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La Clave de Sol estaba un poco vacía ese día, Keyla tomó el brazo de Gastón y se sentó rápido en una de las mesas. Se sonrojó un poco al darse cuenta de que su lindo chico estaba ahí presente e intentó mantener la calma.

«Todo está en orden, debes actuar normal»—se dijo así misma.

Gastón observó curioso el lugar, era la primera vez que entraba allí pero le parecía un poco acogedor el ambiente en el que se encontraba.

—Esto es muy lindo, nunca había venido—le dijo a Keyla, ella volteó a verlo.

—Yo vengo siempre—confesó—. Ese es el lindo chico del que te hablé, el de pelo castaño que está sirviéndole café a la señora del turbante—Gastón buscó al chico y frunció el ceño al verlo. Él lo conocía.

— ¿Evan? ¿Te gusta Evan?

— ¿Se llama Evan? —le preguntó ella con clara emoción en su tono de voz—. Espera, ¿lo conoces?

—Estudié con él en la secundaria—respondió—. Era un idiota.

— ¿Más idiota que tú?

—Golpe bajo—negó para luego mostrar una sonrisa burlona—. No era esa clase de idiota, somos amigos. Lo llamaré.

— ¿Qué? ¡No! —intentó pararlo pero Gastón ya había llamado al chico quién volteó a verlo y sonrió. Él le hizo señas para que se acercara y este, luego de haber atendido por completo a la señora, lo hizo.

—Te encontrabas perdido, te busqué este fin pero tu hermano me dijo que estabas en la biblioteca—habló Evan saludando a Gastón con un choque de puños.

—Tengo muchos exámenes este mes—le respondió—. No sabía que trabajabas—Evan asintió orgulloso.

—Quiero conseguir mi propio dinero, ya era el momento—se rió, Gastón vio la cara sonrojada de Keyla y recordó la razón por la cual estaban ahí en primer lugar.

—Te presento a Keyla, viene mucho aquí, me ha recomendado varias veces el lugar. —mintió para luego señalarla, Evan volteó a verla y sonrió provocando que la castaña se sonrojara más de lo que estaba.

—Lindo nombre, Keyla. Me acuerdo de ti, sueles venir en la tarde, ¿verdad? —ella asintió un poco tímida—. Me llamo Evan, ¿es tu novia, Gastón? —le dio empujón divertido, Gastón frunció el ceño.

—No lo es—respondió, Evan sonrió.

—¿Sigues enamorado de la misma persona?—se rió provocando que Gastón rodara los ojos.

—Es complicado—murmuró y luego miró a Keyla.

Evan apoyó una mano en la mesa, Keyla observó cómo su brazo se marcaba por la presión, bajó la mirada nerviosa.

—Ya debo irme, nos vemos Gastón—lo saludó y volteó a ver a la chica—. Fue un placer conocerte Keyla—ella lo miró, el chico tomó su mano y la besó suavemente logrando sonrojar a la castaña para luego marcharse a seguir con su trabajo.

Keyla aguantó un grito de emoción por ese acto. ¡Era demasiado bueno para que realmente sucediera!

—Ya puedes seguir respirando—le dijo Gastón negando con la cabeza, ella lo tomó del brazo.

— ¿Viste cómo besó mi mano? Me muero, es tan hermoso—dijo emocionada, tomó su mano y la apretó, el pelinegro miró su mano sin entender que sucedía—. ¿Escuchaste también cómo decía mi nombre? Ahora amo mi nombre—Gastón la observó sin decir nada y negó.

¿Todas las chicas eran así o sólo era ella?

—Bueno, yo ya me voy—dijo levantándose del puesto soltándose de su agarre, Keyla tomó su brazo para detenerlo.

— ¿Por qué siempre te vas? ¿Es que no te gusta estar conmigo?

No la culpaba por pensar de esa forma, ni el mismo solía entender sus acciones.

—No es eso Keyla, tengo otras cosas que hacer ahora. Nos vemos mañana en la universidad—despeinó un poco su cabello provocando una queja de parte de ella para luego irse con una media sonrisa en la cara.

Keyla suspiró y permaneció sentada, quizás podría quedarse un rato más y así ver a Evan.

—No le caes mal, él simplemente es así—el chico llegó a su mesa otra vez, Keyla volteó a verlo y se puso nerviosa.

Él le había hablado.

Y estaba sola.

—Yo, este, sí—el castaño le sonrió haciendo que ella se pusiera más nerviosa de lo que estaba.

—Lo conozco desde la primaria, le agradas, sólo que no te lo dirá.

— ¿Por qué?

—Él es así de raro, más bien, es un misterio, pero puedes intentar descubrirlo—le sonrió cortamente para darle luego una palmada en el hombro y alejarse de la mesa,

Keyla respiró con calma luego de que él se encontrara lo suficientemente lejos y analizó todo lo que le había dicho. Había quedado como una tonta al responderle sin sentido, pero estaba bien, Evan no se veía la clase de chico que se burlara de esas cosas. Él quizás podría entenderla.

Y el simple hecho de pensarlo, lograba que le gustara más de lo que ya lo hacía.


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La foto son Keyla y Gaston en mí imaginación. Estos los escogí la primera vez que escribí esto. Ustedes pueden tener la idea de Gaston y Key que deseen, de igual manera sucede en las cuentas de instagram de ambos.

Lo Que Quieren Los ChicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora