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Keyla hacía rayones en la esquina de su cuaderno mientras veía de reojo a Gastón. Éste se encontraba concentrado en su libro mientras tachaba y anotaba cosas en su libreta, ella le echó un ojo a lo que llevaba escrito pero no entendía nada de lo que estaba haciendo.

—Gastón—lo llamó. El chico no la escuchó, o quizás sí pero estaba tan concentrado en su libro que no respondió—. Gastón—volvió a llamarlo.

—¿Mmm?

—¿Qué haces?—el chico la miró y alzó una ceja para verificar si le estaba preguntando seriamente.

Su lado sarcástico apareció por un momento.

—Juego cartas con mi vecina—dijo sarcástico mientras rodaba los ojos—. ¿Tú qué crees que hago?

—No sé, yo no sé nada de tu carrera. Las humanidades no son lo mío.

Él le dio un toque con su lápiz y luego le sonrió.

—La ingeniería no es lo mío.

—Suele suceder—se rio y se apoyó en el hombro del chico—, pero ¿qué haces realmente?

—Mis apuntes para la clase de mañana.

Ella le echó otro vistazo y suspiró sin entenderlo. Ver a Gastón estudiando le hacía doler la cabeza, ella siempre había sido mala para los estudios, más para leer textos larguísimos sobre cosas que no le interesaban en lo absoluto. Los números siempre se le habían dado bien, pero las palabras no.

—La vida es tan complicada a veces.

— ¿Qué pasó Arjona? —Keyla rió.

—¿Evan ha hablado contigo?—Gastón la miró con duda, ¿por qué lo preguntaba? ¿Ella había estado hablando con Evan? ¿Le había dicho algo?

Se sentía un poco extraño, celoso, ¿quizás? No tenía por qué estarlo, tenía que ser seguro de sí mismo, siempre lo había sido, pero a veces, no sabía si lo que estaba haciendo estaba bien para ella.

—No, ¿por qué?

—Es que son amigos.

Sí, pero desde que Gastón le había dicho que le gustaba Keyla, no habían hablado muy seguido. Lo veía siempre en las prácticas pero no se habían dirigido la palabra, no al menos fuera del campo.

—Lo somos, sólo que hemos estado ocupados—mintió, no tenía razón por la cuál no hablarle, pero se sentía de cierto modo en una competencia, ella no le había dicho que le gustaba pero sí lo había mencionado con Evan.

—No esperes que los chicos hagan todo, también puedes tomar la iniciativa, decir que te gusta.

Ella lo miró por un momento y luego habló.

—Tú también puedes hacerlo.

—Creo que lo he demostrado.

—Pero a veces es necesario decirlo para que la otra persona pueda entenderlo. Ya sabes, no todos somos buenos captando indirectas.

—Pensé que no sabía decir indirectas, siempre he sido directo con las personas—le dijo y cerró el libro para verla.

Le sonrió y le dio un beso rápido en los labios, Keyla se sorprendió por ello, no se lo estaba esperando, menos ahí, en un lugar público en donde fácilmente podían ser vistos por todos.

—¿Una indirecta como esta?

Keyla se sonrojó, asintió como un niño pequeño y luego se acercó nuevamente a él para darle un pequeño beso en la mejilla y luego besarle cortamente los labios.

—Te quiero mucho Gastón.

—También te quiero, Key.

Lo Que Quieren Los ChicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora