CAP 11. Mi primera vez «Mejorado»

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El viaje fue aún más veloz que antes y esta vez, hablamos de nosotros mismos, él me contó sobre su padre y yo sobre los míos. Ambos somos hijos únicos y con una debilidad por las cosas dulces.

—Cocinare. —Afirmé entrando a la despampanante vivienda que tantos recuerdos traía. Ya había conocido casi todos los ambientes,  tales como el living -donde nós habíamos besado- el comedor -donde cocine entre un vaivén de caderas- la habitación de Ethan -allí solo dormimos, en serio- y la sala de estar -solo recorrí esa parte con la vista-.

—No tengo nada que... Pueda cocinarse… —Habló algo avergonzado  mientras se quitaba su saco.

—Oh... Bueno... Ni siquiera tengo hambre. —Menti. Moría de inanición.

—Pues... Yo si tengo hambre. —Rascó su nuca, me sentí muy mal por no haber pasado por algún lugar de comidas rápidas en el camino.

—Oh... —¿Qué mierda hago ahora? ¡Ya sé! Quizás algún truco de Harry Potter me sirva para aparecer comida...

—Pero no es comida lo que quiero... —Observé sus ojos que sin piedad recorrían completamente mi cuerpo y mi piel se erizó junto con un calor intenso quemando mi interior.

Mi mente se bloqueó y prácticamente estába en blanco, no sabía que decir, si moverme o si seguía respirando o esto era un sueño.

Ethan sé encargo de acortar nuestra distancia y juntar nuestros labios en un rápido movimiento de manos, las cuales se hallaron en mis caderas apretando el vestido. Las mías torpemente encontraron sus mejillas y me sumergí en un mar de sensaciones desesperadas y apresuradas.
El parecía disfrutarlo al máximo mientra que yo apenas podía seguirle el paso.

—Me encantas. —Susurró y continuó con el apasionante beso. Bajó sus manos a mis costados y tiró de mí logrando que yo quedara a orcajadas de su tornado físico. Me deleite tocando sus músculos uno por uno y despeinando su suave cabello.

Cambió de táctica y bajo su boca a mi cuello donde dejó un camino de besos y mordidas hasta mi hombro derecho. Cerré los ojos para sumergirme por completo en él, pero su pregunta me desconcertó.

—¿Puedo darte mi tercer regalo?—Acotó con la voz más ronca que yo halla oído. Sus ojos estaban dilatados y llenos de lujuria, mis labios estaban entreabiertos incapaces de pronunciar respuesta alguna.

Sabía que era lo que quería. Sabía cuales eran sus intenciones.

Y no podría estar más conforme.

Asentí dándole permiso de proseguir y una sonrisa victoriosa asomó sus hinchados labios.

El beso volvió pero esta vez, más calmado, dulce, romántico. Ya no estaba desesperado por saber la respuesta, ahora el sabía que yo no escaparía y que tenía mi consentimiento.

El subió ágilmente las escaleras hasta una puerta la cuál abrió sin esfuerzo con uno de sus pies, mientras caminaba oí el ruido de sus zapatos siendo tirados por quien sabe donde.

Me volcó suavemente en la cama mullida que yo recordaba sin cortar el beso.

Mal momento para los recuerdos.

¿Por qué?

Pues... Recuerdo a la bella morena que aquí sé encontraba el día en el que todo se descontrolo en mi vida rutinaria, en esta misma cama, él y ella tuvieron sexo.

Pero no dejaría que esto me arruine el momento, estaba a punto de dejar de ser virgen con el chico que abarco mis fantasías durante años, ¿Estoy mal?

Mi Chico Ideal ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora