Yo soy tu ángel y único protector [MikaYuu/ReCus/KimiYoi] |Resubiendo|

→ Epílogo

—¡Vuelvan aquí, mocosos mimados! —gritó Guren completamente lleno de enojo—. ¡Será mejor que no los alcance porque los voy a matar!

Los demás adultos se rieron observando la escena. Y es que no podía ser más cómico ver a un hombre tan serio como Guren corriendo detrás de cuatro niños.

—Creo que nos pasamos esta vez, Gyurei —se rió Michirou, el hijo de Mikaela y Yuuichirou.

—Michi-chan, molestar a mi papá es lo mejor, así que nunca vamos demasiado lejos —se rió también.

—Rasurarle el cabello y las cejas mientras dormía fue muy divertido —exclamó Lanne, el pequeño de Rene y Lacus, sin dejar de correr.

—Creo que el abuelo ya se está cansado —comentó Ryu, el nene de Yoichi y Kimizuki.

Los niños continuaban gritando lo divertido que había sido dejar a Guren sin cabello y cejas mientras corrían. Y sus padres se ahogaban de la risa al ver tal escena.

—La vejez le llegó antes —se mofó Yuu sin evitar reírse.

—¡Mocosos del demonio! —jadeó cansado, deteniéndose para respirar—. No, espera, esos mocosos no fueron míos —murmuró para sí mismo. Luego negó y se paró derecho—. Será mejor que no los agarre, porque voy a darles una lección para que aprendan a respetar.

Y tras esa frase, que no había sido gritada como las demás, los cuatro se asustaron y decidieron correr hacia sus padres buscando protección.

Gyurei, que había sacado la apariencia de su padre, se acomodó detrás de su papi Shinya, quien lo jaló hacia sí y lo cargó mientras lo regañaba por molestar a su esposo.

—No te salvarás de un castigo, Gyurei —le advirtió.

Michirou, que había sacado los bonitos ojos de Mikaela y el color de los cabellos de Yuuichirou, fue recibido por los brazos de su padre, el cual lo subió a sus hombros sin dejar de carcajearse. Incluso el moreno se reía y decía que su pequeño era igual a él.

—A Michi le va bien en la escuela... —canturreó el rubio.