió»?

—¡Sí, está vivo! —sonreí inmensamente al ver a Zeno-Sama completamente bien, aunque al revés.

—¡Zeno-Sama! —abrí la compuerta, y él se giró para mirarme.

—¿Uhu? —mi yo del futuro se acercó con la máquina.

—Zeno-Sama, ¿quieres que te lleve a un lugar bonito y con amigos?

—¿En serio?

—¡Sí! ¿Vienes? —le extendí la mano.