VI

4.4K 487 176
                                    

Ya había salido del hospital. Se encontraba mejor. Sin embargo, no olvidaría lo que había hecho Viktor. Deseaba no lavarse la mano jamás, para preservar el sabor e intensidad de los labios del platinado. Pero pensó que sería algo antihigiénico.

Llegó a su casa y, lo primero que hizo, fue ver una película con toda su familia, a excepción de su padre que debió ir a trabajar. Posó una mano en su vientre mientras la veía, inconsciente. Mari se dió cuenta de eso, por lo que casi se desangra por tanta ternura.

Al día siguiente, cuando Yuri fue a clases, Viktor no se presentó. Ni el siguiente. Ni el siguiente. Mizuki le preguntó la razón de la ausencia del albino, pero él tampoco tenía la respuesta.

Pasaron muchísimos días ante la ausencia de Viktor. ¿Le había pasado algo malo? ¿Se habría regresado a Rusia? Tenía que saber lo que era en ese instante.

Para su suerte, llegando a casa lo descubrió, tres semanas después del primer día.

Se encontraba comiendo con su hermana viendo la televisión, ya que ese día era la primera prueba de los patinadores que querían ir al Grand Prix Final.

Entonces, lo vio. Se deslizó por el hielo, hasta el centro de éste. Lucía un traje hermoso, como de caballero, rosado, que se difuminaba de arriba a abajo, y unas hombreras doradas.

-V-Viktor...

Una canción de ópera se escuchó. Viktor alzó la mirada antes de unir su muñeca doblada a su frente, para después comenzar a patinar de una manera hermosa e inigualable. La pasión con la que sus manos recorrían su cuerpo se notaba a leguas, como sus dedos acariciaban cada parte de él. Sus cabellos plateados se agitaban al son de los pasos. La música ambientaba por completo el espectáculo, esa hermosa ópera italiana lograba que la escena fuese hermosa.

Yuri comenzó a llorar sin darse cuenta. Lo hizo por dos hechos: tanto porque lo que veía era digno de una medalla dorada como porque Viktor estaba consiguiendo su sueño. Le daba un tanto de envidia el que Viktor estuviese en camino de hacer realidad su sueño mientras que él se quedaba en casa comiendo mientras esperaba un hijo que no lo dejaría hacer aquello. Pero aún así estaba contento por el albino. Estaba muy feliz.

Cuando aquello terminó, sacudió la cabeza y se levantó, llendo al baño y encerrandose. Se enjugó las lágrimas y sonrió.

Viktor estaba consiguiendo su sueño y estaba seguro de que lo lograría. Ganaría una medalla de oro como ganar del Grand Prix Final.

-Viktor...

Estaba tan feliz...

Salió después de asegurarse de que no se notaba que había llorado. Fue a la cocina y se preparó algo sencillo para alejarse un poco de su familia.

•••

Viktor no volvió a ir al instituto. Todo el mundo hablaba de él. Le preguntaban a Mizuki más detalles, pero ni siquiera él sabía lo que tramaba. Aseguró que no tenía conocimiento de que le gustase el patinaje, algo que a Yuri le sorprendió, puesto que Mizuki era su novio, o eso se suponía.

Los días pasaban aburridos, igual que antes. Lo extrañaba, al menos antes lo podía ver. Ya ni eso, a excepción de la televisión.

Entonces, un día recibió un sobre. En la carta decía «Yuri Katsuki».

Primero, abrió la carta.

Yuri:

Lamento no haberte podido decir antes, es solo que Yakov me dijo que no lo hiciera.

Espero que estés orgulloso de mi después de todo lo que te he hecho... Discúlpame, pero no puedo hacerme cargo de ese niño. De otra forma, este sueño no se cumpliría.

El arte de la vida (Vikturi) •Mpreg•Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz