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Sí lo sé, tantos meses sin dar señales de vida soy de lo peor, quizás algunos incluso pensaron que ya había hasta dejado votada la historia, pero ¡no! aquí estoy, media cagada, pero al fin al cabo aquí.

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-Ven aquí –llamó Derek.

Desde la orilla del mar, con el agua mojándole hasta las caderas, Stiles, entrecerró los ojos desconfiado, sabía desde que llegaron a la playa secreta que el moreno quería meterlo al agua, y si no lo hacía ahora, tarde o temprano lo haría.

Dejó sus cuadernos en la manta que había extendido en la arena y fue donde su novio, dejando que el agua le mojara los pies, causándole un escalofrío.

-Ven aquí –Volvió a llamar Derek, extendiendo sus brazos.

-Estas muy lejos –replicó, pateando un poco de arena.

-entonces, me acerco –dijo con una sonrisa maliciosa.

-¡no!

Stiles no alcanzó a correr muy lejos, Derek lo atrapo casi al instante rodeándole con sus brazos y arrastrándole al agua.

-¡maldición Derek, no quiero! –gritó, pero sin hacer mayor esfuerzo por soltarse.

Entonces el moreno lo soltó y cayó de bruces en el agua, mojándose de pies a cabeza.

-¡te dije que no quería! –reclamó Stiles, sacándose el agua de la cara.

-reclamas mucho, pero en fondo igual te gusta que te moleste–respondió, ganándose una mirada de odio del castaño.

Derek sonrió divertido y le dio un beso en la mejilla, para después ponerse a nadar alrededor de Stiles.

-¿ahora te crees tiburón? –picó Stiles.

-sí, y te voy a comer.

Stiles le arrojó agua en la cara a Derek para que se alejara de sus piernas, y corrió de vuelta a la arena, pero el moreno tiró de su polera haciéndolo caer de nuevo.

El agua que golpeaba la orilla estaba relativamente baja y calma, por lo que los dos se permitieron besarse en la arena sin preocupaciones de que una ola los golpeara. Derek sujetó la cintura del castaño haciéndolo rodar, dejándolo arriba de él.

-Eres un abusivo –dijo Stiles, en medio del beso.

-Sí, lo sé.

Cuando el atardecer llegó, Derek encendió la fogata y ambos se echaron en la manta cerca de las llamas. Stiles sostenía entre sus manos un libro viejo y usado, que leía concentradamente apoyado en el abdomen del mayor, mientras que este le acariciaba el cabello.

-¿Qué lees? –preguntó Derek.

-Viaje a las estrellas –respondió.

Derek alzó la cabeza para mirar a Stiles.

Tan sencillo como amarte //STEREK// 🄴🄳🄸🅃🄰🄽🄳🄾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora