Los problemas de Stiles se incrementaron cuando descubrió que Derek Hale el chico problemático del campus iba a ser su compañero de pieza, pero eso no era su principal problema, dejando de lado que Stiles había pedido una habitación individual gener...
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― ¿Me puedes decir qué demonios te pasa? ―espetó Derek, recostado en la cama. No se había podido concentrar en su lectura desde que Stiles llegó de su última clase; no paraba de dar vueltas por la habitación murmurando en voz baja.
― Nada, estoy bien ―susurró.
Siguió dando vueltas.
― ¿Sabes que esa es la mentira más común que dicen las personas? ―ironizó intentando volver a leer.
Stiles no dijo nada, ni siquiera se molestó en pensar una posible respuesta, muy raro en él; quien siempre que le preguntaban algo, se exprimía el cerebro en busca de una respuesta adecuada.
El moreno arrugó el entrecejo y cerró el libro de golpe, sentándose en la cama miró fijamente al chico.
― ¿Qué te pasa? ―preguntó serio― y no me digas "nada", hoy estas más raro de lo normal.
― Estoy bien...
Bien hundido.
― Stiles.
― Tengo que exponer en Historia ―farfulló.
― ¿Es enserio? ―levantó una ceja incrédulo― ¿por eso tanto problema?
Stiles bajo la mirada, jugando con el borde de su camiseta, entonces Derek recordó el "gran" problema, quiso darse un golpe en la cabeza por imbécil.
― Stiles, lo siento. ―Se restregó el rostro con su mano― no recordaba que a ti te costaba más.
― Está bien, al menos tú lo sabes. La mayoría de las personas ni se molestan en preguntar, solo juzgan, y uno solo tiene que escuchar en silencio, porqué no tengo el valor para contradecir al resto sin el temor de que me ataquen...
Derek parpadeó sorprendido, nunca había visto a Stiles abrirse así, al menos con él sin que lo forzara un poco para que le dijera las cosas. Stiles de por si, tendía a callarse lo que sentía y Derek no era un especialista en estar adivinando los sentimientos del resto, por lo general, no le importaba.
― ¿Y bien? ―Lo miró a los ojos.― ¿De qué es tu trabajo de historia?
― De un lugar histórico a elección, y después escribir una historia original; no más de veinte hojas.
― Bueno, tienes suerte de que tu compañero de cuarto estudie Turismo.
― ¿Vas a ayudarme? ―preguntó sorprendido.
― Si puedo serte de utilidad, sí. ―Se levantó de la cama y entró en el baño.
Stiles no sintió un nudo en el estómago, sintió como si miles de mariposas revolotean en su estómago, queriendo subirse por su garganta. Miró su libro de Historia y se puso nervioso de solo pensar en sentarse a realizar el trabajo con Derek.
― Voy a salir ―dijo el mayor, tomando su bolso y echándose el celular al bolsillo― te veo a las 21:00 en la biblioteca, en la última mesa al lado de la ventana.
― Sí, ¡espera!, ¿qué― cómo sabes de...?
― Siempre te sientas ahí, y nunca nadie va a la sección de Geografía.
― Ya... pero, ¿cómo sabes que me siento ahí?
― Te veo leer.
Sin más salió del cuarto dejando a un Stiles al borde de un ataque de ansiedad.
Más tarde, diez minutos antes de las nueve, Stiles ya estaba en la biblioteca en el lugar a cordado. Tenía sus libros y su notebook en la mesa, también su teléfono y los audífonos puestos, aunque no escuchara nada. No había casi nadie en la sala, una chica castaña al otro extremo usando los computadores, escribiendo con velocidad; un chico imprimiendo con una cara de mucho odio, y otro durmiendo recostado en una de las mesas.
Stiles miro nuevamente la hora en su celular, 21:05 y no había rastro de Derek. Quizás estaba retrasado, pensó. Se llevó una de sus dedos a la boca y mordió suavemente la uña. Tal vez había tráfico, ¿Derek tenía auto? Le preguntaría después. El chico de la impresora, tomó sus hojas y salió de la biblioteca. 21:11 probablemente olvidó que iban a juntarse en la biblioteca, o solo no quiso ir. Sacudió su cabeza. No, Derek no haría eso, de todas formas, fue él quien le ofreció su ayuda, pero ¿y si se arrepintió? Tenía razones para hacerlo, no era su amigo, solo era su indeseado compañero de habitación, solo era una carga para el mayor, quizás solo por eso era amable con él, porque era un antisocial; no era nada para Derek.
Tranquilo Stiles, no pienses así...
Una gota de sudor rodó por su frente, y sintió un calor molesto en su pecho. Tragó con aspereza. Miró al su alrededor, la chica ya no estaba y el otro seguía durmiendo. Sacó de su mochila un frasco de plástico con los medicamentos, tomó uno y se la hecho a la boca.
Ya cálmate, Derek puede llegar en cualquier momento.
Comenzó a mover su pierna nerviosamente, y se pasó una mano por el cuello. Sus manos le empezaron a temblar, se puso la capucha de su gorro y se dejó caer en la mesa ocultando su rostro entre sus brazos.
15, 16, 17...
Comenzó a balancear su cuerpo hacia adelante y atrás. Tenía que parar. Tenía que parar, Derek iba a llegar y no podía verlo así. Intentó normalizar su respiración, inhalando y exhalando.
45,46,47...
Notó que sus mangas se mojaban, pero no era el sudor de su frente, estaba llorando.
57, 58, 59... ¡PARA!
Su pierna paro, y su pecho dejo de molestar. Dejó escapar una exhalación pesada, y sus brazos se deslizaron por la mesa hasta quedar colgados, solo su cabeza estaba recostada en la mesa. Tragó saliva, tenía ganas de llorar, pero una figura grande e imponente, vestida con chaqueta de cuero se sentó frente a él.
― Lo siento, me retrase. ―Tiró su mochila en la mesa, tenía el cabello húmedo.
El moreno observó a Stiles acostado en la mesa, tenía la frente cubierta de sudor y tenía las mejillas sonrojadas, ¿qué había pasado? Frunció el ceño.
― ¿Te paso algo?
― No, nada.
― Como quieras ―resopló.
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