CAP 31. Fría, Tiesa e Inmóvil

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Cuatro semanas. Cuatro largas semanas desde la última vez que hable con Ethan.

Lo observo de vez en cuando desde mi ventana, recordando los viejos tiempos en los que yo era quien lo acosaba y quería acercarme, mientras él ni siquiera me daba atención.

Pensar que antes era todo tan diferente, todo tan bueno, yo era tan feliz, y ni siquiera era capaz de verlo.

Toqué la puerta de la habitación de mi mamá tres veces, como lo hacía todos los días. Ella contestaba en suave, -ve tranquila- y eso me indicaba que todo estaba bien.

Pero hoy, ella no hizo ningún ruido, nada. Intenté otra vez, pero obtuve el mismo resultado.

La había visto aumentar su dosis de somníferos a dos por día, por lo que supuse que ella se había quedado dormida.

Salí de mi casa cubriendo mi cuerpo con un sobretodo negro, debajo no tenía mucha vestimenta.

Pasé por el hotel, dejé mi tarjeta y di mi asistencia. Cuando todo estuvo listo, me dirigí afuera a cazar víctimas, como mi jefa me lo decía.

Mientras caminaba de una esquina a la otra, podía pensar con claridad en el silencio de la noche.

Observaba a mis compañeras y pensaba ¿Por qué habrán llegado a este trabajo? ¿Qué las habría hecho caer tan bajo? Y ¿Qué respondería yo si me hicieran esa pregunta?

Simplemente les diria, que había sufrido cosas duras en las que no tuve elección.

Quizás, si mi madre se hubiese comportado un poco más sensible estas semanas, yo podría haber vuelto a tener la misma vida de antes, solo que sin un miembro en la familia.

Quizás, si Ethan me hubiese dicho algo antes, yo podría confiar un poco más en él ahora, y podríamos seguir con la relación extraña que teníamos.

Quizás, si me hubiesen dicho lo que ocurría antes, nada de esto habría pasado, yo tendría una vida normal, y sería feliz.

Oí unos jóvenes caminar detrás de mi y decidí correrme del camino. Al pasar, unos brillantes ojos marrones me observaron asombrados.

Me tomó un par de segundos darme cuenta de quién era y quiénes eran los que lo rodeaban.

-Megan...- susurró cambiando su sonrisa por un ceño fruncido.

Los demás voltearon, dejándome a la merced de la vergüenza.

-Lucas...- sonreí de medio lado, mientras que él se acercaba recorrienome con la mirada, fría e inspeccionadora de una persona confundida.

-¿Megan eres tú?- iba juto a Aly, ella estaba muy impresionada.

-Hola... Chicos- tres pares de ojos me observaron inquietos, sorprendidos, por unos cuantos segundos.

-Has cambiado...- susurró Jeremmy quedando a unos centímetros de distancia.

-¿Dónde trabajas?- podía notar molestia en el tono de voz de Lucas.

-Aquí... En la calle- le sonreí genuinamente.

-¿Eres una prostituta?- era avergonzante que ellos me estuviesen viendo en esta posición.

-Scort, prefiero ese término- concluí.

-¿Qué hay de tu casa? ¿Tu madre?- interrogó. Mi casa es horrible, veo la imagen de mi padre a cada instante, oigo su voz en las noches, mi madre toma antidepresivos y no sale de su habitación, tiene ataques de histeria y yo de pánico, me quedo sin habla y comienzo a romper cosas ¿le diría todo eso?

Mi Chico Ideal ♡Where stories live. Discover now